Es éste un conjunto de registros donde la honradez interpretativa va paralela a la sinceridad de los productores, que no se han permitido ninguna concesión a la hora de entregarnos esta obra, elaborada sin trampas ni cartón. Tía Juana la del Pipa, Dolores Agujeta y La Macanita son tres voces que representan a la música jerezana en estado puro, junto a un inspiradísimo y soberbio Moraíto y un Diego Agujetas bien tem- plado a las guitarras. A ello hay que añadir las imprescindibles palmas y jaleos de Chicharito y El Bo, creando un ambiente cálido con una base rítmica jugosa y deslumbrante. No hay secretos de laboratorio. Todo es natural y espontáneo, terrible a veces en el eco sideral y descarnado de Tía Juana y Dolores, y más melodioso y elaborado en La Macanita. La fórmula es, aparentemente, simple: propiciar una verdadera fiesta, en la que el público ha desaparecido, y los actores, entregados a su ritual, han olvidado incluso a los técnicos, que logran unas tomas de sonido sorprendentes.