Teatro

Cruce de caminos

"Lugar", lo último del centro dramático gallego

7 marzo, 1999 01:00

El Centro Dramático Gallego exhibe en el Teatro Principal de Orense, del 10 al 13 de marzo, "Lugar", una producción de pequeño formato. El título le valió a su autor, Raúl Dans, el premio álvaro Cunqueiro en 1994. La pieza aborda un tema recurrente cuando se habla de Galicia: el de su aislamiento.

U n lugar y tres tiempos, dos destinos que se cruzan en el andén de la vida. Y la dramática constatación de que nada se puede hacer contra ellos: "¡qué sería de nosotros si pudiésemos cambiar el curso de los acontecimientos a placer!", se dice en "Lugar", obra con la que Raúl Dans obtuvo el premio álvaro Cunqueiro de Teatro en 1994. Por primera vez, el Centro Dramático Galego (CDG) lleva ahora la pieza a escena.
"Lugar" fue elogiado por la crítica después de ser premiado. Dans, guionista de radio y televisión y también actor, había recibido varios galardones con obras precedentes, escritas también en gallego ("Matalobos", "Sopa de estrellas"). ésta sorprendió por la acertada construcción del texto.
Dos viejos amigos se encuentran en un apeadero del ferrocarril. No se reconocen en un principio. No se dan cuenta de que el encuentro es una oportunidad que se les brinda para evitar un desastre ocurrido años antes, para evitar su desastre personal y el de toda una aldea.
El texto, los diálogos, son pura tensión. Tiene mucho que ver con la tierra en la que fue escrito: todos los elementos que constituyen la trama forman parte del espacio que el imaginario colectivo gallego dedica a la destrucción-construcción de Galicia en la segunda mitad de este siglo. Desde la construcción de un embalse con la correspondiente anegación de una aldea (tantas almas, la aldea como metáfora de un país), a la imagen del emigrante que regresa deconstruído por el frío que produce el desarraigo.
Y todo esto tiene lugar en un apeadero abandonado, un lugar en el que hasta los trenes han dejado de pasar y que evoca un relato del escritor gallego Rafael Dieste, "El viejo que quería ver el tren", en el que identifica el ferrocarril en los años treinta con el progreso al que la Galicia más tradicional no se sentía capaz de subir.
Para la dirección de este espectáculo, el máximo responsable de la compañía, Manuel Guede, eligió a Antonio Simón, un veterano de los escenarios y del audiovisual gallego. Antonio Simón dirigió el año pasado el largometraje "La novia de la medianoche", una cinta hecha en base a unas anotaciones para un guión de Luis Buñuel y que, pese a contar con la participación de Francisco Rabal, Juan Diego y Esperanza Roy, se paseó por los pantallas con discreción.
Este mismo Antonio Simón acostumbra a colarse de lleno en el trabajo dramático. En "Lugar", ha optado porque las luces, la música, los elementos que acompañan a la interpretación, aporten a veces más ruido que coherencia en un espectáculo que debe reclamar toda la atención del público para el diálogo. Es entonces cuando la tensión huye.
El trabajo de los tres actores -Marcos Viéitez, Gonzalo Uriarte y Pepe Soto- exige que, al menos los dos personajes protagonistas, mantengan un equilibrio interpretativo, que los dos personajes deben ser igualmente perdedores, igualmente esclavos de su destino. Si se rompe este equilibrio, el "Lugar" de Raúl Dans pierde parte de su esencia.

Pequeña producción
El montaje devuelve al CDG el concepto de pequeña producción. El público más asiduo a los espectáculos de la compañía institucional se sorprenderá al verlo. En los dos últimos años, los responsables del centro intentaron poner en marcha una compañía estable, contrataron un amplio elenco de actores y actrices para sus montajes. El experimento no dio los resultados deseados. Obligaba a los directores a adaptar su trabajo a un amplio reparto y los coros aparecían y desaparecían por los escenarios con una facilidad no siempre justificable.
"Lugar" es, además, el primer espectáculo del Centro Dramático Gallego después de un 1998 cargado de polémicas por la representación de cuatro piezas de Valle-Inclán en castellano y que provocó las protestas de intelectuales gallegos. Precisamente, la distribución de este "Valle 98" provocó que Antonio Simón y su equipo dispusieran de poco más de un mes para los ensayos. Quizás de ahí vengan algunas de las carencias del montaje.

Xosé PEITEADO