Image: Jazz abrasador

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Música

Jazz abrasador

Marsalis, Metheny, Weston, Carter y Camilo incendiarán el verano

26 junio, 2009 02:00

Foto: Adrián Ruiz De Hierro

La crisis económica también ha afectado a los bolsillos de nuestros numerosos festivales de jazz, pero no por ello el eco de su actividad perderá fuerza este verano. La cantidad de certámenes se mantiene y no ha trascendido noticia sobre la cancelación de ninguna cita importante. Del mismo modo, frente a los recortes presupuestarios ha imperado la imaginación, negociando soluciones artísticas más baratas, pero igualmente dignas; es más, esta precariedad económica ha traído consigo una mayor demanda de propuestas culturalmente más interesantes y que, en ediciones anteriores, quedaban relegadas a espacios más escorados.

Así, el Jazzaldia donostiarra pierde este año una jornada, la llamada Jazz Band Ball, pero la compensa con una espectacular programación basada en alianzas musicales como la que llevará a cabo con países como Noruega, que colocará en La Concha a sus jazzistas más destacados. Y en la misma dirección, el resto de festivales, que ha aparcado la purpurina de ciertos artistas taquilleros para apostar por el mero hecho musical. De este modo, el panorama jazzístico se presenta con la práctica totalidad de sus alicientes, convocando a públicos y artistas por toda nuestra geografía.

Como viene siendo habitual, la gran ruta del jazz estival arranca en el norte, aunque ya no en el País Vasco, sino en Vigo. La capital gallega ha hecho de su Imaxina Sons (hasta el 5 de julio) un verdadero refugio para el jazz más vanguardista y creativo, consolidando los cimientos de un edificio que se define a partir de las propuestas nacionales y europeas. El certamen cumple este año su primer lustro de vida, y en este tiempo ha hecho de su oferta una verdadera muestra de valentía y compromiso cultural. Así lo certifican creadores escorados y avanzados como el saxofonista Charles Lloyd, el laudista tunecino Anouar Brahem, el contrabajista Miroslav Vitous, el guitarrista Marc Ducret o el pianista Agustí Fernández.

Posteriormente, el jazz se instalará con todos los honores en los tres festivales vascos. El primero en saludar a la afición será el de Getxo (del 1 al 5 de julio), que sigue descubriendo en su concurso de grupos de jazz europeo su principal seña de identidad. Eso sí, este año su programa oficial se hace más accesible, quizás para asegurarse unos buenos ingresos por taquilla, gracias al tirón de artistas como Michel Camilo, Diane Schuur, Paquito D’Rivera o formaciones comerciales como Spyro Gyra. Aun así, Getxo se consolida como la gran Universidad del jazz continental.

Vitoria-Gasteiz (del 12 al 18 de julio) también mantiene su apuesta por el clasicismo, dando cobijo, eso sí, a una sucesión de artistas que visitan la capital alavesa un año sí y otro también: Pat Metheny, John Scofield o Wynton Marsalis -a quien, por cierto, acaban de conceder la Medalla de Oro de la Ciudad-. No obstante, el festival sigue obteniendo excelentes réditos creativos en la oferta programada en el Teatro Principal, así como debiera recibir generosos aplausos por sus explícitos homenajes a Nueva Orleáns, a esa cantante herida que fue Billie Holiday y a ese monumento discográfico que fue el Kind of Blue de Miles Davis.

El citado Heineken Jazzaldia (del 22 al 26 de julio), por su parte, sigue reivindicándose como nuestro particular Montreux, firmando un cartel heterogéneo que incluye artistas y formaciones foráneas como João Gilberto, James Taylor, Animal Collective o… ¡Pitingo! A pesar de todo, que nadie se lleve a engaño, porque entre líneas uno puede descubrir todos los latidos del jazz gracias a músicos de la talla de Brad Mehldau, Randy Weston, Dave Douglas, Hank Jones, Joe Lovano o Roy Haynes. El certamen recuperará además la magia de uno de sus escenarios más carismáticos, la Plaza de la Trinidad, ‘La Trini’, cerrada por reformas.

Otro de los certámenes que mejor combina esa estrategia de cultura y playa es el de San Javier (del 27 de junio al 25 de julio). La propuesta murciana se afianza sobre reclamos de soul-blues y proyectos extrajazzísticos carentes de complejos, caso de John Fogerty, Steve Winwood u Omara Portuondo, subrayando el carácter abierto de esta veterana cita que ya alcanza su duodécima edición. Semejantes características, aunque con mayor peso musical, muestran festivales próximos como el de Peñíscola (2-23 de julio), Alicante (22-26 de julio), Almuñécar (18-25 julio) o Valencia (7-17 de julio), por donde desfilarán, entre solistas y formaciones, Jimmy Cobb, Enrico Pieranunzi, Eliane Elias, Ron Carter o The CTI Band All Stars.

El festival canario Jazz & Más Heineken (del 3 al 12 de julio) subraya esta tendencia de sumar esfuerzos musicales y culturales en tanto que su programa se reparte entre todas las islas del archipiélago. Sabida es su querencia por el jazz-pop, aunque entre sus atractivos también se cuenten Chris Potter, Christian McBride o Jonathan Kreisberg. Otra cita tocada por la comercialidad es la que tiene lugar en la serrana localidad de Galapagar, por donde este año pasarán guitarristas poderosos, como John Scofield y Al Di Meola, y leyendas del blues como John Mayall. Satisfecho ya, a mediados de este mes, los otros dos grandes festivales madrileños de Collado Villalba y Móstoles, una cuarta cita emplazada en esta Comunidad Autónoma será la que ocupe el Jardín Botánico de la Universidad Complutense, el Complujazz (del 9 al 11 de julio), que propondrá un sugerente menú jazzístico. Sí, frente al jazz libre y vanguardista de esa banda escandinava cardinal que es Atomic el recinto universitario será igualmente testigo de dos homenajes a dos ilustres del género, el pianista Bill Evans y el violinista Stephan Grappelli, a cargo de Niño Josele y Didier Lockwood, respectivamente.

A última hora también ha trascendido el UniversiJazz de Guadalajara y Alcalá de Henares (hasta el 17 de julio), donde se apostará por la excelencia del jazz nacional: Triphasic, Chema Sáiz o Laura Simó aglutinarán algunos de sus titulares. La misma filosofía es la que defiende el Festival de Jazz de Zamora, que en la segunda edición de sus ‘Noches de Viariato’ alinea a una nuestras mejores delanteras: Antonio Serrano, Federico Lechner, el D’3 de Jorge Pardo, Ester Andújar, Vistel Brothers… Eso sí, cuenta con dos excepciones extranjeras bien avaladas: la cantante Mina Agossi y el trompetista Chris Kase.
Otra muestra con criterio propio es la que visita, desde hace trece años, la localidad riojana de Ezcaray (del 10 al 19 de julio), donde todavía se guardan y defiende las enseñanzas que un día nos legara el periodista y poeta danés Ebbe Traberg, a la postre uno de los agitadores pioneros de la escena jazzística española. Allí sonarán el viento venerable del saxofonista Phil Woods, la caricia vocal de la también actriz Natalia Dicenta o la explosión musical de la New Jungle Orchestra, todo ello regado con actividades relacionadas con la principal industria de la zona: el vino. Y para los amantes de la música de vanguardia, las ‘Nits de música’ de la Fundación Joan Miró de Barcelona (del 2 al 30 de julio) se reserva merecidas atenciones, gracias al concurso de la pianista Julia Hölsmann o ese dúo guerrillero que conforman la Brigada Bravo & Díaz.

Una vez más, el sol abrasador del jazz golpeará nuestro verano, aunque esta vez venga acompañado de los ardores de la crisis financiera. No obstante, esta circunstancia adversa ha sido y sigue siendo combatida con gran inteligencia y sensibilidad por parte de todos los festivales, generando, como ya se ha dicho, un crisol de ofertas más económicas y con mayor calado cultural.