Hay algo de atractivamente obsesivo en la música de Josep Soler (Valencia, 1935); algo, en todo caso, profundamente humano. Nos muestra dolores y nos deja un regusto amargo extrañamente teñido de una difusa luz bienhechora. Es compositor que trabaja delicada y refinadamente los significados ocultos, esas "oscuras cavidades de los sonidos", que dice Gil Bonfill. En este CD seguimos los procedimientos compositivos habituales del autor, que parten de un uso flexible, en busca de una sempiterna ambigöedad tonal, del famoso tritono de Tristán. Excelente prestación del grupo de cámara que dirige Gil Bonfill, del sensible pianista Antón Cardó y de la mezzosoprano Elena Gragera, que canta austeramente dota a la música -un continuo recitado dramático de muy difícil entonación- de las líneas y los claroscuros necesarios.