Teatro

Benet y Belbel se confiesan

31 enero, 1999 01:00

El próximo 2 de febrero se estrenan en la sala Beckett de Barcelona "El gos del tinent" (El perro del teniente) y "La sang" (La sangre), las nuevas obras de los autores catalanes Josep Maria Benet i Jornet y Sergi Belbel. Las piezas comparten temática, reparto, espacio escénico y director y, sin embargo, sus autores nunca se lo plantearon de antemano. En un encuentro que mantuvieron con EL CULTURAL dicen que el proyecto es fruto de la amistad y la admiración que se profesan.

Personajes

Josep Maria Benet i Jornet. 48 años. Autor de más de 30 obras teatrales, entre las que destacan "Un viejo y conocido olor", "Merendábais a oscuras" y "Deseo". Viste jersey estampado y pantalón oscuro.
Sergi Belbel. 35 años. Dramaturgo y director teatral. Entre sus obras destacan "Elsa Schneider", "Tálamo", "Caricias" o "Morir". Viste pantalón negro, camisa marrón y bufanda.

Escena única

El despacho de Toni Casares, en la trastienda de la sala Beckett, de Barcelona. Al fondo, una ventana de cristales traslúcidos. Estanterías con libros. En mitad del espacio, una mesa de trabajo y tres sillas. Sobre la mesa, un abrecartas en forma de pez, y, entre los papeles amontonados, programas de mano de "La sang" y "El gos del tinent". Hace frío. Benet ha entrado con la chaqueta colgada del brazo, pero de inmediato se la pone. Belbel cruza los brazos y se ajusta la bufanda alrededor del cuello.
-Belbel: (Tomando el abrecartas y jugueteando con él) Sólo he dormido tres horas. Me acosté a las seis de la madrugada.
-Benet: ¿Haciendo qué?
-Belbel: Diseñando las luces. Al final, la masturbación será contra el cristal.
-Benet: ¿Y se verá?
-Belbel: Sólo habrá siete espectadores que no puedan verla. ¿Hablamos o discutimos?
-Benet: Discutir no. Mejor hablemos. De nuestras obras.

El abuso del poder
-Belbel. Pues vamos allá. Creo que tu texto, "El gos del tinent", es una obra radical, que plantea una profunda reflexión sobre el poder y el abuso del mismo. Y, además, escrita de un modo tan inteligente que no busca las causas de lo que plantea, sino sus consecuencias, y que las expone con toda su crueldad. Dicho así, cualquiera puede pensar que lo que va a ver es una cosa rara. Pero no. Es una obra muy madura.
-Benet: ¿Pese a todo lo que has dicho?
-Belbel: No, no, al revés, gracias a ello. Es la obra de alguien que ha vivido mucho y que ha observado mucho la realidad y tiene una opinión muy personal, aunque tu opinión no aparece en ningún momento.
-Benet: No sé qué contestar. Cuando dicen de ti cosas agradables nunca sabes qué decir. (Pausa) Exageras (Belbel niega con la cabeza). Lo que ocurre es que llevaba mucho tiempo escribiendo obras que planteaban problemas generales desde un punto de vista intimista y tenía ganas de recuperar una faceta anterior y hablar de problemas cotidianos (Pausa, parece dudar). Prefiero hablar de "La sang", que es tu obra más arriesgada hasta hoy. la más valiente. ¿Cuántas obras has escrito ya? ¿Trece, catorce?
-Belbel: Contando las cortas, alguna más. Entre quince y veinte.
-Benet: Pues de esas yo destacaría cuatro, muy distintas entre sí: "En compañía de abismo", "Caricias", "Después de la lluvia" y la cuarta sería "La sang", en la que te arriesgas a muchas cosas, entre ellas, a hablar del poder. También la mía habla de eso, aunque en la tuya el problema no es el poder, sino la oposición al mismo. No me gusta esta palabra: "oposición". (Pausa) En los subterráneos de las luchas sociales, políticas, etcétera, se dan unos horrores que en "La sang" se muestran de un modo tan radical, tan obsceno, que incluso se hace difícil soportar su visión. (Belbel levanta las cejas en un gesto de perplejidad). La primera y la última escena de la obra son de las más escalofriantes que se han visto en teatro.
-Belbel: Hay que decir que contamos con un reparto de lujo.
-Benet: Decía que esas dos escenas son de una ferocidad absoluta, sin concesiones. Se muestra la vida cotidiana, cómo el horror la afecta cada vez más.
-Belbel: Tal vez tu obra sea más atemporal, Pepito.
-Benet: La tuya también es atemporal. Tiene resonancias más próximas. Aunque la pieza está escrita con suficiente astucia como para que pueda extrapolarse a cualquier lugar y momento.
-Belbel: La tuya lo logra desde el principio, porque pasa en un tiempo y un espacio indeterminados.
-Benet: Lo que tienen en común es el tema. Ambas hablan del poder.
(En "El gos del tinent" los protagonistas son una prostituta que cree reconocer a su primer amor de infancia. El amante acude al burdel donde ella trabaja. Ignora que mientras están juntos alguien les mira. Por su parte, en "La sang" se cuenta el secuestro por una organización terrorista de la mujer de un político y es encerrada en un zulo).
-Belbel: Te lo dije nada más terminar de escribir "La sang". Tengo la sensación que si no hubiera leído "El gos del tinent" no la habría escrito del mismo modo.
-Benet: Hay que recordar que tanto tu obra como la mía, tenían que estrenarse en salas más grandes.
-Belbel: Tú tenías una oferta más clara que la mía.
-Benet: La tuya estaba también bastante clara. Lo importante es que dijimos que no. No queríamos esperar a estrenarlas, sino hacerlas ya. Además, tu experiencia con el montaje de "Morir" te hizo reaccionar.

Estrenar lo que se escribe
-Belbel: No sé si me hizo reaccionar. "Morir" pasó cinco años sin llevarse a escena, finalmente la monté en el Romea y no quedé satisfecho. Me dije: ¿y ahora tengo que esperar cuatro años más?.
-Benet: No te habría hecho falta esperar tanto.
-Belbel: Tal vez… pero coincidieron muchas cosas. Toni Casares empezó a dirigir la Sala Beckett. La programación del año pasado fue buenísima. Y yo terminé de escribir "La sang". Me dije: la quiero montar en la Beckett.
-Benet: Tus obras se representan en toda Europa. Sabes que no tendrás problemas para encontrar escenarios… Eres el único autor de tu generación que puede pensar así (Belbel hace una mueca de incredulidad).
-Belbel: Pensé que "La sang" se hiciera en la Beckett y que la dirigiera Toni Casares. Y tú pensaste que yo no querría dirigir "El gos del tinent" y llamaste a Toni para que te la dirigiera. Los dos llamamos a la misma persona y sin previo acuerdo. Fue antes de que nos reuniéramos los tres y que Toni nos dijera que estábamos locos.
-Benet: Sí, todos sabíamos que aquí no íbamos a ganar ni cinco.
-Belbel: No sólo eso: hemos invertido nuestras ganancias de derechos de autor.
-Benet: ¿Por qué lo hacemos? Por gusto y por ganas de aventura.
-Belbel: Por ilusión. No estaba tan implicado en un montaje desde 1986, con "El aumento", y entonces no era profesional. Ahora sí.
-Benet: Empezamos a buscar actores. Los queríamos buenos, pero nos resignábamos a que no tuvieran un nombre.
-Belbel: Fue cuando Jordi Boixaderas dejó una obra comercial en la que trabajaba y nos dijo que quería trabajar con nosotros. Le dijimos: "pero si vas a cobrar una miseria". él contestó que le daba igual.
-Benet: Y encajaron todas las piezas.
-Belbel: Fue brutal: Marta Angelat, Manel Barceló, Marta Millà y Victòria Pagès.
-Benet: Casares es una persona que no hace paridas, es muy sobrio, va a la raíz de los textos...
-Belbel: Cuando vi el ensayo de "El gos del tinent" me quedé de piedra. Realmente es una obra muy difícil. Recuerdo que nada más leerla, pensé: ¿Y esto cómo se hace? Hará falta un director muy fino. Por cierto, creo que la gracia de la escenografia es ver primero "El gos del tinent" y luego "La sang".
-Benet: Vi un ensayo de "La sang" con mi hija. Fue un buen ensayo. En la última escena, mi hija se quedó helada. Es una obra muy áspera, con un largo principio y un largo final y entre ambos, unos ejercicios inquietantes de falsa ligereza que…(Pausa). Tal vez si no fuéramos tan amigos nunca habríamos pensado en la posibilidad de estar juntos en un proyecto como este que, por compartir, hasta comparte escenografía.

La amistad no se busca
-Benet: Hasta hemos escrito juntos, por primera vez, un capítulo de "Nissaga de poder" ("Saga de poder"), ahora que la teleserie regresa a TV3. Aunque la amistad no se busca nunca, se encuentra.
-Belbel: ¿Sabes que siempre pienso que moriré antes que tú?
-Benet: Pues vendré a tu entierro con tus hijos. Te traeré flores.
-Belbel: (Ríe) Lo digo en un sentido metáforico, claro.
-Benet: No me interesa perder tu amistad, aunque sólo sea porque resuelves en una tarde los problemas que antes me llevaba semanas resolver. Sabes que siempre que termino una obra te llamo para que me ayudes.
-Belbel: Siempre, excepto con "El gos del tinent". No me llamaste.
-Benet: No sé por qué.
-Belbel: No tuviste problemas.
-Benet: Ahora estoy teniendo muchísimos. En cambio cuando tú los tienes, nunca me enseñas el texto.
-Belbel: Eres la única persona que realmente me escucha y que es capaz de pasar siete horas discutiendo conmigo sobre teatro.
-Benet: Y eso que dicen que entre escritores no existe la amistad. Yo mantengo una relación amistosa con otros dramaturgos, como Rodolf Sirera o Ramón Gomis, pero la distancia siempre termina siendo un impedimento. En cambio, esto nunca me ha pasado con la gente de tu generación. Como con David Plana, por ejemplo.
-Belbel: Tú también has sabido integrarte entre nosotros.
-Benet: Hay gente muy buena entre los más jóvenes. Como Juan Mayorga o Paloma Pedrero.
-Belbel: O Ernesto Caballero...
-Benet: O Arturo Sánchez… Antonio álamo, a quien nosotros no le gustamos, pero él sí nos gusta.
-Belbel: A mí me parece que hay una pequeña diferencia entre el teatro que se está escribiendo en Barcelona y el que se escribe en el resto de España. El del resto de España me parece que enfatiza más el contenido poético de los diálogos y de las acotaciones. Mi generación da mucha importancia a la palabra, y eso nos caracteriza, pero tal vez fuera de Cataluña sean más literarios, aquí somos más esquemáticos. Comparo dos estilos, pero también podría comparar dos generaciones. Tu obra, por ejemplo, ha vivido una evolución que la acerca a las dos corrientes.
-Benet: Yo no innovo nunca nada.
-Belbel: Tampoco Picasso ni Shakespeare innovaron, según como se mire (Benet niega, asombrado). Hay dos modelos de artistas: los que se repiten constantemente y los que se interesan por lo que tienen a su alrededor. Y tú eres de los segundos.
-Benet: Pero si yo no me entero de nada, si no fuera porque tú me descubres a gente nueva, no sabría ni que existen. ¿Qué me pasó con Pinter? O con Bernhard, o con Mamet… que me los descubriste tú. Y cuando te pregunté de dónde los habías sacado, me dijiste que ibas a una librería y hurgabas un poco. Pues yo voy a esa librería y no encuentro nada.
-Belbel: Por el contrario, tú me estiras de las orejas cuando meto la pata al hablar de autores clásicos. Los clásicos catalanes nunca me interesaron mucho. Había leído pocos autores catalanes. Te había leído a ti, por ejemplo.
-Benet: ¡Anda, vete a hacer puñetas!. No podemos olvidar que somos fruto de una tradición literaria, que no partimos de la nada, como algunos parecen haber olvidado. No sirve de nada conocer todo lo que se escribe si te hablan de un autor del XIX y no sabes quién es.
-Belbel: Resumiendo, que tú y yo somos complementarios.
-Benet: ¿Aún no lo habías descubierto?
(Lento fundido en negro)