Dudamel

Parece el mismo, pero no lo es. Al Dudamel que vimos el pasado mes de abril le precedían los méritos del Sistema, la expectación del Príncipe de Asturias y la curiosidad que genera la Orquesta de la Juventud Venezolana Simón Bolívar. El que nos visita el próximo jueves en el Auditorio Nacional de Música de Madrid seguirá fracturando caderas en la tanda de propinas, pero habrá quien perciba algo diferente en las manos que mecen la Orquesta Juvenil Iberoamericana. Desde que el pasado 3 de octubre se hiciera oficial su titularidad al frente de la Filarmónica de Los ángeles -la octava mejor del mundo, según la revista Gramophone- el Dudamel de siempre ha cambiado la fama por la gloria. Pudo comprobarlo el público en la ceremonia de coronación. Al ¡Bienvenido, Gustavo! que se organizó en el Hollywood Bowl acudieron, además de Herbie Hancock, el bajista de los Red Hot Chili Peppers o Measha Brueggergosman, 18.000 espectadores que escucharon atónitos una carta de Obama felicitando al director por su hazaña americana. Se nos había avisado en una rueda de prensa previa al concierto, donde el venezolano apareció en vaqueros y deportivas para dejar claro que su debut habría de ser un hermoso viaje, "como ir a las estrellas". O convertirse en una. La constelación tiene varios nombres: Gustavíssimo para la crítica, the dude para los fans o simplemente GD, el inquietante acrónimo que lo une en afinidad exclusiva con el sello amarillo desde 2005. Porque a base de Quintas ha labrado su éxito discográfico: la de Beethoven en 2006, la de Mahler en 2007 o la de Tchaikovsky de este año -con la que cerrará la sesión de Madrid- han convocado a la crítica especializada y al aficionado ocasional en un mismo sitio. A este ritmo, cualquiera podría pensar que la melena del protegido de Abreu tiene los días contados, pero lo cierto es que el barquisimetano no olvida sus raíces. Precisamente su mayor éxito de ventas, Fiesta, está elaborado a base de retazos de compositores latinoamericanos. Con Alberto Ginastera, Antonio Estévez, Arturo Márquez o Inocente Carreño -cuya Margariteña se incluye en el programa del jueves- "creamos un pequeño mosaico de lo mejor de nuestra música, como una fiesta". Manuel de Falla y su Sombrero de tres picos facilitarán el reencuentro con una afición que volverá a bailar sus mambos.