Este disco contiene tres obras pianísticas de Josep Soler (Barcelona, 1935): la Sonata nº 3 (1993), subtitulada El canto de Dios, la Partita (1980) y el Fragmento de sonata (1958). Buena metáfora de la evolución del estilo de Soler: por una parte, avanzando hacia la claridad y la estilización; por otra, detenido en sus raíces jamás abandonadas: el serialismo tipo Alban Berg, el acorde del Tristán y las formas musicales del barroco temprano. Las tres se corresponden con artes inestables: el barroco, de diagonales inquietas; el teatro wagneriano, de ambición inmensa e imposible; el expresionismo alemán, o la desazón misma.
La Tercera sonata nos muestra a un Soler de pluma suelta, que escribe una música de superficie suave, sin aristas. Es un Soler maduro y sabio que domina enteramente el arte de trenzar sus raíces. En la Partita oímos al Soler barroco, con sus fugas y aires de danza. En el Fragmento, el grito de búsqueda, la urgencia de la expresión. Con su pulsación nítida y fidelidad al autor, Masó logra un magnífico retrato.