La música clásica en 2024: óperas contemporáneas a quemarropa
- Ha sido un año prolífico para la música en escena, con obras como 'A solas con Marilyn', 'Lear' o 'La bella Susona' triunfando en suelo español.
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Por empezar este balance con lo nuevo o lo raro, lo actual y lo sorprendente, debemos mencionar algunas novedades operísticas de signo camerístico. Se sigue representando, por ejemplo, la notable y bien construida ópera Lazarillo del prolífico David del Puerto sobre libreto de Martín Llade; junto a otro fruto del mismo compositor, A solas con Marilyn, dentro de un pequeño ciclo organizado por la Comunidad de Madrid.
Nueva asimismo fue La bella Susona de Alberto Carretero, estrenada en el Teatro de la Maestranza. Excelente y onírico tratamiento de una leyenda. Hay que aludir también a la curiosa Domitila del brasileño João Guilherme Ripper en la Fundación March, donde se representó también una magnífica versión de Pierrot Lunaire de Schoenberg (conmemoramos el 150 aniversario de su nacimiento); gran trabajo de la soprano Sonia de Munck.
Ópera contemporánea también la abordada por el Teatro Real con sendas magníficas producciones de Lear de Aribert Reimann en un gran montaje de Calixto Bieito, y de La pasajera de Weinberg, con dirección escénica de David Pountney. Netrebko, Flórez, Radvanovsky, Beczala, Grigorian engalanaron con sus voces el capítulo de recitales del coliseo madrileño. En paralelo, el Liceu inauguraba su temporada 25 después del incendio con Lady Macbeth de Mtsensk de Shostakóvich en la visión escénica de Àlex Ollé, siempre imaginativo (y discutible).
La ópera no durmió tampoco el sueño de los justos en otros espacios y teatros: ABAO (con problemas económicos ahora), Palau de les Arts (muy variadas y jugosas propuestas), Campoamor, Cervantes, Villamarta... Siguieron adelante, inasequibles al desaliento, los más modestos Amigos de la Ópera de Vigo y de A Coruña.
Nacieron nuevas y prometedoras voces en los Concursos de canto de Santiago o de Sevilla. O las apuntadas en el ya famoso Crescendo del Teatro Real. Cada vez son más los cantantes jóvenes que reclaman un sitio. A veces, pocas, lo encuentran precisamente en el teatro de la Plaza de Oriente. Sí son reclamadas por el Teatro de la Zarzuela y otros centros líricos mencionados.
El Teatro Real presentó dos magníficas producciones del 'Lear' de Aribert Reimann y 'La pasajera' de Weinberg
Y, en ciertos casos, por alguno de los muchos festivales, veraniegos o no, que ambientan nuestra geografía: San Sebastián, Santander, Granada, Peralada, Lugo (Bal y Gay)… En los más antiguos e importantes, de mayor presupuesto, han desfilado, como es costumbre, algunas de las mejores orquestas del mundo. Fue muy celebrada la presencia, junto a la Alhambra, de la Joven Orquesta Gustav Mahler al mando de Kirill Petrenko con la Sinfonía nº 5 de Bruckner.
Aunque para orquestas hay que hablar también de la lustrosa temporada de Ibermúsica, en donde se lucieron formaciones como la Filarmónica de Múnich con Mehta, Filarmónica de Viena con Gatti o Tonhalle de Zúrich con Järvi. Y las nuestras, encabezadas por la Nacional con Afkham (con, también, la Quinta de Bruckner) y la RTVE a las órdenes de König.
El Teatro de la Zarzuela agotó el papel con la nueva exhibición del conocido montaje de Sagi de La del manojo de rosas de Sorozábal. Un año también muy fértil en la publicación de libros de música: El ‘Réquiem’ de Mozart de Marín, la correspondencia de Casals, el Beethoven de Llade… Y en el cultivo de estupendas voces en el tradicional ciclo de Lied de la Zarzuela que llevaba Antonio Moral y que a partir de ahora, ignoramos la razón, dejará de hacerlo por decisión de la Dirección General del Inaem.