Image: Vicente Ferrer llena el Liceo

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Música

Vicente Ferrer llena el Liceo

Joan Martínez Colás alquila el teatro barcelonés para el estreno de su ópera, El hombre del paraguas, dedicada a la memoria del misionero

10 septiembre, 2010 02:00

Jordi Folgado, sobrino de Vicente Ferrer, y el compositor Joan Martínez Colás .

Durante un tiempo "el hombre del paraguas" dio fama a un siniestro caminante que se repetía en las cintas que grabaron el asesinato de JFK en Dallas. Eso fue hasta 1969, cuando la revista Life le dedicó su portada a Vicente Ferrer, el segundo (pero no menos genuino) hombre del paraguas, al que concedía en su editorial el grado de "santo desconocido". Diecisiete años antes, Ferrer había llegado a la India con lo puesto y sobrevivido con la energía de una frase que se repetía como un mantra concienzudo. "Espera el milagro", leía, en la soledad de su habitación, de un póster que su anterior inquilino había dejado olvidado. "Espera el milagro".

A partir del sábado, El hombre del paraguas será también una ópera. Enigmática como el sospechoso caminante de la Plaza Dealey y tenaz como el misionero a cuya memoria le va dedicada. Se presenta en el Liceo de Barcelona con las liturgias habituales de un estreno y la correspondiente etiqueta, pero con la nada sutil diferencia de que su promotor, el compositor catalán Joan Martínez Colás, ha tenido que hipotecar su casa e implicar a la familia para lograr un sueño con el que lleva obsesionado seis años. "La idea surgió en Anantapur -nos cuenta Martínez Colás-, durante una visita a la Fundación Vicente Ferrer, con la que hacía años que colaboraba en conciertos benéficos. Le comenté mi proyecto a Jordi Folgado, presidente de la Fundación y sobrino de Ferrer, y le pareció estupendo".

Pleno al "fuera de abono"
La cita del sábado se anuncia gloriosa. Hace diez días que se agotaron las últimas entradas para esta única representación. Pocas veces los teatros resuelven con tanta eficacia el hándicap de las óperas fuera de abono. Y menos cuando se trata de un espectáculo fuera de temporada o, como ocurre en este caso, fuera de todo pronóstico. La ocasión, desde luego, lo merece. No sólo porque el 11 de septiembre se celebre la fiesta nacional de Cataluña. También porque los barceloneses llevaban tiempo esperando el homenaje a la figura del misionero y ex jesuita, fallecido hace poco más de un año. El estreno se antoja triplemente oportuno, pues coincide además con la candidatura de la Fundación Vicente Ferrer al Premio Nobel de la Paz, que se fallará en las próximas semanas."Ha sido totalmente intencionado. Queríamos apoyar la candidatura de la Fundación". Entre el público estará Moncho Ferrer, hijo de Vicente y Anna Perry, quien nunca antes había entrado en el Liceo, aunque reconoce que a su padre "le encantaba la ópera". Colás define El hombre del paraguas como una ópera-collage que recoge la vida de Vicente Ferrer en sus dos primeros actos, donde se describen sus primeros años en Barcelona, su "participación pasiva" en las contiendas de la Guerra Civil, sus primeras impresiones en la India, su relación con la inquieta periodista inglesa con la que terminaría casándose y su muerte en Anantapur el 19 de junio del pasado año. El tercer y último acto, nos explica Colás, "no se centra en el individuo, sino en el resultado de su obra, que ha empujado a la acción a miles de voluntarios de todo el mundo".

Facebook desde los palcos
La ópera-collage es un formato nuevo, que adapta las necesidades de una experiencia hipersensorial a los recursos de nuestro tiempo, con especial protagonismo de las nuevas tecnologías. En ella trabajan cerca de 400 profesionales. Habrá proyecciones de vídeo e infografías en 3D, interacciones con el público a través de Facebook y alguna que otra sorpresa "contemporánea". Pero quienes conocen a Colás saben que es alérgico a la "etiqueta contemporánea". Lo que quiere decir que la danza, la danza clásica, será el elemento vertebrador de la obra, plagada de arias de oratorio y cuya escena estará dominado por un mandala, que representa las fuerzas del universo y sirve de anticipo a la meditación. Porque El hombre del paraguas se ha propuesto calar profundamente en la conciencia de los espectadores. Y por eso está dedicada "a todos los que se esfuerzan para intentar dejar este mundo mejor de lo que se lo encontraron".

Una enfermedad en la piel impedía a Vicente Ferrer exponer su cuerpo al sol, y le obligaba a llevar siempre un paraguas a mano. Allá donde iba, le perseguía un ejército de periodistas que querían retratar al "gran héroe llano" que siempre fue. A partir del sábado, además de seguir su misión o recordar su legado, quienes lo deseen podrá también tararearlo.