Música

Miscelánea

Del bel canto romántico a la madurez verdiana, Partituras rescatadas, Mozart al ayre español, Sokolov, genial y austero

9 febrero, 2006 01:00

Foto: M. A. Fernández

[Publicado el 9 de febrero de 2006]

Del bel canto romántico a la madurez verdiana
En nuestra cita periódica con la ópera en España reunimos cuatro significativos títulos pertenecientes a distintas estéticas. Dos de ellos comparten la misma, la de la comedia musical romántica de corte semiserio o sentimental. L’elisir d’amore y La sonnambula. La primera se exhibe en el Real a partir del próximo domingo con un doble reparto cuajado de nombres jóvenes, excepto el del sesentón Ruggero Raimondi, que, con su destemplado vozarrón, se las verá tiesas para dar la gracia y la flexibilidad que pide el charlatán Dulcamara. Le rodean, en Adina, la ascendente Patrizia Ciofi, una soprano lírico-ligera de excelentes hechuras, y la más penetrante Mariola Cantarero; en Nemorino, el italiano Antonino Siragusa y el levantino Antonio Gandía, de muy bello timbre, que confiamos haya encontrado el camino del canto legato y sereno. Belcore se lo reparten Marco Vinco y José Carbó, dos voces muy diferentes. Giorgio Surjan se alterna con Raimondi. Un habitual de este repertorio, Maurizio Benini, empuña la batuta, mientras que la puesta en escena (en la imagen), es la conocida de Mario Gas ambientada en el fascismo.

La segunda obra, en la que el canto belliniano alcanza su más diáfana y máxima expresión, es una apuesta del Teatro de La Maestranza; una nueva producción a cargo del francés Patrick Mailler, hombre con ideas y cosas que decir. Robert Paternostro, un verdadero especialista en la obra, está en el foso. Rancatore y Zapata han sido sustituidos en las partes protagonistas por dos jóvenes valores, la italiana Anna Chierichietti (1972) y el ruso Dmitri Korchak (1979). El conde Rodolfo será Carlo Cigni. Primera representación, este sábado. Contemplamos hoy mismo en el Teatro del Liceo la madurez verdiana, con la producción de la Moneda de Bruselas de Otello que firma Willy Decker, un director de escena siempre sorprendente, para bien y para mal. Da vida al celoso moro el argentino José Cura, que, a falta de medios auténticos, posee por lo menos prestancia escénica y capacidades de actor. Un barítono de estupenda voz, de arte no del todo sutil, el georgiano Lado Ataneli, y una soprano de buen centro, que lleva una carrera un tanto errática, la búlgara Krassimira Stoyanova, le dan réplica. La dirección se ha encomendado a Antoni Ros Marbà.

Don Giovanni, el título más complejo de Mozart, será interpretado en versión concertante el miércoles, en el Festival de Canarias. Dirige Pedro Halffter, a quien hay interés en ver en este miura operístico. En el elenco la estadounidense Margarita de Arellano, y la chilena Cristina Gallardo-Domâs, que hace su primera doña Elvira y el bajo alemán René Pape. A. REVERTER


Partituras rescatadas
El Instituto Valenciano de la Música ha tomado el aniversario de Vicente Martín y Soler -cuya celebración oficinal tendrá lugar el sábado-, como emblema de su labor en este campo. Coordinado por el musicólogo argentino Leonardo Waisman y por el ICCMU, presenta la recuperación de seis óperas del compositor levantino en edición crítica: La Festa del Villaggio, L’Isola del Piacere, Il Burbero di Buon Cuore, así como las más conocidas Una cosa rara, L’Arbore di Diana y La Capricciosa Corretta.


Mozart al ayre español
El conjunto Al Ayre Español llega hoy al Auditorio de Zaragoza y mañana al Nacional de Música de Madrid, para ofrecer un interesante programa dedicado a Mozart. Dirigidos por Eduardo López Banzo, la formación de instrumentos originales se hará cargo de la Sinfonía nº 36, Linz. Antes se podrá escuchar la celebrada Misa de la Coronación, donde el conjunto aragonés estará secundado por el Coro de Valencia y un buen plantel de solistas: Ruth Rosique, Gustavo Peña, Sebastian Noack y Brigitte Pinter.


Sokolov, genial y austero
El próximo lunes acude al Ciclo de Grandes intérpretes, en el Auditorio Nacional, Grigori Sokolov, uno de los más importantes y completos pianistas de nuestro tiempo y asiduo colaborador de los recitales de la Fundación Scherzo que cumplieron el pasado curso una década. El ruso, favorecido por unas facultades sensacionales, es un hombre austero, adusto, pero artista imaginativo y variado que nunca deja indiferente. Sus apariciones suelen resultar un acontecimiento y sus versiones una creación. El programa que trae a Madrid, como una columna vertebral del piano europeo, se inicia con la Suite francesa nº3 de Bach, para seguir con uno de los caballos de batalla del pianista, Beethoven, y su trágica Sonata nº 2. La cita concluye con la Sonata en fa de Schumann.


Flórez y compañía
Cuatro de los más fulgurantes cantantes de la actualidad se dan cita a lo largo de nuestra geografía los próximo días para brindar sendos recitales. Hoy mismo, en Valladolid, y el sábado en el Teatro Real de Madrid, actúa el tenor peruano Juan Diego Flórez y la mezzo italiana Daniela Barcellona quienes, secundados por la Sinfónica de Castilla León y Ricardo Frizza, realizarán un recorrido belcantista con obras de Rossini, Bellini y Donizetti. Le seguirá la soprano italiana Barbara Frittoli, excepcional Liù en el último Turandot del Liceo de Barcelona, donde acude mañana con obras de Beethoven, Schubert y Duparc, junto a los que podrá dar muestras de su exquisita musicalidad, canto matizado y cálido timbre. Por su parte, la albanesa Inva Mula, una soprano lírica dotada de un timbre penetrante, estará en Valencia para ofrecer un interesante demostración de su arte con obras de Bellini, Rossini, Gounod, Massenet, Poulenc, Tosti y Delibes.


"Tarantino" en Lavapiés
El director de escena Calixto Bieito ha sido adjetivado en alguna ocasión como el Tarantino de la ópera. Una de sus producciones más emblemáticas es ésta que se repone desde mañana en el Teatro de la Zarzuela, después de seis años de su estreno. Bieito releía una de las obras maestras del género lírico español, El barberillo de Lavapiés, con una visión entre impactante y renovadora que, pese a recibir críticas de ciertos sectores, fue acogido con entusiasmo por los más que veían en esta puesta en escena, una actualización necesaria para nuestra zarzuela, acometida en ocasiones con un espíritu casposo y decadente. La dirección musical es de Miquel Ortega y José Fabra. En el reparto, Carmen González y Beatriz Lanza.