Discos

El misterio del genio olvidado y el empuje de los debutantes

Los mejores discos de agosto

19 agosto, 2014 02:00

El misterio de Lewis, el genio oculto de los 80, convulsiona la música / Spoon triunfa con el sonido épico de Fridmann y King Creosote conmueve con su viaje a las raíces de la música escocesa / Tiempo de debutantes: el punk de Plague Vendor, la electrónica de Flavien Berger y el folk de Fredo Viola y Nick Mulvey / Rough Guide recopila lo mejor de la música palestina.

Lewis: L'Amour/ Romantic Times. Pop

La estrella más fulgurante del momento se hacía llamar Lewis, grabó un solo disco en los Angeles que al parecer fueron dos, y no se sabe casi nada sobre él. Sucedió en los años 80 y Lewis es un misterio absoluto aunque se especula con que podría ser Randal Wulff, y se dedicó a la bolsa aunque no está muy claro si es él porque solo se sabe que es Wulff quien aparece en la portada del disco. Hay incluso teorías alocadas que aseguran que Lewis fue ¡un extraterrestre! En cualquier caso, durante 30 años el mundo no ha sabido nada de la fantástica música de este artista cuyo misterio abona la leyenda (¿será el nuevo Sugar Man?) hasta que el sello Light in the Attic relanzó hace pocas semanas L'Amour y poco después fuera encontrado en una tienda de discos otro enigmático vinilo suscitando un enorme entusiasmo entre la prensa especializada: Romantic Times. Lewis hace música romántica y atmosférica, una suerte de pop melodramático y sutil con arreglos ampulosos y cósmicos con una gran capacidad de evocación en los que utiliza piano, sintetizadores y guitarra acústica. Sus atmósferas vaporosas recuerdan a las de Angelo Baladamenti y Lewis tiene una voz profunda, a veces lírica y a veces rugosa, con algo de post-humano, como si cantara desde las galaxias.

Spoon: They want My Soul. Rock-pop

El nuevo disco de esta banda de Austin, que ya comienza a tener una trayectoria considerable, suena a lo más parecido a un cruce entre Artic Monkeys y Flaming Lips. Los texanos han tardado cuatro años en volver a aparecer y lo hacen con un álbum sensacional que suena más pop y electrónico que los anteriores sin perder su característico aire de rock americano. They Want My Soul es también un disco muy marcado por su productor, Dave Fridmann, el hombre de Mercury Rev, MGMT, Tame Impala o Flaming Lips cuya fuerte personalidad y sonido influye de manera decisiva en Spoon y marca esas atmósferas "soñadoras" y épicas de un disco que suena festivo y está lleno de estribillos pegadizos que recuerdan al brit pop como esa magnífica Inside Out o la canción que da título al disco.

Flavien Berger: Mars Balneaire. Electrónica

"Mars Balneaire es una postal escrita durante unas vacaciones en el planeta Marte, es ciencia ficción para hacer bailar a la gente en un club en otro planeta. La bola disco entra en eclipse con la tierra reflejando todos los fantasmas en negativo", dice Flavien Berger sobre el tema que da título a su nuevo EP. Este productor francés de música electrónica deslumbra con su segundo EP en pocos meses y el segundo también en toda su vida. Nuevo niño prodigio de la música francesa, su proyecto musical es indisociable del audiovisual y para Mars Balneaire entrega una exquisita y sofisticada pieza sobre la canción Océan Rouge con reminiscencias de Kraftwerk en la que el mundo de Cousteau se une al rojizo de Marte. Entre el electro, el ambient y el house, Berger está a punto de comerse el mundo.



The Rough Guide To The Music Of Palestine

Con Palestina en las noticias constantemente por motivos tristes, vale mucho la pena acercarse a este nutrido recopilatorio con lo mejor de la música de esa turbulenta región. Quienes esperen una colección de canciones "morunas" al estilo antiguo se llevarán una sorpresa a medias pues el disco celebra tanto la belleza de los sonidos tradicionales como da cabida a apuestas audaces que demuestran que es una música en plena evolución y efervescencia. De esta manera, canciones como Wea'younha (de Sana Moussa) tiene un aire jazzístico y poppy que recuerda a She&Him, Tayran Ababil (de Jowan Safadi) tiene un punto dubstep que le da mucha fuerza o Nahawand (de Awan Group) se deja influir por el tango. La música tradicional, con toques de vanguardia, llega de la mano del virtuosismo de Ramzi Aburedwan, joven renovador del folk palestino que ya comienza a ganar prestigio mundial.

Shabazz Palaces: Lese Majesty. Hip hop

El hip hop experimental tiene en el último Kayne West a su nombre más conocido pero es casi tan viejo como el propio género y el segundo disco de Shabazz Palaces recuerda a los esfuerzos recientes de veteranos como The Roots o Common. Shabazz Palaces son un grupo de Seattle formado por Ishmael Butler, quien rapea, y el multi-instrumentista Tendai Maraire. Lese Majesty es un disco profundo y vibrante en el que el dúo crea una atmósfera formado por sonidos espaciales y beats retorcidos en un disco que tiene al mismo tiempo un aire futurista como espiritual. Entre lo industrial y un cierto lirismo, el spoken word y la vanguardia, Lese Majesty es una experiencia sónica que no hay que dejar pasar.

Fredo Viola: Revolutionary Son. Folk

Entre el dramatismo del musical de Broadway y el folk, el artista multidisciplinar aficando en Nueva York Fredo Viola crea una música original y flamboyante basada en buena parte en una polifonía de melodías vocales creadas por él mismo. Revolutionary Son es un disco extraño que suena casi a música religiosa contemporánea pasada por el tamiz de una bizarrismo considerable, algo así como música hippie barroca. Es un disco de un lirismo considerable, que desprende una alegría casi "excesiva", al punto de estar cerca de la esquizofrenia o lo psicopatía. Recuerda a Mica P.Hinson o Sufjan Stevens pero no se acaba de parecer a nadie.

Plague Vendor: Free to Eat. Rock

En un año muy marcado por grandes discos de rock, Plague Vendor debutan con un disco de punk que suena fresco y poderoso. Esta banda de Los Angeles entrega un disco generoso de diez temas que se escuchan en apenas 18 minutos, y digo generoso porque las canciones duran siempre menos de lo que durarían en cualquier otro grupo, y dejan casi en el aire espléndidos riffs de guitarra y canciones que podrían ser hits se quedan en apenas 55 segundos como Numbers, en la que apuestan por la contundencia mucho antes que por la seducción. Brandon Blaine, cantante y frontman, tanto homenajea a los Ramones (Plague Vendor, canción) como al rock de California a lo Guns 'n Roses en Cursed Love, Hexed Lust.

King Creosote: From Scotland With Love. Folk

Bajo el nombre de King Creosote, el escocés Kenny Anderson ha participado en 40 discos solo o en compañía de otros desde que comenzó a destacar en 1995 convirtiéndole en uno de los artistas más prolíficos del mundo. From Scotland With Love está siendo el mayor éxito de su trayectoria y es un álbum fantástico en el que el artista explora las raíces de la historia de Escocia entregando un álbum que muchas veces suena a pop melódico y folkie muy al estilo de Belle and Sebastian. Creado como banda sonora de una película sobre Escocia realizada con filmaciones antiguas con motivo de los Juegos de la Commonwealth que se han celebrado allí este mismo año, es un disco precioso.

Hundred Waters: The Moon Rang Like a Bell. Electrónica-folk

¿Cómo describir la música de esta banda de Florida? Electrónica pastoral sería quizá una manera aunque tampoco es decir gran cosa sobre un sonido muy personal que nos remite tanto a un mundo cósmico como bucólico, una especie de sinfonía sobre un mundo salvaje, romántico y lírico. El segundo disco de Hundred Waters los ha convertido en una sensación mundial gracias precisamente a una capacidad marciana para crear paisajes celestiales en los que como el propio título del disco "la luna sonó como una campana".

Nick Mulvey: First Mind. Folk

Músico británico formado en La Habana y especialista en sonidos del Oeste y el centro de Africa, Nick Mulvey es un gran compositor de canciones en las que se dan cuenta de todas sus influencias con una música que recuerda a la de Eels o Devendra Banhart. El single, el muy pegadizo Cucurrucu, se ha convertido en un hit mundial y abandera un álbum en el que la música cubana tiene una importante presencia (esa guitarra de Alisa Craig) y donde explora las raíces del country (I Don't Want to Go Home) o practica un logrado tropicalismo (Nitrous).