Lorde, St. Vincent y Juliette Armanet
Si hay un ganador claro en las preferencias de los críticos musicales de todo el mundo en 2017 es
Kendrick Lamar, que ante su previsible triunfo en los próximos Grammy ha visto cómo su álbum
Damn es escogido como el mejor del año por
Pitchfork,
Les Inrockuptibles y
Rolling Stone. En el campo del pop, el rock y la electrónica, el juego está más repartido. Ha sido el gran año de la joven neozelandesa
Lorde, cuyo
Melodrama ha sido escogido por la revista británica
NME como el mejor de estos últimos doce meses, mientras
Pitchfork lo considera el segundo mejor lanzamiento y todos los medios de prestigio la incluyen en el top 10 anual.
Otra estrella del pop más veterana,
St. Vincent, logra el puesto de honor en la lista de
The Guardian, mientras
Mojo Magazine encumbra como mejor disco del año el sonado regreso de
LCD Soundsystem. La experimentación sensible del venezolano
Arca, que es productor del nuevo disco y bellísimo de
Björk, el rock adulto y crepuscular de
The War on Drugs, la experimentación folk de
Richard Dawson, el triunfo de
The National y
The xx, la fuerza de
King Krule o el pop melódico de un crecido
Father John Misty han sido otros de los los grandes hitos del año.
Ha sido un año en el que
la música hecha por mujeres ha tenido una enorme importancia. Además del éxito de Lorde y Björk, hemos visto la confirmación de las cubanas
Ibeyi, el huracán de
Fever Ray, la desarmante sensibilidad de
Big Thief, la banda liderada por Adrianne Lenker, la emoción de la francesa
Juliette Armanet o el carisma de Ellie Rowsell, líder de los punk
Wolf Alice, sin olvidar el triunfal regreso de
Charlotte Gainsbourg a la música, recibido como un acontecimiento.
(Para confeccionar esta lista se han tenido en cuenta las selecciones de lo mejor del año de
The Guardian, Pitchfork, Les Inrockuptibles, Rolling Stone, NME, Mojo Magazine y
The Wire).
Lorde: Melodrama
El disco pop del año se llama
Melodrama y lo firma la cantante y compositora neozelandesa Lorde,
nom de guerre de Ella Marija Yelich-O'Connor, una artista de tan solo 21 años que brilla como una suerte de
mezcla explosiva entre el espíritu cool y atormentado de Lana del Rey con el espíritu hedonista de Britney Spears, pasando por la genialidad de esa Grimes de la que
es hermana gemela. Hay energía, vitalidad y locura en una colección de canciones sensacionales en las que logra el pequeño milagro de ser una artista de masas y
dominar a la perfección los misterios del estribillo y que veamos un corazón latiendo. Repleto de
hits como "Green Light", que es al mismo tiempo una canción de duelo y un canto de rebeldía, muy en su línea, o temas como "Homemade Dynamite", la perfecta canción juvenil, hasta baladas como esa "Perfect Places" que hubiera firmado Madonna en sus mejores tiempos, Lorde es una artista que va a marcar a fondo los próximos años.
Arca: Arca
Nacido en Caracas y afincado en Londres, a sus 27 años el músico electrónico Alejandro Ghersi es
uno de los mayores talentos de la electrónica mundial. Productor de Björk, Kanye West o FKA Twigs, este es su cuarto disco como Arca y en él brilla un compositor sensacional capaz de crear texturas dramáticas de una belleza que casi hiere. Es difícil describir con palabras unas canciones muy particulares donde brilla por momentos una insólita influencia de los sonidos tropicales en las que Ghersi llega incluso más lejos que James Blake, un artista que se mueve en un terreno similar, a la hora de desatarse como el más lírico de los líricos.
Big Thief: Capacity
Los fans del Sufjan Stevens más melódico no tienen que perderse este precioso disco que vendría a ser algo así como una película de Alexander Payne en versión musical. Banda afincada en Brooklyn y liderada por la carismática Adrianne Lenker, Big Thief oscila entre un folk juguetón, la hondura del art rock neoyorquino inaugurado por Lou Reed o una delicada y frágil belleza. Es un disco bellísimo.
Björk: Utopia
Björk ha dicho que este nuevo trabajo "es un redescubrimiento del amor pero de una manera mejor y más espiritual, siendo consciente de la falta de empatía en este mundo". Compuesto en largos paseos por el campo en Islandia,
Utopia no es un disco de singles pop sino de
atmósferas marcadas por el sonido de los pájaros, grabados en directo, y de la flauta islandesa. Compuesto y producido en colaboración con Arca,
Utopia parece sugerir un mundo posible de paz y concordia en una apuesta de Björk por la armonía y la reconexión con la naturaleza.
Charlotte Gainsbourg: Rest
Hacía ocho años que la hija de Serge Gainsbourg y Jane Birkin no lanzaba un disco, más entregada al cine y a sus colaboraciones con Lars Von Trier.
Rest ha sido recibido como un enorme triunfo en todo el mundo y es un álbum en el que la artista, lo mejor de dos mundos, logra emocionarnos con
una versión actualizada y modernizada de la chanson, con un toque del pop británico, por supuesto, que alcanza cotas de belleza realmente asombrosas. Abre el disco una canción tan sensacional como "Ring-a-Ring O'Roses", un tema de pop elegante y profundo, para seducirnos con hits como la muy chic "Deadly Valentine".
Father John Misty: Pure Comedy
El hijo del predicador se supera a sí mismo con un álbum ambicioso y grandioso en el que recupera el espíritu del primer Elton John para regalarnos una colección de maravillosas canciones. Entre el melodrama y una cierta ironía, hay momentos en los que recuerda a Rufus Wainwright con ese piano omnipresente y majestuoso. Arranca el disco Tillman con "Pure Comedy", en la que prefiere observar la realidad desde la óptica del humor: "Comedia, esto es lo que yo llamo pura comedia / Tan solo esperando a la parte en que comienzan a creer / Que están en el centro de todo / Y los muy poderosos tratan de darle significado a este show monstruoso".
Fever Ray: Plunge
La sueca Karin Dreijer Andersson es conocida como la mitad de The Knife, la banda de electrónica que ostenta junto a su hermano Olof y que ambos dan por difunta. Ocho años después de su primer disco bajo el alias de Fever Ray, Karin vuela sola y sigue sin aparecer con su rostro (con The Knife se ponían máscaras) para convertirse en sofisticados vídeos musicales en un ser andrógino -ella misma se define como de género fluido-. Manifiesto feminista y contundente,
Plunge ("Inmersión") tiene la urgencia de un álbum punk ("Wanna Sip"), la emoción y el sentimiento ("Musn't Hurry") y, en su mejor momento, "To The Moon and Back", un extraordinario dominio del punk.
Juliette Armanet: Petite amie
Es imposible no escuchar la canción "L'amour en solitaire", de Juliette Armanet, y no enamorarse de forma inmediata esta cantante de 33 años que ha protagonizado
un fulgurante debut en la escena francesa.
Petite amie ("novia" en francés) es el título de un álbum en el que Armanet canta
preciosas baladas de chanson que por su exquisita sensibilidad nos llevan a la partitura de Michel Legrand para
Los paraguas de Cherburgo (1964, Jacques Demy). Hay un espíritu muy sesentero en canciones como "A la folie" o "Cavalier seule" en este disco tan asombrosamente divertido y emocionante que es difícil dejar de escuchar cuando se conoce.
Ibeyi: Ash
Después de su debut hace dos años, Ibeyi está conquistando el mundo con este segundo disco,
Ash ("Ceniza"), en el que las cubanas afincadas en Francia logran llevar la música de su país hacia una rotunda modernidad. Hijas del famoso percusionista cubano Miguel Ángel Díaz, Lisa-Kaindé Díaz y Naomi Díaz logran el pequeño milagro de
renovar la música caribeña con dosis de trip hop no solo sin traicionar sus esencias sino todo lo contrario, con
groove y profundidad.
Ash es una colección de canciones bellísimas como "Away Away" o himnos feministas tan poderosos como "No Man Is Big Enough For My Arms".
Kamasi Washington: Harmony of Difference
Hay músicos que marcan el camino a los demás como Kamasi Washington, saxofonista y compositor de jazz que
está revolucionando la música desde Los Ángeles. Después de un disco monumental como
The Epic (2015), tan épico como su propio título y con sus tres horas de música, Washington sigue marcando el futuro de la vanguardia con
Harmony of Difference, en el que, con mayor concisión, se sigue revelando como un maestro a la hora de practicar
una exuberante experimentación. Del lounge de "Desire", el tema que abre el disco, a la turbulencia de "Truth", los 13 minutos con que lo cierra, el músico californiano demuestra que es
el más inspirado heredero de Coltrane, su modelo confeso, en una suerte de banda sonora de la vida californiana con un marcado acento de los 60.
King Krule: The Ooz
Archy Ivan Marshall, a sus 23 años, es uno de esos asombrosos jóvenes que se están comiendo el mundo.
Más raro que un perro verde, King Krule en parte se dio a conocer hace cuatro años con un debut tan crudo como
6 Feet Beneath the Moon, en el que parecía una suerte de Mark Kozelek pasado por el túrmix de The Streets. Su segundo trabajo bajo este alias (también publica con su propio nombre y como Zoo Kid),
The Ooz, es una obra de una ambición sorprendente en el que Krule se muestra como un joven sufriente medio punk y medio loco. Hay emoción y hay turbulencia en este disco en el que hay
una mezcla extraña y potente entre jazz, espíritu rock, un R&B que recuerda a Frank Ocean o incluso dub. Aunque parezca imposible, es posible.
LCD Soundsystem: American Dream
Fue hace cinco años cuando el grupo formado por James Murphy y Tim Goldsworthy anunciaba que después de tres discos épicos se acabó una de las uniones musicales más espectaculares de la década pasada. Pero LCD Soundsystem siguen en la brecha ¡y de qué manera! Herederos del sonido punk de Nueva York que va de los Suicide de Alan Vega al intelectualismo retorcidamente romántico de Lou Reed sin olvidar la influencia de Talking Heads o Blondie,
American Dream nos propone de nuevo
un viaje a las raíces del punk vía electrónica en un álbum sensacional que tiene algo de la urgencia y la rabia de unos Run the Jewels. Ahí están temas como "Call the Police", que parece recuperar el espíritu callejero y gamberro de los Beastie Boys, u "Other Voices", la perfecta canción de LCD Soundsystem.
Richard Dawson: Peasant
Muy celebrado por
The Wire, la biblia de la música experimental, Richard Dawson es un músico folk de Newcastle upon Tyne, en el norte de Inglaterra. Desde su debut hace una década, Dawson ha lanzado un disco todos los años, alcanzando finalmente el éxito en 2014 con
Nothing Important.
Peasant tiene
lo mejor del espíritu bucólico como la melodía alegre de "Ogre" y
lo mejor de la música de vanguardia, con canciones tan extrañas como "Prostitute".
Slowdive: Slowdive
Slowdive es un grupo de Reading (Inglaterra) que alcanzó la popularidad en los 90 como
uno de los reyes del shoegaze, ese estilo que los críticos llamaron así porque sus músicos, melancólicos, se pasaban los conciertos mirando al suelo y no al público, así como por su afición a distorsionar las guitarras eléctricas con el pedal. 22 años después de su último disco, se dice rápido, la banda de Neil Halstead triunfa con este disco homónimo a medio camino
entre una suerte de dream pop a lo Beach House y el rock adulto de The War on Drugs. Es un disco fabuloso de paisajes guitarreros y casi telúricos que recuerda a la hondura de las
Deserter's Songs de Mercury Rev.
St. Vincent: Masseduction
Anne Erin Clark, quien publica sus discos como St. Vincent, ya es una gran estrella y este
Masseduction,
mejor disco del año para The Guardian, donde la vemos más melancólica y menos irónica que en el icónico
St. Vincent (2015),
deja un tanto de lado el comentario cultural ácido para hablarnos de amor (y desamor) en un nuevo disco quizá más áspero. Sigue siendo
una fabulosa creadora de melodías como la preciosa línea de guitarra de "New York", una preciosa canción de desamor que recuerda al mejor Sufjan Stevens. Y si en la Gran Manzana echa de menos a su amor, en "Los Ageless" (ojo al juego de palabras) nos regala una joya pop a la altura de sus mejores composiciones cargada de ironía y aún más dosis de tortura amorosa.
Sun Kil Moon: Common as Light and Love Are Red Valleys of Blood
Con fama de ser la estrella más insoportable del firmamento indie, Mark Kozelek firma
lo más parecido a una obra maestra, una vez más, con este disco confesional escrito durante una larga gira en el que distintos lugares (Ohio, Philadelphia, Las Vegas o Portugal) marcan el tono de unas canciones sencillamente maravillosas en las que Kozelek logra al mismo tiempo
una enorme sencillez (apenas un piano y una guitarra) y una gran hondura. Con sus 130 minutos, intercalados por largos monólogos torturados como es habitual en él, es un disco tan excesivo como bello.
The xx: I See You
Cinco años después de
Coexist, el tercer disco de este trío de jóvenes británicos famosos en el mundo entero
suena más fresco, divertido y pop que los anteriores como si hubieran decidido dejar de ser esos músicos intelectuales y algo herméticos del pasado para abrazar una nueva etapa más luminosa. Sigue la formación original con Romy Madley Croft a la guitarra y las voces, Oliver Sim al bajo y voces y el ínclito Jamie xx en la producción electrónica. Después del éxito de
Colours el año pasado, primer disco de Jamie en solitario, la influencia de ese trabajo en este es evidente en un disco más variado que los anteriores en el que van desde el pop elegante con raíces en el soul de "Lips" a un tema como "Dangerous", una inmaculada canción en la que se deja notar la influencia de New Order.
The National: Sleep Well Beast
En medio de una gran expectación, el grupo de Ohio liderado por Matt Berninger, compositor y cantante, se supera a sí mismo con Sleep Well Beast, en el que refinan su propio estilo para llevarlo a altas cotas líricas. Para los que echaban de menos un gran single en su anterior disco, ahí está ese "Day I Die" con una fantástica melodía en la que brilla ese "rock adulto" de la banda con un toque de mordacidad e ironía marca de la casa para acto seguido seducirnos con esa "Walk it Back" en la que los arreglos electrónicos aderezan una canción fantástica en la que abundan en esa especie de melancolía de la mediana edad que es todo el disco.
The War on Drugs: A Deeper Understanding
Fue hace tres años cuando The War on Drugs, el grupo de Adam Granduciel, obtuvo un gran éxito con
Lost in the Dream, tercer disco de la banda tras la marcha de Kurt Vile. Con un sonido que recordaba a las grandes bandas de rock adulto de los 80 como Fleetwood Mac o la "americana" de Bruce Springsteen, esa colección de canciones de gran impacto emocional nos sumergía en un mundo propio de guitarras y sintetizadores que parecía reproducir la capacidad hipnótica de unos Spaceman 3.
Más de lo mismo, en el mejor sentido, nos ofrecen en este
A Deeper Understanding, en el que los temas de la banda parecen reverberarse eternamente como si se tratara de
un bucle infinito de emoción, melancolía y un atisbado vitalismo. Ahí están temas como ese "Holding On" en el que parece brillar un renovado optimismo o "Pain", en el que logran una melodía tan fantástica como en la ya mítica "Red Eyes".
Wolf Alice: Visions of a Life
No siempre es fácil saber por dónde van a salir los londinenses Wolf Alice. La banda liderada por la cantante y guitarrista Ellie Rowsell a veces nos sorprende con
canciones pop que evocan la new wave como "Don't Delete the Kisses" en su versión romántica de Spandau Ballet como ir por derroteros de
sofisticación electrónica similares a los de The xx en canciones como "Sky Musings" para acercarse al punk en temas como "Heavenward".
@juansarda