Image: Quique González

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Música

Quique González

“La relación entre artista y discográfica se está reorganizando”

11 octubre, 2007 02:00

Foto: Fernando Maquieira

El cantautor español más eléctrico, Quique González, presenta su séptimo disco, Avería y redención, una obra densa, amplia y exquisita que incluye diecisiete temas de gran madurez. Con este motivo, ha hablado con El Cultural.

Le tengo demasiado respeto a la poesía como para pensar que las letras de mis canciones lo son", asegura Quique González, posiblemente el cantautor eléctrico español con más talento de la última década. Sumergido en la promoción de su séptimo disco, Avería y redención (DRO), González minimiza la importancia de sus textos. Uno de ellos, el del tema Aunque tú no lo sepas, se convirtió en un clásico del pop español en la versión que hizo el desaparecido Enrique Urquijo: "Aunque tú no lo sepas/ me he inventado tu nombre/ me drogué con promesas/ y he dormido en los coches/ Aunque tú no lo entiendas/ nunca escribo el remite en el sobre/ para no dejar huella".

-Después de escuchar sus canciones cuesta trabajo pensar que le resta importancia a las letras.
-No le quito importancia, pero casi... Las letras de las canciones no siempre tienen el significado que la gente quiere ver. Muchas veces simplemente se busca que se cree una buena sintonía con la melodía, que acompañe al ritmo, que suene bien. Nada más. Y es que el oficio de poeta, como dijo Van Morrison, es el peor del mundo: siempre en el filo, pendiente de un hilo, dependiendo de la inspiración.

-Inspiración que, en su caso, parece llegar de Estados Unidos y la llamada música americana.
-Sí, hasta ahora el sonido de directo tenía muchas raíces norteamericanas. Con los Taxi Drivers, mi anterior banda, había muchos músicos sobre el escenario, y dobros, guitarras de pedal, mandolinas. Se abre una nueva etapa. Las canciones de Avería y redención, el nuevo disco, reclaman el cara a cara con el público. Y un nuevo grupo, La Aristocracia del Barrio (guitarra, bajo, batería), para buscar sensaciones más directas, más sencillas, pero sin pérdidas de potencia.

-Pertenece a una generación que, desde sus comienzos en el mundo de la música, asumió el desmoronamiento de la industria discográfica como algo natural.
-Un negocio que pierde un quince por ciento cada año está condenado a desaparecer. En su momento, hace veinte años, se perdió la oportunidad de crear unas estructuras sólidas. No hay salas para tocar en directo. No hay locales de ensayo. Desde entonces las cosas sólo han cambiado en una cosa: se venden menos discos en la actualidad que entonces.

-Usted es un superviviente. Tiene sólo 34 años y ya ha sido despedido de una multinacional, se autogestionó, creando su propio sello discográfico, y ahora ha regresado a una gran compañía.
-Me echaron por estar entre los 27 grupos que menos vendíamos pero luego, esos mismos ejecutivos volvieron a contratarme. Tener tu propio sello discográfico está bien, tienes todo el control pero es una profesión diferente a la de músico. Yo sé escribir canciones, no hacer negocios. Ahora creo tener el control sobre mi trabajo y libertad para tocar. Pero el futuro es incierto, puesto que se están reorganizando las relaciones entre artistas y discográficas. En cinco años nada será igual.

-Parece un artista incómodo, inconformista, capaz de luchar por sus derechos. Su compañía discográfica dice que es un genio y que tiene 15.000 seguidores dispuestos a "matar" por usted.
-No me gusta que me chuleen. Ya sabes, cosas como tocar gratis para radios de grandes empresas de izquierdas... Todos firmamos nuestro primer contrato sin mirar. Sin embargo, después toca defender las canciones. Y donde mejor se defienden es sobre un escenario.

-Y cuando te bajas de él, ¿qué haces?
-Entre otras cosas, leer. Ahora, estoy con un libro de entrevistas con Tom Waits. Es un genio, un tipo absolutamente imprescindible.

A ritmo de rock suave

"Entré en una tienda de instrumentos musicales a comprar un juego de cuerdas 012 y unas púas, y después de un año salí con un piano de segunda mano, un Capri 82, un nuevo disco y una película en la que no aparece ninguna Kawasaki gripada". Quique González cuenta el proceso de gestación de Avería y redención, el séptimo álbum de su carrera, una obra densa, amplia y exquisita que incluye diecisiete canciones de absoluta madurez. Un disco que incluye Dónde están las gafas de Mike, road movie de 83 minutos grabada, a ritmo de rock suave, en el interior de estudios caseros, coches viejos y habitaciones a media luz. "Estoy frito por meter la guitarra en el maletero (con las cuerdas nuevecitas) y volver a la carretera a tocar estas canciones", sentencia.