Escen de Jardín infinito.

Con Jardín infinito, que se estrena el día 17 en el Teatro Real de Madrid, Nacho Duato cumple el número cincuenta de sus trabajos con la Compañía Nacional de Danza (CND). Cincuenta coreografías en casi veinte años dan idea de un buen ritmo creativo, con sus lógicos altibajos. Ahora ha buscado la inspiración en Chejov, referencia inexcusable para las gentes del teatro y para cualquier artista con sensibilidad. También ha recurrido a él porque la CND va a actuar en el Festival Internacional Chejov que se celebra en Moscú. Duato no ha querido adaptar a la danza ninguna de los obras del escritor ruso, sino que se ha inspirado en su mundo, en su personalidad y en su obra "para extraer una visión particular y personal de todo ello",y dar idea de la fragilidad y la complejidad de las relaciones humanas, el gran tema de las obras del escritor.

Pedro Alcalde y Sergio Caballero (habituales colaboradores del coreógrafo) han elaborado una partitura a partir de la música de Alfred Schnitke, en opinión de Duato, "afinada en el mismo tono que Chejov", pero también de otros compositores como Chaikovski, a quien el autor tanto admiraba. Jaffar Chalabi ha diseñado una escenografía que sugiere múltiples espacios: reproduce el skyline moscovita, pero también un paisaje de la estepa, los tejados de las casas o una montaña; a veces el espacio se vuelve más íntimo o, todo lo contrario, se amplía con ecos de naturaleza y bosques, tan presentes en la obra chejoviana.

Junto a Jardín infinito, la CND bailará en el Real Rassemblement, que estrenó el Cullbert Ballet en 1990 inspirado en Haití y en la música de Toto Bissainthe, compositora que se ha inspirado en las canciones populares de su tierra. Trabajo oportuno que también recuerda a una de las obras más afamadas de Duato, Jardí Tancat.