Teatro

"Me gano la vida con la taquilla"

Ricard Reguant

13 junio, 1999 02:00

Especializado en el género musical y en autores anglosajones, a Ricard Reguant se le adscribe desde sus inicios al teatro comercial de Barcelona. Los tres espectáculos que ha dirigido esta temporada -"Chicago", "La huella" y "Misery"- comienzan su gira por varias ciudades españolas. Además, el próximo mes abre en Madrid la segunda escuela de teatro musical del país.

Por qué fundar una escuela de teatro musical?
-Hace cinco años montamos en Barcelona la primera de todo el país. Surgió a raíz de un espectáculo que estrenó Angels (Gonyalons), llamado "Memory", y que era un repaso a las mejores canciones del género. Empezó a llegar gente al teatro preguntando dónde podían aprender a hacer lo que nosotros hacíamos. Y entonces nos dimos cuenta de que no existía ninguna escuela que aglutinara el teatro, la música y la danza.
-¿Y en qué modelo se inspiraron?
-En una viaje que hice a Nueva York conocí la escuela de "Fama", que se llama La Guardia. Me interesé por su plan de estudios. Aquello es otra historia, trabajan desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, hacen los estudios básicos y aprenden un instrumento. Cuando llegué a Barcelona creamos la escuela con Angels y su hermana Marichel. El primer año tuvimos 500 alumnos, fue una locura. Pero el segundo año decidimos que no podía haber más de 300. En Madrid, el límite está en los 200.
-La de Madrid ¿funcionará igual?
-Sí. La de Barcelona tiene mucho éxito y, sobre todo, lo que ofrece es una gran salida laboral. Nuestros alumnos, de los que acabaron el primer año, están trabajando el 75 por ciento, bien en musicales o en la televisión.
-¿Cuándo se inaugura la de Madrid?
-En septiembre, pero el próximo mes de julio hacemos un cursillo intensivo con dos grandes profesionales: Barry Mc Nabb, el coreógrafo de "Chicago", y James de Paul, uno de los directores más afamados de Broadway.
-Su trayectoria teatral está muy vinculada al teatro anglosajón.
-Sí, no me han dado oportunidad de montar otra cosa. Aunque he hecho dos obras de Jaime Salom.
-¿Y no teme que le clasifiquen como un director comercial?
-Es que yo soy un director comercial. A mí nunca me ha contratado un centro dramático ni ninguna administración. Me tengo que ganar la vida con la taquilla. Ya me gustaría hacer un Shakespeare o un Calderón, pero nadie me llama para hacerlo.

Soy un artesano
-Pero ¿se encuentra cómodo en lo que hace?.
-Me encuentro siempre cómodo en todo lo que hago. No tengo ningún problema en montar un Stephen King, un vaudeville o un policíaco. Soy un profesional, un artesano de esto. Llevo toda mi vida trabajando en ello. Creo que hay que estar en una rueda, en la que yo no estoy metido, no se por qué razón, para que te ofrezcan esas cosas. Supongo que me deben clasificar como un extraterrestre o un director comercial, algo que en definitiva quieren ser todos. No creo que alguien haga una obra para que no la vaya a ver nadie. La diferencia es que yo trabajo con empresas privadas que quieren sacar un rendimiento a su producto.
-¿Cómo percibe usted el teatro institucional?
-Depende. Pienso que el teatro público no debe ocupar el lugar de la empresa privada. Por ejemplo, me parece muy bien que se haya hecho un Buero Vallejo en el Centro Dramático Nacional, porque es el lugar que le corresponde. El teatro público lo que debe hacer es dar a conocer los grandes textos que el privado no puede asumir y dar una oportunidad a los jóvenes autores.

Musicales "made in Spain"
-Alguna voces critican la importación de musicales americanos cuando tenemos una gran tradición de zarzuela.
-Eso de importar me hace mucha gracia ¿No es una importación "Arte", Shakespeare, Ibsen, Miller o Molière? El 99 por ciento de nuestra cartelera son importaciones y solo el 1 por ciento es teatro de aquí. El musical no es más que un género teatral como cualquier otro. Ocurre que en España el género se ha quedado en la zarzuela, no ha avanzado. Ahora estoy intentando hacer un musical español, aunque con un texto americano cuya historia me interesa, pero con producción y música españolas para lanzarlo a Broadway después.
-Eso intentó hacer Luis Ramírez con "El hombre de La Mancha"
-Pero no con algo original, sino con una comedia absolutamente vista que la había hecho Raúl Julia cuatro años atrás. Eso era absurdo, porque los americanos la hacen muy bien y ya la han visto un millón de veces. Nunca llevaría mi "Chicago", por muy bien que esté, a Broadway, me parecería de una pedantería tremenda. Lo que quiero hacer es un musical original y vendérselo a los americanos.
-¿Se puede saber el título?
-No
-¿Hay mucha piratería en el oficio?
-Sí, hasta que todo no esté firmado, nada. Será una gran sorpresa.
-¿Será una producción catalana o madrileña?
-Espero que sea coproducción de dos empresas, una madrileña y otra catalana, para romper con esa barrera idiomática que existe y que es real. Me parece una locura que lo que se estrena en Barcelona, no llegue aquí y viceversa.
-Es más fácil que vengan producciones catalanas a Madrid que a la inversa. ¿Por qué?
-Yo me encuentro con ese problema al intentar llevar "Chicago" a Barcelona. Pero no se cuál es el problema, si político o de otro tipo.
-¿Cree que hay una mayor sensibilidad por el género en Barcelona que en Madrid?
-Yo no creo en nada. En Barcelona hay una tradición, iniciada hace diez años con Dagoll Dagom. Tuvieron mucho éxito. Luego el mercado se saturó, llegó a haber hasta cinco y seis musicales al mismo tiempo y la gente se cansó. Ahora en Barcelona no hay. Habrá que esperar un par de años y volver a hacerlos, pero puntuales.
-¿Cuántos puede aguantar una cartelera?
-Dos, tres musicales como mucho. España no es un país sensibilizado por el musical, ni siquiera por la zarzuela. Nadie se plantea programarla durante cuatro meses seguidos. Pero no es un problema sólo del musical. Tampoco hay tanto teatro clásico, ni tantas obras de Miller ni de Chejov. La cuestión es que interese el producto. "Sweeney Todd" es de los mejores musicales que se han hecho en España y no lo fue a ver nadie. En teatro nunca se sabe por qué una obra es un éxito o un fracaso. Ya me gustaría saberlo.
-Usted empezó en el cine e incluso dirigió el film "Escrito en las estrellas". Tras su estreno dijo que no volvería a hacer cine ¿por qué?
-Lo que viví en aquella película fue un auténtico infierno. Y si tengo que volver a hacer cine, lo haré con las máximas condiciones posibles. Si no, no lo haré. Tampoco me vuelve loco.

La aristocracia de los actores
-¿Cree que hay un divorcio entre los artistas de cine y del teatro?
-Tengo una queja que hacer a los actores y es que no quieren hacer teatro. Algunos porque les da miedo, que son pocos, otros porque no les sale a cuenta económicamente. Ganan tanto dinero en cine y televisión que se olvidan que el teatro es la aristocracia de esta profesión.
-¿Realmente lo cree así?
-Para nuestros actores el prestigio no es el teatro y por una razón, porque el público no acude al teatro como en otros sitios del mundo. Si acudieran y lo valoraran, seguramente los actores lo valorarían. Lo primero que hay que hacer es educar al público.
-A lo mejor es que el público no encuentra razones poderosas para acudir al teatro
-No lo creo. Cada vez creo menos en las leyes del mercado aplicadas al teatro. Se hacen obras importantes, muy bien hechas y nadie va a verlas. El público no tiene curiosidad por el teatro.

Una obra en cinco semanas
-Usted es un director muy prolífico ¿Cuánto tiempo necesita para montar una obra?
-Cinco o seis semanas. No necesito más. Cuando voy a ensayar, voy con los deberes hechos. No le digo a los actores: ¡hacedme cosas!
-Pues Peter Brook cuenta en sus memorias que al principio de su carrera iba con los deberes hechos, pero la experiencia le enseñó a dar libertad a sus actores.
-Porque lo que él hace son creaciones a partir del trabajo de los actores. él no parte de un texto. Es como Joglars, que pasa un año montando una obra. Lo mío es distinto, yo tengo un texto, unos actores y, además, un productor que afortunadamente es amigo, que es Enrique Cornejo ("Chicago" y "Misery").
-¿Tienen más proyectos juntos?
-Preparamos para el próximo año dos musicales: "La tienda de los horrores" y "Hair".
-"Hair" es un poco anticuado.
-Es de 1968 pero todavía es impactante. Con la moda neo-hippie, el hecho de que en el año 2000 entramos en la era de Acuario y las guerras, que están a la orden del día, el musical antibelicista sigue vigente. Y por otro lado voy a montar "Las amistades peligrosas".
-Ve como lo suyo siempre es el teatro anglosajón.
-Es que no encuentro ningún autor español por el que los productores quieran apostar. Ya me gustaría, pero tiene que ser comercial.