Image: Salvador Távora, premio Max de Honor

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Escenarios

Salvador Távora, premio Max de Honor

El actor, dramaturgo y director sevillano obtiene el galardón honorífico por "su amplia y transgresora trayectoria, su compromiso social y su implicación con el hecho teatral"

26 abril, 2017 02:00

Salvador Távora

El actor, dramaturgo y director sevillano Salvador Távora será galardonado con el Max de Honor en la próxima edición de los Premios Max de las Artes Escénicas que promueve la Fundación SGAE, según ha anunciado la organización este miércoles. El comité ha resaltado "su amplia y transgresora trayectoria, su compromiso social y su implicación con el hecho teatral".

Távora recibirá el premio durante la gala de la XX edición de estos galardones, el próximo 5 de junio, que se celebrará en el Palau de les Arts de Valencia. A tenor de esta mención, Salvador Távora ha declarado que "supone un estímulo enorme, la compensación a todo mi trabajo, sobre todo porque viene de profesionales que saben lo que hacen". Con respecto a su filosofía teatral, ha añadido: "Mi teatro tiende más a la tragedia que a la comedia. Son vivencias, de las que he sacado una experiencia que por la vía del arte he convertido en comunicación, en teatro, pero entendiéndolo como emoción y como verdad".

Salvador Távora nace en Sevilla en 1934 en el popular barrio del Cerro del Águila y se crio en medio de las dificultades económicas y culturales que siguieron a la Guerra Civil española. Con una trayectoria sobre los escenarios de más de cuatro décadas y su experiencia como mecánico de una fábrica de tejidos y como torero, su concepto del flamenco y su función social han provocado en el creador versatilidad como dramaturgo, actor y director, uno de los más influyentes en la escena andaluza y con notable proyección internacional desde la década de los años 70.



"Yo soy un andaluz trágico, casi un andaluz, como decía Lorca, de la vida y de la pena", afirma Távora, que ha plasmado en su perspectiva teatral su experiencia de comunión entre el riesgo y el arte del toreo. El entorno del barrio donde vive, el taller, los ruedos y su manera de entender el flamenco como reflejo de la situación social de su tierra, acumularon en él un caudal de vivencias. Sus orígenes en el mundo del teatro se remontan a finales de los sesenta, cuando el crítico teatral José Monleón lo requiere para formar parte del Teatro Estudio Lebrijano "por su singular forma de entender la expresión andaluza".

Ello le hizo participar en 1971 en el Festival Mundial de Teatro de Nancy, en el elenco de Oratorio, donde ya introduce el flamenco como un elemento de comunicación equiparable al texto, la acción y el gesto. Ese mismo año concibe y elabora Quejío, espectáculo donde arremete contra el academicismo, presentado en Madrid y en la Sorbona de París. A partir de ese momento, la vida y el nombre de Salvador Távora quedan ligados a La Cuadra de Sevilla, grupo de teatro cuya actividad alimenta durante 45 años, creando para él 26 obras que han sido portavoces de una cultura específicamente andaluza, representadas más de 5.000 veces ante más de 3 millones de espectadores, en 35 países y 180 festivales internacionales.

Entre los trabajos más relevantes de Távora como dramaturgo en La Cuadra caben destacar también Los Palos (1975), Herramientas (1977), Andalucía amarga (1979), Nanas de espinas (1982), Las Bacantes (1987), Alhucema (1988), Identidades (1994), Carmen (1996) y Don Juan en los ruedos (2000), estas dos últimas aún en cartel, o las más recientes Yerma, mater (2005), Flamenco para Traviata (2007), Rafael Alberti, un compromiso con el pueblo (2010), y Memoria de un caballo andaluz (2012). El febrero pasado reestrenó una reposición de su primer espectáculo, Quejío, en el Teatro Salvador Távora que actualmente dirige.

Además de los espectáculos de su propia compañía, el creador sevillano también montó la coreografía de la ópera La Traviata, dirigida por Nuria Espert (1989); creó y dirigió Pasionaria ¡No pasarán! (1993), sobre un texto de Ignacio Amestoy, para el Teatro Gasteiz; y creó y dirigió la coreografía dramática Cachorro para José Antonio y los Ballets Españoles (1993).