Arienne Mandi, en un combate en 'Tatami'

Arienne Mandi, en un combate en 'Tatami'

Cine

'Tatami', una iraní y un israelí se alían para entregar un impecable 'thriller' político y deportivo

La actriz Zar Amir-Ebrahimi y el director Guy Nattiv narran la historia de una judoka iraní que se rebela contra su gobierno en los Campeonatos Mundiales.

31 mayo, 2024 02:08

Con fuerza expresiva, tensión y trasfondo de denuncia, la alianza entre el cineasta israelí Guy Nattiv (Tel Aviv, 1973) y la actriz iraní Zar Amir-Ebrahimi (Teherán, 1981) en Tatami ha dado a luz uno de los mejores thrillers de la temporada.

La película aborda precisamente las tensiones entre Israel e Irán, poniendo el foco en el mundo del deporte. Desde hace décadas, el gobierno de los ayatolás trata de evitar que sus deportistas se enfrenten a Israel en cualquier campeonato internacional, como demuestra el caso de judoka Saeid Malla, en el que se inspira libremente el filme, que tuvo su puesta de largo en el Festival de Venecia.

Malla recibió por parte de su gobierno la orden de perder en semifinales del Campeonato del Mundo de Tokio de 2019 para evitar enfrentarse en la final al israelí Sagi Muki, que acabaría conquistando la medalla de oro.

[Documenta Madrid, una ventana al mundo para una cinefilia inconformista]

Pero el judoka no se dejó amilanar (lo que no evitó que perdiera en las semifinales), reveló las presiones recibidas y se exilió en Europa posteriormente, pasando a ser considerado un traidor en su país de origen. Como consecuencia de todo esto, la Federación Internacional de Judo prohibió a Irán competir durante cuatro años.

El guion de Tatami, no obstante, cambia algunos detalles de la historia real de Saeid Malla. La más importante es que la protagonista es una mujer, Leila, interpretada por una fantástica Arienne Mandi, lo que introduce la cuestión sobre la situación de las mujeres en la República Islámica y aporta cierta frescura al retrato del deporte de contacto.

Tatami, que no esconde su intención de denuncia política, cuenta con un fenomenal reclamo publicitario, ya que se trata del primer filme rodado a cuatro manos por un israelí y una iraní. Él, Nattiv, afincado desde hace años en Los Ángeles, ha dirigido la superficial Skin (2019) y la aparatosa y plomiza Golda (2023), biopic sobre la primera ministra de Israel Golda Meir.

Ella, Zar Amir-Ebrahimi, que huyó en 2006 de su país tras ser condenada a 10 años de prisión y 99 latigazos por la divulgación de un video íntimo sin su consentimiento, ganó en 2022 el premio a la mejor interpretación protagonista en Cannes por la magnífica Holy Spider y debuta aquí tras la cámara.

La película, más allá de su defensa de la libertad ante un régimen dictatorial, logra conquistar su propio carácter con dos decisiones formales que, aunque algo manidas, funcionan: el uso de un contrastado blanco y negro y de una relación de aspecto de 4:3 que, junto a la querencia por el plano corto, transmiten la sensación de opresión que viven tanto Leila como su entrenadora Maryam (a la que da vida la propía Amir-Ebrahimi).

[Javier Macipe e Isaki Lacuesta contra la Ley del 'biopic' musical]

Pero si por algo destaca el filme, más allá de sus sólidas interpretaciones, es por la tensión y el pulso que imprimen ambos cineastas al relato enjaulado (apenas salimos de ese Campeonato Mundial que se celebra en Georgia), que avanza de manera gozosamente visual, y que sabe sacar partido narrativo de los combates, sin que resulten repetitivos.

El resultado es un impecable thriller político y deportivo. 

Tatami

Dirección: Zar Amir-Ebrahimi y Guy Nattiv.

Guion: Elham Erfani y Guy Nattiv.

Intérpretes: Arienne Mandi, Zar Amir-Ebrahimi, Jaime Ray Newman, Nadine Marshall.

Año: 2023.

Estreno: 31 de mayo