Muere la coreógrafa Trisha Brown
Trisha Brown. Foto: Marc Ginot
La bailarina, coreógrafa y teórica de la danza posmoderna norteamericana ha fallecido en San Antonio (Texas) a los 80 años después de una larga enfermedad
Pocos bailarines han conectado tan bien como lo hizo ella la parte cerebral y la parte sensual de la danza, y pocos han sido tan influyentes. Sus coreografías, que desde Nueva York se proyectaron al mundo durante 30 años, contribuyeron a situar la danza moderna en el siglo XXI. Su trabajo llegó al Paris Opera Ballet, colaborando con Mikhail Baryshnikov y con artistas visuales como Robert Rauschenberg, Donald Judd y Nancy Graves.
Trisha Brown nació en Aberdeen en 1936 y estudió en el departamento de danza del Mills College (California), donde aprendió una gran variedad de estilos: ballet, acrobacia, modern jazz... Llegó a Nueva York en 1961 (poco antes había conocido a Anna Halprin, con la que comenzó la improvisación coreográfica) en uno de los momentos de mayor creatividad de Manhattan y fundó allí su compañía en 1970. Allí comenzó a investigar y a indagar, buscando la esencia del movimiento al tiempo que intentaba abrirse a otras disciplinas, como la pintura y el dibujo. Llevó la danza hasta museos y galerías de arte.
De entre las más de 100 coreografías que desarrolló, destacan algunas como Danzas de equipo (1968-1971), en la que exploró la gravedad, la percepción y el espacio urbano, o Acumulaciones (1971-1975), derivadas de secuencias matemáticas. En 1983, logró un gran éxito tanto en Europa como en América por Set and Reset, un espectáculo con música de Laurie Anderson y diseños de Rauschenberg. A partir de ese momento su trabajo comenzó a formar parte de los repertorios de otras compañías.
En 1988, el gobierno francés nombró a Trisha Brown Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. En el año 2000 fue promovida a Oficial y en 2004 a Comandante.