Ashkenazy en Bohemia
Dentro de la extensa oferta que Ibermúsica ha preparado para esta semana en el Auditorio Nacional de Madrid, uno de los conciertos que mayor atractivo ofrecen es el que el próximo miércoles abordarán la Orquesta Filarmónica Checa y su actual titular, Vladimir Ashkenazy. Este pianista y director de origen ruso, nacido en Gorki en 1937 y posteriormente nacionalizado islandés, es uno de los músicos más polivalentes e imprevisibles de la actualidad. Después de ganar los concursos Reina Elisabeth de Bruselas (1956) y Chaikovski de Moscú (1962), se erigió en uno de los más brillantes pianistas de su generación, destacando ante todo por sus versiones de Chopin y Rachmaninov. A partir de los años 70 se ha dedicado cada vez más a la dirección, estando muy ligado a conjuntos como la Philharmonia y la Royal Philharmonic londinenses, la Orquesta de Cleveland o la Sinfónica Alemana de Berlín. En 1998 fue nombrado titular de la Filarmónica Checa, una de las orquestas de más rica tradición de la Europa del Este.
Será muy interesante escuchar su visión de la Séptima Sinfonía, una de las más complejas y heterogéneas partituras de Gustav Mahler. Antes, el conjunto praguense propondrá una bellísima e infrecuente página sinfónica del compositor checo Bohuslav Martinu, sus Frescos de Piero della Francesca. Este mismo programa se habrá podido escuchar el día anterior en el Palau de la Música de Valencia, mientras que en el concierto del viernes 12 en el Auditorio de Barcelona para Ibercámera, la sinfonía mahleriana será sustituida por composiciones de Mozart y Prokofiev.