Un momento de 'Decimos verdades que parecen mentiras', en el Museo del Prado. Foto: Museo del Prado

Un momento de 'Decimos verdades que parecen mentiras', en el Museo del Prado. Foto: Museo del Prado

Danza

'Decimos verdades que parecen mentiras': el homenaje al 8M de Muriel Romero y la CND en el Museo del Prado

La nueva directora de la Compañía Nacional de Danza ha sabido escoger el lugar y la ocasión para estrenarse y esta obra vaticina un futuro interesante.

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Dicen que Camille Claudel –musa y genio— forjó su destino entre el mármol y el bronce en una época que negaba la grandeza femenina. Mas, su historia quedó eclipsada por la sombra de Auguste Rodin –maestro y amante— que, en última instancia, la condenó al olvido.

Aunque su talento igualaba al del escultor de El Beso, la historia la relegó, silenciando su nombre y sepultando su obra. Internada durante décadas, su legado se perdió en la ingratitud del tiempo, mientras Rodin ascendía a la gloria.

Esta historia me vino a la mente mientras me conmovía la nueva coreografía de Muriel Romero –directora de la Compañía Nacional de Danza (CND)— que ha sido estrenada bajo la mirada, siempre cómplice, de las Musas del Museo de Prado.

Esta coreografía original para el Festival Ellas Crean explora, con sutileza y elegancia, la naturaleza femenina de la creación. La misma que tantas veces ha sido enterrada por la historia o, mejor dicho, por quienes la escriben.

Muriel ha trabajado con un nutrido grupo de excelsas bailarinas de la CND para cristalizar una obra conceptual, en la que cada frase coreográfica ha sido cuidadosamente destilada. Apoyándose, además, en la música de Pablo Palacio y el vestuario a cargo de Bebé Espinosa y Tania Bakunova, la coreógrafa sintetiza con maestría un sin número de mensajes, todos alejados de la controversia y cercanos a la hermosura.

Bailarinas de la CND en la Sala de las Musas del Museo del Prado, en un momento de 'Decimos verdades que parecen mentiras'. Foto: Museo del Prado

Bailarinas de la CND en la Sala de las Musas del Museo del Prado, en un momento de 'Decimos verdades que parecen mentiras'. Foto: Museo del Prado

Con la solemnidad que inspira la Sala de las Musas del Museo del Prado, Decimos verdades que parecen mentiras comienza con el desfile de las materias maleables, aquellas que las artistas-escultoras usarán para recrear su realidad.

Luego, las artistas acuden a la sala y comienzan a interactuar con la materia, flexible pero nunca dócil, en un proceso de múltiples cocciones. En ese diálogo entre manos y arcilla, creadora y creación se entrelazan, se transforman y, finalmente, se funden en una sola esencia.

Sin dudas, Muriel Romero ha sabido escoger el lugar y la ocasión para mostrar su primera creación con la compañía que dirige. Decimos verdades que parecen mentiras vaticina un futuro interesante para la danza conceptual en el seno de una CND que nunca defrauda.