Saioa Hernández (Cio-Cio-San) en 'Madama Butterfly'. Foto: Javier del Real

Saioa Hernández (Cio-Cio-San) en 'Madama Butterfly'. Foto: Javier del Real

Música

Vuelve 'Madama Butterfly' al Teatro Real con más sexo y exotismo

Ambientada en un barrio marginal, la gran ópera de Puccini llega al coliseo madrileño para mostrar la tragedia del turismo sexual.

30 junio, 2024 01:20

Recala de nuevo en el Teatro Real una de las más famosas óperas de Puccini, junto con Tosca y La Bohème: Madama Butterfly. En ella el compositor evidenciaba de nuevo su capacidad para crear atmósferas. Esta ópera, donde la potencia del elemento exótico, del factor puramente atmosférico (sigamos utilizando este término), posee una dimensión especial, acaba siendo, sin embargo, la más trabajada de su autor en lo que respecta a la creación de un carácter y al seguimiento de una evolución en el tiempo.

Aun aceptando que Cio-Cio-San se identifica las más de las veces con su entorno y que es su propia presencia la que crea esa atmósfera, lo innegable es que el crecimiento de su figura está casi siempre conseguido a través de una partitura de una riqueza y elaboración impresionantes.

Lo que importa aquí, fundamentalmente, es el seguimiento de su transformación en mujer y el estudio exquisito, mediante una muy rica y variada paleta sonora, de su sensibilidad, así como la descripción de las cosas, de todo lo que ayuda a delimitar un universo doméstico.

En esta ópera, la más trabajada de su autor, la potencia del factor atmosférico posee una dimensión especial

Todo ello, claro, bajo el prisma del exotismo, que estuvo tan de moda de mediados del XVIII a principios del XX. Para acercarse a ese mundo se cuenta en esta oportunidad con la imaginación del director de escena Damiano Michieletto, de quien recordamos un divertido L’elisir d’amore playero.

Para no perder la costumbre traslada la acción de 1904 a los tiempos actuales de un moderno barrio marginal de una ciudad oriental para denunciar la realidad del turismo sexual. Veremos de qué manera se pinta la entraña de un personaje tan desvalido como el de la pobre y engañada geisha.

Vista general de la escenografía de 'Madama Butterfly'. Foto: Javier del Real

Vista general de la escenografía de 'Madama Butterfly'. Foto: Javier del Real

En cualquier caso este acercamiento será bien distinto al propuesto, desde otras coordenadas, por la celebrada producción de Mario Gas, vista en el mismo escenario, que situaba la acción en un plató cinematográfico.

El Teatro Real programa nada menos que 22 funciones, del 30 de junio al 22 de julio, que serán servidas, como es lógico, por distintos repartos en los que localizamos voces importantes. Así son las que visten la primera función: Saioa Hernández será Butterfly. Su voz, la de una lírico-spinto anchurosa, extensa, bien timbrada y homogénea, conviene a la parte. No vemos tan idóneo al tenor lírico, de relativo peso, Matthew Polenzani.

Lucas Meachem, barítono lírico bien dotado, cubrirá sin problemas la parte no especialmente difícil del cónsul Sharpless; que por cierto será cantado en otras funciones por tres barítonos españoles (¡bravo!): Gabriel Bermúdez, una voz muy lírica que puede darnos una buena sorpresa, y dos ya veteranos en esta lid: Gerardo Bullón y Luis Cansino, muy distintos pero muy válidos.

La ya experta Silvia Beltrami será una buena Suzuki. Goro se lo reparten dos  excelentes tenores españoles: Mikeldi Atxalandabaso y Moisés Marín. A este habría que darle una oportunidad en una parte más consistente.

El foso está bien asegurado con la presencia del conocedor y expresivo Nicola Luisotti, que será sustituido los días 5, 11 y 18 de julio por Luis Miguel Méndez, que deja por unos días su clarinete.