Paz Vega: "Quería reivindicar la época de las puertas abiertas, cuando los vecinos eran casi familia"
La actriz sevillana se estrena en la Seminci de Valladolid como guionista y directora con su emotiva ópera prima, 'Rita', ambientada en los 80.
Sevilla. Verano de 1984. Mientras la Eurocopa de fútbol de Francia resuena de fondo en los hogares y bares de la ciudad, comienzan las vacaciones estivales de los pequeños Rita y Lolo, dos hermanos que viven en un barrio modesto de la capital andaluza. En la ópera prima presentada fuera de concurso en la Seminci de Valladolid, la actriz Paz Vega se estrena como guionista y directora evocando su infancia en la capital andaluza de los años ochenta a través de una historia costumbrista con violencia machista de fondo donde la dulce mirada de su protagonista —la encantadora Sofía Allepuz, de tan solo 8 años— ilumina por momentos esta historia sobre aquella España patriarcal heredada del franquismo que continuaba siendo asfixiante para muchas mujeres de la época.
La película navega entre el drama social y el viaje iniciático de la pequeña Rita que, por medio de un estilo cinematográfico bastante immersivo y sensorial, capta con detalle los mágicos y, a la vez, sencillos momentos que se producen durante la niñez —de la generación EGB en este caso—, donde cualquier cosa puede ser motivo de alegría y celebración pero también de miedo e inseguridad, revelando una emotiva y notable ópera prima.
A través de los ojos de su protagonista accedemos al universo luminoso de las vivencias diarias de Rita, que inevitablemente se irá tornando más oscuro por culpa del poso constante producido por la intransigencia y violencia de su padre, interpretado con sorpredente veracidad por el actor Roberto Álamo.
De ello y varias cosas más hablamos con su directora, Paz Vega, que además interpreta a la madre de la protagonista.
Pregunta. Cómo surge este proyecto y cómo ha sido estar tan presente en tantas facetas de la película?
Respuesta. Siempre he querido dirigir, pero no tenía ni la experiencia ni las herramientas para ello. Así que cuando me decidí a contar esta historia fui a una zona reconocible, como fue la Sevilla en la que me crié, para desarrollarla. Ha sido bastante agotador, pero estoy muy contenta con el resultado y, eso sí, no volveré a actuar mientras dirijo [risas].
P. Evidentemente la estrella de la película es Sofía Allepuz, que da vida a Rita. ¿Cómo la encontraste? ¿Fue amor a primera vista?
R. Pues fíjate que fue la primera chica que vi para el papel pero, pese a que me encantó su luz y su gracia, la veía un poco más pequeña de lo que requería el personaje. Después de ver a muchas niñas más, afortunadamente volví a ella dándome cuenta que era Rita sin ninguna duda. Además, ha sido una niña súper profesional, con un saber estar y un respeto por el equipo maravilloso, la verdad es que ha sido un placer trabajar con los tres niños.
P. La película está rodada en un estilo muy directo, casi documental, que acaba produciendo un efecto bastante inmersivo. ¿Lo buscaste desde el principio ?
R. Si, desde el principio quería que fuese un estilo muy documental, casi de voyeur, para que el espectador acompañe a los niños todo el rato y con la cámara a la altura de sus ojos. También trabajamos mucho el diseño del sonido, con esas frases de los mayores que los niños escuchan a medias y que no quedan del todo claras para ellos.
P. Y esa presencia intimidante y constante del padre de familia ultra tradicional y machista que interpreta Roberto Álamo…
R. El trabajo de Roberto Álamo ha sido increíble y muy veraz, todos hemos conocido a ese tipo de hombre, que si no estaba en tu familia pues te lo encontrabas facilmente en el bar, en una verbena o en el fútbol.
P. Para los que vivimos nuestra infancia en los años 80, la película es todo un viaje recordatorio de la generación EGB, en la que todo el rato jugábamos en la calle…
R. Si, quería replicar mucho de esa época en la que se jugaba al fútbol con cualquier cosa redonda: desde una patata a una bola de papel Albal y, por ejemplo, ir por primera vez a la piscina cuando llegaba el verano era todo un acontecimiento. Creo que ahora se han perdido muchas cosas…
"En aquella época la gente juzgaba de primeras y ni siquiera se preocupaba de saber cuál era la historia que había detrás"
P. También es muy destacable como muestra esa red de mujeres que se ayudaban entre ellas para salir adelante en el día a día, como con el papel de la vecina…
R. Sí, todos hemos tenido una vecina como Chari: graciosa, distinta, una mujer libre que se salía de las normas. Quería reivindicar esa época de puertas abiertas en la que los vecinos casi formaban parte de nuestras familias, ahora todo es muy diferente y no conoces ni a la mitad de gente que vive en tu edificio.
P. Por otro lado, muestra la contradicción que hay entre el deseo por divorciarse que quiere tener el personaje que usted interpreta y el de la otra vecina, que ya está divorciada y sufre un lastre social por haberlo hecho.
R. Sí, me interesaba poner a esas dos mujeres como en una especie de espejo en aquella época en que la gente juzgaba de primeras y ni siquiera se preocupaba de saber cuál era la historia que había detrás, a veces dramática, de vecinos que vivían el mismo edificio.
P. El legendario y agobiante calor sevillano es casi un personaje más de la trama…
R. Totalmente, los veranos en Sevilla son mortales y su calor tan pesado es inconfundible. Rodamos la película durante el mes de junio y el calor que pasamos también ayudó bastante a meternos en situación y a que la casa estuviese con esa oscuridad que tienen las casas de Sevilla con las persianas echadas para que no entre el calor, lo cual proporciona también un ambiente un poco lúgubre.
P. En la rueda de prensa ha comentado que ya tiene terminado un guion para una próxima película, ¿podría adelantarnos algo?
R. Es una historia que transcurre fuera de España en la que esta vez no voy a actuar [risas]. Se trata de un drama familiar con un poco más de acción y calle que acaba girando sobre los sueños truncados. También tengo otro guión a medio hacer desde hace años que, aunque habla de otros temas, también tiene en común lo de los sueños truncados. Creo que no me va a quedar más remedio que tener que psicoanalizarme [risas].