A esta joven cantante parisina ya pocos le discuten su liderazgo dentro de la escena europea del jazz vocal, gracias a un instinto creador que siempre se apoya en la búsqueda de la emoción inédita, de la originalidad y la improvisación bien entendidas. Hay en su recitado algo de efectismo, sí, pero todo se explica si se recuerda que la Agossi fue antes actriz que músico. Y eso se nota. Tras el excepcional registro Well you needn’t, en donde hace dos años le metía mano a Monk y Hendrix, ahora la francesa ofrece una vuelta de tuerca más en otro sensacional registro plagado de versiones y literatura propia, ejemplarmente escoltada por el contrabajista galo Eric Jacot y el baterista japonés Ichiro Onoe. Las comparaciones son siempre odiosas, pero la alegría jazzística y vocal de Mina Agossi recuerda y bien a la Fitzgerald. Ahí es nada.