CEREMONIAL POR LA PAZ
Ceremonial por la paz
Estrenada en la inauguración del Kennedy Center de Washington, el 8 de septiembre de 1971, en presencia de numerosas personalidades de la vida cultural y política americana, Mass constituye una de las partituras más ambiciosas de Leonard Bernstein. Esta pieza teatral para cantantes, músicos y bailarines, basada en la misa católica romana, supone, en palabras del crítico musical Joseph Horowitz, "un grito de dolor y una plegaria a la esperanza", y fue compuesta por Bernstein como respuesta a la guerra de Vietnam, hacia la que el músico estadounidense manifestó repetidas veces una absoluta repulsa.
La obra sorprendió desde el principio por su mezcla de estilos, al combinar la liturgia latina con la música folk, el blues y el rock, rompiendo la tradicional división entre música clásica y popular.
La puesta en escena de la obra, que exige un reparto de más de doscientas personas, incluyendo un grupo de rock, un conjunto de metales y una orquesta en el foso, llegará al Festival de Peralada el próximo sábado, en un montaje que reúne fuerzas tan dispares como la Orquesta y el Coro de Valencia, el Combo del Taller de Música de Barcelona, el Coro Street People o la cantante pop Cristina del Valle, todos ellos bajo la dirección escénica de Joan Ollé y musical de ángel Gil-Ordóñez. Se trata de un ambicioso proyecto, en el que han colaborado, entre otros, los Festivales de Galicia, Sagunto y Santander, el Palau de la Música y los Teatros de la Generalitat Valenciana.
Estrenada en la inauguración del Kennedy Center de Washington, el 8 de septiembre de 1971, en presencia de numerosas personalidades de la vida cultural y política americana, Mass constituye una de las partituras más ambiciosas de Leonard Bernstein. Esta pieza teatral para cantantes, músicos y bailarines, basada en la misa católica romana, supone, en palabras del crítico musical Joseph Horowitz, "un grito de dolor y una plegaria a la esperanza", y fue compuesta por Bernstein como respuesta a la guerra de Vietnam, hacia la que el músico estadounidense manifestó repetidas veces una absoluta repulsa.
La obra sorprendió desde el principio por su mezcla de estilos, al combinar la liturgia latina con la música folk, el blues y el rock, rompiendo la tradicional división entre música clásica y popular.
La puesta en escena de la obra, que exige un reparto de más de doscientas personas, incluyendo un grupo de rock, un conjunto de metales y una orquesta en el foso, llegará al Festival de Peralada el próximo sábado, en un montaje que reúne fuerzas tan dispares como la Orquesta y el Coro de Valencia, el Combo del Taller de Música de Barcelona, el Coro Street People o la cantante pop Cristina del Valle, todos ellos bajo la dirección escénica de Joan Ollé y musical de ángel Gil-Ordóñez. Se trata de un ambicioso proyecto, en el que han colaborado, entre otros, los Festivales de Galicia, Sagunto y Santander, el Palau de la Música y los Teatros de la Generalitat Valenciana.