Teatro

Actores Universitarios

Las escuelas de Arte Dramático pelean por impartir doctorados

21 febrero, 1999 01:00

Ernesto Caballero buscó su nombre en la lista que colgaba del tablón de información del Ministerio de Educación y Cultura. No lo encontró y empezó a impacientarse. Volvió a buscarse y recorrió con el dedo todos los apellidos que empezaban por la "ce". No dió con el suyo. Lo intentó por tercera vez con el convencimiento de que todo estaba perdido. Así era. él, dramaturgo, director de teatro, profesor de interpretación de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), no había sido admitido para concursar por la plaza de profesor que precisamente había venido ocupando en los últimos diez años y que, de hecho todavía ocupa.
Su enfado disminuyó cuando comprobó que otros compañeros, también profesores y directores de escena como Juan Pastor, Charo Amador o Vicente Cuesta se encontraban en la misma tesitura o peor. él, al fin y al cabo, tenía un título, aunque fuera anterior a LOGSE. Porque ahí empezó todo, con la LOGSE, la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo, aprobada en 1990.

Sin planes de estudio
Hasta entonces, la gente que quería estudiar Arte Dramático en este país tenía que dirigirse a la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza de Madrid o al Instituto de Teatro de Barcelona, dos centros que ni compartían planes de estudio, ni títulos, pero que era lo más oficial si se comparaba con otras escuelas que habían surgido al amparo de pequeños conservatorios provinciales a partir de los años setenta
La LOGSE intenta ordenar este caos: establece la necesidad de elaborar un curriculum o plan de estudios y equipara estas enseñanzas con las de grado superior, es decir, con una licenciatura universitaria. Y dato importante para el asunto que afecta a Caballero y sus colegas, señala que para ejercer la docencia de estas enseñanzas "será necesario estar en posesión del título de licenciado, ingeniero, arquitecto o titulación equivalente".
Y entonces surge la pregunta del millón: ¿quién impartirá las clases de ahora en adelante? Pero en aquel momento, se opta porque sigan haciéndolo los profesores de siempre, los que como Caballero o Cuesta estaban en la escuela cuando se aprobó la reforma, diplomados por las antiguas escuelas, y entre los que quizá hay alguno que sí tiene una licenciatura universitaria.

Convocatoria de oposiciones
Cuando el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) convoca oposiciones el pasado mes de diciembre para cubrir 13 y 12 plazas de profesores en las escuelas de Madrid y Murcia (únicas autonomías sobre las que todavía tiene competencias el MEC), los diplomados por las antiguas escuelas no temieron la convocatoria. Les informaron que la homologación de sus diplomas era casi un hecho gracias al Real Decreto 770/1997, el cual los transformaría en una credencial con validez equivalente a un título universitario. Pero la mágica trasformación de sus títulos no se produciría en la práctica hasta que el MEC publicara la orden que desarrolla el decreto.
Así que nuestros protagonistas adjuntaron sus antiguos títulos y, para curarse en salud, presentaron también un informe jurídico que concluía que la ley les amparaba. La rigurosa actuación de un anónimo funcionario que expulsó de la lista a los diplomados fue la que provocó una semana de protestas y movilizaciones que fueron secundadas por los alumnos. El final del conflicto llegó con el "mea culpa" administrativo y el compromiso del Secretario General de Educación, Roberto Mur, de publicar el próximo mes la citada orden.
La orden simplemente establecerá el procedimiento de funcionamiento de una comisión, que se creará para examinar cada expediente. Es decir, nombrará a los expertos que la forman y los criterios que seguirán para homologar los títulos.
Pero Mur aceptó otras reivindicaciones. Porque, aunque este problema "administrativo" surgió por la protesta de los afectados más directamente, ha sacado a la luz las deficiencias que arrastran estas enseñanzas.
Por eso, para buscar soluciones a los problemas que está planteando la aplicación de la reforma en estas enseñanzas, se creó en 1995 la Asociación de Centros Superiores de Enseñanzas Artísticas de España. En ellas están representados los conservatorios, las escuelas de Danza, las de Restauración y las siete de Arte Dramático que hay en España (Barcelona, Madrid, Málaga, Valencia, Murcia, Sevilla y Córdoba).

Catálogo de especialidades
La asociación reclama desde su creación que el MEC apruebe el catálogo de especialidades. Se da la paradoja, por ejemplo, que las nuevas plazas de profesor que salen a concurso en la RESAD han sido diseñadas de acuerdo a las antiguos planes de estudio. Si hay nuevos planes de estudio, es necesario establecer qué nuevas especialidades se han creado.
Sin embargo, el asunto más polémico es el que se refiere a la promulgación de la Ley de Enseñanzas Artísticas. Polémico porque se trata de establecer el regímen jurídico por el que se regirán estos centros, y de ello dependen sus presupuestos, los salarios del profesorado, sus horas de trabajo, la cuantía de las becas de los alumnos o la capacidad de hacer intercambios internacionales.
En la actualidad, estas escuelas dependen de la Direcciones Provinciales de Educación o de las administraciones educativas de aquéllas comunidades Autónomas que tienen asumidas estas competencias. Es decir, tienen la misma consideración que cualquier centro de Enseñanzas Medias. Pero este regímen les disgusta.
"No se puede crear una enseñanza superior y mantenernos en Enseñanzas Medias", se queja Juanjo Granda, director de la RESAD de Madrid. "Queremos tener un estatus universitario a todos los efectos. En muchas universidades no reconocen a nuestros titulados".
Si esto ocurre, es porque los afectados se habrán topado con funcionarios que desconocen la ley. La LOGSE esta de su parte y, lo dice muy claro:"Quienes hayan superado las enseñanzas de Arte Dramático tendrán derecho al título Superior de Arte Dramático, equivalente a todos los efectos al título de Licenciado Universitario". (artículo 45, del Título II de las enseñanzas de regimen especial).
"Más que perjudicar", afirma María Tena, subdirectora General de Enseñanzas Medias del MEC., "la reforma ha beneficiado tanto a los antiguos titulados, que verán reconvertida sus diplomaturas y títulos en licenciaturas, como a los de las nuevas promociones".

Las ventajas de la ley
Como explica Tena, "es cierto que cualquier veterinario o ingeniero puede optar a las plazas de Arte Dramático,como se ha dicho, pero también ellos podrán optar a cualquier oposición para la que se exija una licenciatura".
Otro asunto más complejo es si el Ministerio de Educación y Ciencia y la Comunidades Autónomas accederán a las peticiones de la Asociación de Centros de Enseñanzas Artísticas de España. La citada organización ha elaborado un anteproyecto de ley en el que pide un regímen jurídico parecido al que disfrutan las universidades. Les gustaría convertirse en "institutos superiores de enseñanzas artísticas", con autonomía jurídica.
En definitiva, quieren que no sólo se reconozca la equiparación de sus títulos, también la de sus profesores y alumnos. Que los docentes de las escuelas puedan acogerse a las mismas categorías profesionales y a las mejores remuneraciones salariales universitarias y mejorar su movilidad laboral. También se beneficiarían de impartir menos horas lectivas. Y sobre todo, podrían establecer cursos de tercer grado o Doctorado, algo que la LOGSE les permite pero mediante acuerdo con las universidades: "Las administraciones educativas fomentarán convenios con las universidades a fin de facilitar la organización de estudios de Tercer Grado".
Pero este anteproyecto implica la modificación de la LOGSE, una ley orgánica que sólo puede ser modificada por otra ley similar. El procedimiento sería largo porque exigiría ser votado en el Parlamento por mayoría cualificada.
No todos los docentes comparten esta idea. Temen que una estructura universitaria afecte negativamente a estas escuelas desde el punto de vista presupuestario, al aplicarse baremos similares. Y estas enseñanzas son caras, selectivas, exigen ratios pequeñas, de 10 o 15 alumnos por aula. Además, son necesarios buenos equipamientos o mantener los que se han creado con la reforma. Por ejemplo, el MEC invirtió unos 3.500 millones de pesetas en el nuevo centro de la RESAD madrileña. En fin, nada que ver con las universidades masificadas pues, se estima en 1.400 los alumnos matriculados en las siete escuelas oficiales.
Roberto Mur se ha comprometido a agilizar la Ley de Enseñanzas Artísticas y se ha creado una comisión para estudiar posibles fórmulas. Pero este asunto va a exigir más paciencia todavía a alumnos y profesores .