Radical y enigmática Hedda Gabler
Cayetana Guillén Cuervo y Ernesto Arias, acompañados por el resto del reparto. Foto: marcosGpunto.
Tras El malentendido de Camus, el equipo formado por Yolanda Pallín, Eduardo Vasco y Cayetana Guillén Cuervo (al frente de su productora Mucha Calma) se enfrenta ahora a Hedda Gabler, la obra con la que Ibsen culmina su etapa simbolista y en la que exhibe la quintaesencia de su arte a través de una aristócrata que acaba de contraer matrimonio con un hombre al que no ama. Protagonizada por Guillén Cuervo y Ernesto Arias, el montaje que podrá verse desde este viernes, 24, en el Teatro María Guerrero nos presenta a una mujer inteligente que lo tiene todo pero que resulta incapaz de encontrar la felicidad. "Vive por encima de sus posibilidades y no puede soportar la mediocridad -explica Vasco a El Cultural desde su óptica de director-. Hedda Gabler tomará una decisión, aparentemente práctica, que resulta fatal para su destino. Trata de manipular a todos los que están a su alrededor para conseguir sus deseos pero nadie responde a sus expectativas. Es la historia de una inconformista que comete el error de pensar que es capaz de conformarse".Ibsen escribió Casa de muñecas, su obra más celebrada, con 51 años. Hedda Gabler, a los 62. Para Pallín, autora de la versión, es su reverso trágico, y en ambas la técnica realista resulta insuperable: "No es una cuestión sencilla determinar si es una tragedia o no lo es. Lou Andreas-Salome defendió su naturaleza trágica mientras que otros estudiosos rebaten esta opinión tomando en cuenta su carga social. Algunos críticos han considerado a Hedda un monstruo incapaz de existir en el mundo real además de un retrato ajustado de la mujer oprimida por una sociedad machista". Según puntualiza la autora de La mirada a El Cultural, nos encontramos ante uno de los personajes femeninos más grandes de la historia del teatro: "Cada vez que pretendemos ofrecer una visión razonable y razonada del personaje se nos descose una costura que deja entrever heridas muy profundas, heridas que no sabemos si pertenecen al cuerpo de lo histórico y social o a la inaprensible naturaleza humana".
Son tantas y tan ricas las interpretaciones que ofrece el personaje que da título a la obra que hasta puede ser comparado con uno de los creados por la HBO. Para Vasco, está muy cerca de los perfiles que crea la cadena estadounidense en sus series: "Enigmático, imprevisible, radical y atractivo". Pallín, sin embargo, lo compara con la protagonista de Casa de muñecas: "Hedda Gabler representa el lado tenebroso de la fuerza que Nora supuso para el drama moderno. Perdonamos a Antígona, la niña caprichosa aunque bien intencionada. Pero, ¿qué puede hacer la sociedad con la infame Medea? ¿Qué sociedad ha soportado nunca la moral de un escorpión? En Hedda conviven el deseo de la más pura belleza y el voyerismo más degradante, la irreprimible fuerza sin objeto y la sumisión a las normas establecidas". Jacobo Dicenta, José Luis Alcobendas, Charo Amador, Verónika Moral y Jorge Bedoya completan el reparto de un montaje en el que, además, Carolina González firma la escenografía, Ángel Galán la músicay el Lorenzo Caprile el vestuario.