Escenarios

Carlota, Mihura oculto y muy negro

13 diciembre, 2013 01:00

Alberto Jiménez y Carmen Maura durante su actuación en 'Carlota'. Foto: David Ruano

Mariano de Paco rescata del olvido Carlota, comedia de Mihura apenas representada e inscrita en el noir más canónico. Desde hoy día 13 en el María Guerrero, con Carmen Maura en un escenario español tras casi tres décadas.

Entre la ristra de comedias que legó al teatro español Miguel Mihura Carlota ha pasado bastante inadvertida. Ernesto Caballero ha querido reivindicarla desde el Centro Dramático Nacional. Para la operación de rescate ha contado con un cómplice entregado a la causa, Mariano de Paco, que ha cincelado la versión que puede verse a partir de hoy en el María Guerrero. Él no se explica muy bien los motivos por los que esta obra apenas se ha montado. Son escasísimos los precedentes. En 1957 se estrenó en el Infanta Isabel. Sólo décadas después, en 1997, los Veranos de la Villa acogieron una nueva producción de esta comedia de intriga con trafondo romántico, inscrita en el género negro más canónico: con su crimen, su detective, sus sospechosos... Un historial raquítico.

"No lo entiendo. A mí me parece un texto casi perfecto. He estado releyendo buena parte de la obra de Mihura y creo que Carlota está entre sus mejores piezas", explica De Paco a El Cultural. "La construcción dramática es impecable, un alarde de virtuosismo al trasladar a las tablas el mundo turbio del cine y la literatura negra". Otra de sus características más elogiables es que la trama funciona como un mecanismo de relojería: "No queda un solo cabo suelto al final. Cualquier reacción o conducta de los personajes a la lo largo de las trama quedan explicadas".

Mariano de Paco iba a los ensayos con una frase de Mihura bien grabada en la sesera. Decía el magistral comediógrafo: "Una obra montada por mí se entiende, pero montada por otro señor, aquello no tiene gracia ni nada". En esa afirmación se oculta una cierta amargura por la incapacidad de los directores que lo llevaron a escena de dar con el tono exacto de su comicidad. Le entristecía que el público carcajease en las funciones. Lo que buscaba, más que la risa, era la sonrisa. Una hilaridad sostenida. "Mihura se quejaba de la exageración con la que solían perfilarse sus personajes, en busca de un humor estruendoso. Un circunstancia que, según contaba, se agravaba si el montaje en cuestión disponía de más dinero. Entonces se saturaba la puesta en escena de lentejuelas, plumas...". Y no era eso, no.

Teatro de humor en serio

Sobre De Paco ha sobrevolado en todo momento la obsesión de evitar pasarse de frenada, sin quedarse corto tampoco. En la búsqueda de ese equilibrio ha invocado a uno de sus maestros, Adolfo Marsillach, que ya advirtió en los años 50: "En este país es hora de empezar a hacer el teatro humorístico en serio". Moverse en esa delgada línea ha sido posible gracias a un plantel de actores "que tienen muy bien interiorizado el registro de la sutileza". Ahí están Vicente Díez, Pilar Castro, Natalia Hernández, Pedro G. de las Heras y ¡Carmen Maura!, que vuelve a pisar un escenario español después de casi tres décadas. En todo este tiempo había hecho teatro puntualmente, pero en Argentina y en Francia.

"Cuando estaba leyendo el texto en la primera persona que pensé fue en ella para encarnar a Carlota. Entonces empecé a buscar una actriz que se pareciese mucho a Carmen. Por supuesto, daba por imposible tenerla", recuerda Mariano de Paco. Pero el milagro ocurrió. Por probar no se pierde nada. Contactó con su agente, que le devolvió la llamada dándole la gran sorpresa. "En los ensayos todavía me tenía que frotar los ojos. No podía creerme que estuviera ahí cada mañana". Su presencia cierra un círculo. Maura arrancó su carrera interpretativa en el Teatro Español Universitario. Con 18 años protagonizó Carlota. Una comedia de intriga muy oscura, sí, pero también, en palabras de García May, "una de las más bellas historias de amor contadas por la comedia teatral española a lo largo del siglo XX".