Image: En vísperas del Verdi más olvidado

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Escenarios

En vísperas del Verdi más olvidado

15 febrero, 2013 01:00

Las vísperas sicilianas de Davide Livermore a su paso por Turín. Foto: Ramella&Giannese.

La ABAO recuperara 'Las vísperas sicilianas', uno de los títulos de madurez menos frecuentados de Verdi, con el estreno en España de la versión original en francés. Davide Livermore sitúa la acción en la Palermo actual.

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  • Mañana es la primera de las cuatro representaciones previstas en el Palacio Euskalduna de Les vêpres siciliennes de Verdi, que se enmarca en el curso de la presente temporada de la ABAO y, más en concreto, en el seno del ya tradicional ciclo Tutto Verdi. El reparto, que ha de cumplimentar una escritura vocal verdaderamente ardua, es consistente y prometedor. Figura como Arrigo el sorprendente tenor norteamericano Gregory Kunde, otrora lírico-ligero de timbre más bien blanquecino y desde hace unos años lírico de ancho aliento con ribetes de lírico-spinto, capaz de enfrentarse a cometidos tan espinosos como los de Arnold de Guillermo Tell o el del protagonista de esta ópera verdiana.

    Puede darle buena réplica la soprano armenia Lianna Haroutounian, de límpido y vibrante instrumento de soprano lírica plena, sonoro y amplio. En su voz el famoso Bolero ha de tener la conveniente reproducción, aunque todavía el arte de canto esté en evolución. Sustituye a la enferma Tamara Wilson. Guy de Montfort será el experimentado barítono Vladimir Stoyanov, mientras que el tonante Dmitry Ulianov dará cuenta del personaje de Procida. A resaltar la presencia de la joven mezzo gallega Nuria Lorenzo como Ninetta. Los numerosos secundarios están bien servidos por cantantes hispanos.

    En el foso se sitúa, junto a la Sinfónica de Euskadi, el neoyorquino John Mauceri, muy activo en los más variados escenarios. Batuta segura. Seguro asimismo suele ser el criterio de Davide Livermore, cuyo montaje está ambientado en la Palermo actual (coches calcinados incluidos). El director de escena tiene su sede en el Regio de Turín, de donde proviene la coproducción, en la que colabora también el San Carlos de Lisboa.

    La obra no es fácil de representar. Recordemos que es uno de los títulos de madurez menos frecuentados de Verdi, nacido en el París de 1855 y durante mucho tiempo marginado por su retórica y su formato de grand opéra. La ABAO estrenará aquella versión original en francés de una ópera irregularmente espléndida, cuyas soluciones dramáticas avanzan en el camino de la precedente trilogía popular (Rigoletto, Trovatore, Traviata). El tratamiento de los coros es magnífico y los números concertantes, de primera categoría. Hay instantes de arrebato lírico excepcional, espléndidas melodías y conjuntos, hermosos contrapuntos vocales y un pulso dramático incuestionable, pese a los convencionalismos, que acaban por ganarnos.

    El libreto es del autor de la obra original, Eugène Scribe, y de Charles Duveyrier. El literato y el compositor no llegaron a ponerse de acuerdo respecto al tratamiento de hechos y personajes. El pensamiento del italiano era mucho más directo y sencillo, menos alambicado y retórico que el del francés, que opinaba, por ejemplo, que Procida era un vulgar conspirador en esa turbia intriga sobre la ocupación francesa de Sicilia en el siglo XIII, mientras que para el músico era un caluroso amante de la patria, y así lo intentó retratar, pese a todo, en la obra, a la postre hecha de acuerdo con los cánones que regían en la Opéra de París. La ABAO ya ofreció en 2001 la versión italiana, de Arnaldo Fusinato, que se estrenó en el Regio de Turín en 1855 bajo el título Giovanna di Guzman para evitar la censura.