Carmen Linares: "Un violín puede sonar muy jondo porque nada le estorba al flamenco"
El Auditorio Nacional de Música acoge esta tarde el estreno en Madrid de Las lamentaciones nocturnas de Jeremías, de Uri Caine
21 noviembre, 2011 01:00Carmen Linares.
El pianista y compositor estadounidense Uri Caine estrena esta tarde en Madrid Las lamentaciones nocturnas de Jeremías con Carmen Linares como solista. Nos cuenta la cantaora jienense que "la obra está basada en los cinco poemas sobre la destrucción de Jerusalén", los mismos que inspiraron en su momento las piezas homónimas de Thomas Tallis e Igor Stravinsky. Su naturaleza ecléctica y transcultural va a conciliar, dentro del ciclo Fronteras del Centro Nacional de Difusión Musical del Auditorio, el piano de Uri Caine; las cuatro violas de gamba de Il Suonar Parlante, que dirigirá Vittorio Ghielmi; el clarinete bajo de Achielle Succi; la guitarra flamenca de Salvador Gutiérrez y un trío vocal de lo más insólito, ya que, junto a Carmen Linares, actuarán la vocalista de soul estadounidense Barbara Walker y la mezzosoprano italiana Cristina Zavalloni.Linares conoció a Uri Caine hace tres años, durante el estreno en España de Los desastres de la guerra, un espectáculo audiovisual que remitía a las pinturas de Goya. "Mi voz era el dolor del pueblo, el desgarro y la queja", recuerda la cantaora. "Uri le tiene un gran respeto al flamenco, pero puedo decir que después de aquella experiencia en el Festival de Granada nuestra relación ha sido mucho más fluida". Tanto es así que su participación en las Lamentaciones, tras unos primeros ensayos en los que salieron a relucir ciertas incompatibilidades, no ha sido exclusivamente vocal. "Los versos que él había preparadp no tenían la métrica que el flamenco requiere...". Llamaron al escritor y periodista José Ramón Ripoll, que ya había participado en Los desastres de la guerra, para que les echara una mano. "Elegimos las lamentaciones que más nos emocionaban por su poesía y por su lírica. Y con ese mismo argumento Ripoll escribió una serie de versos cantables al estilo del flamenco". El resultado es una partitura llena de tonás a capella, de peteneras, de tientos, martinetes, seguiriyas de Jerez y Cádiz y bulerías, además de un "canto compartío", como lo llama Linares, con las otras dos cantantes.
La obra se estrenó en el Musikfest de Stuttgart en 2010. "La actuación en Alemania nos sirvió para corregir algunos detalles. Fue entonces cuando decidimos incorporar la guitarra de Salvador Gutiérrez, que da muchas pautas y explica mejor lo que yo canto". Linares no se siente incómoda trabajando al lado de Barbara Walker y Cristina Zavalloni porque, asegura, "el flamenco se contagia en un segundo". Caine las vigilará desde el piano. "Le pone mucho oído y sentimiento a cada nota que toca. Es una persona que se sabe dejar llevar por la melodía para luego empezar a sacar armonías por todas partes". Para Linares no hay instrumento ajeno al flamenco. "En los últimos años se han incorporado el saxo, la flauta y la guitarra eléctrica. Pero para mí un violín pueden sonar también muy jondo porque nada le estorba ya al flamenco".
Las elegías de estas Lamentaciones versan en tres idiomas (español, inglés y hebreo) porque Uri Caine quiere que sea la tierra (los pueblos, las lenguas, las religiones...) la que hable en última instancia. "Me atrevería a decir que se ha decantado por las voces femeninas porque las mujeres somos más valientes a la hora de expresar los sentimientos. Tenemos menos pudor para enseñar nuestro dolor y arrancar a llorar llegado el momento. Los hombres son más tímidos...".
Si algo ha demostrado Carmen Linares con su último disco, Remembranzas, es que no hay una noche cualquiera cuando sube a un escenario. "Las Lamentaciones hablan sobre el abandono de Dios. Y yo canto en una petenera sefardita: 'Mi memoria está despierta aunque sabe a amarga hiel, mi corazón no me engaña y por siempre esperaré'. Son como... lecciones al alma".