Galcerán, vacaciones convulsas en Cancún
Francesc Albiol, Aurora Sánchez, María Barranco y Vicente Romero. Foto: Sergio Parra
Septiembre es un agujero negro para muchas parejas. Ese mes, dicen algunos estudios sociológicos, es cuando se producen más rupturas. Las vacaciones, supuesto periodo de disfrute, causan estragos. Una paradoja que está en el fondo de Cancún, comedia de Jordi Galcerán que llega este jueves (3 de octubre) al Teatro Infanta Isabel. El exitoso autor catalán expone su teoría a El Cultural: "Es la única época en que paramos la inercia cotidiana. Nos ponemos a pensar y vienen las preguntas. También es cuando las parejas pueden hablar y el diálogo, a pesar de lo que se suele creer, es nefasto para las relaciones. Cuando empiezan a plantearse si están bien juntos o no es el comienzo del fin. Al salirse de los asuntos concretos (qué comemos el fin de semana, a qué colegio llevamos a los niños, de qué color pintamos las paredes de casa...), están perdidos".Galcerán siempre pesca en la realidad inmediata las excusas para desarrollar sus tramas, que suelen desembocar en el absurdo. El crédito (abusos bancarios) o El método Grönholm (procesos de selección laboral) son buenos ejemplos. "Aquí el detonante fue la anécdota que me contó un amigo. Le había regalado a sus padres un crucero. Cuando volvieron, la madre le dijo: ‘No vuelvas a hacernos un regalo así'. Me entró curiosidad por saber qué podía haber sucedido y empecé a escribir Cancún". La obra se estrenó en 2008 en el Teatro Borrás de Barcelona. Se mantuvo en cartel 5 o 6 meses. No está nada mal pero queda muy lejos de sus impresionantes récords: Burundanga ya ha superado las 1.000 representaciones. "Creo que fue culpa mía. La obra no me quedó redonda. Había que pulirla más", concluye Galcerán.
La versión del Infanta Isabel la ha adelgazado. "He quitado lo superfluo, los gags destinados únicamente a provocar risas pero que no decían nada de los personajes. Ahora estos tienen más aristas y matices. Cancún es más una comedia de personajes que de situación. De las mías es la que más me gusta, sinceramente. En general mis obras son artificios pero aquí voy más a los sentimientos y a algunas cuestiones esenciales en nuestras vidas".
Son las que rumian durante su escapada a Cancún los cuatro turistas interpretados por María Barranco, Francesc Albiol, Aurora Sánchez y Vicente Romero. Conforman dos matrimonios de largo recorrido (entre 20 y 30 años juntos), que, al disponer de un paréntesis, se ven asaltados por la dudas: ¿Hice bien en casarme con él/ella? ¿Debería haberlo hecho con aquel/aquella? ¿Tiene sentido seguir así? Galcerán frena en seco: "Da igual con quien te cases: si eres un infeliz, lo seguirás siendo; si eres un tacaño, también... Siempre que me siento con la intención de escribir una comedia romántica al final me acaba saliendo antirromántica. Qué le vamos a hacer".