Teatro

El viejo bosque sucedido

5 diciembre, 1999 01:00

De seguir vivo, Rafael Alberti hubiera cumplido 97 años el próximo 16 de diciembre. Para "celebrar" su aniversario, José Luis Pellicena actúa en el Teatro Central de Sevilla con "Entre las ramas de la arboleda perdida". Un monólogo que el actor lleva interpretando desde hace tiempo y en el que reconstruye la vida y la obra del poeta gaditano.

El Teatro Central de Sevilla había previsto celebrar el cumpleaños de Alberti con la reposición de "Entre las ramas de la arboleda perdida", el espectáculo en el que José Luis Pellicena personifica al poeta haciendo un recorrido por su vida y por su trayectoria poética. Tras su fallecimiento, el Central no solo mantiene la obra en cartel sino que el acontecimiento cobra un especial interés.

"Entre las ramas de la arboleda perdida" es un monólogo vinculado a grandes artistas. Fue el último trabajo que dirigió el fallecido José Luis Alonso y, además, el poeta protagonista conoció su gestación y participó en muchas de sus presentaciones dentro y fuera de nuestro país. Cuenta Pellicena que la de Mexico DF fue especialmente emotiva: "Alberti me acompañaba en algunas de mis giras de una forma muy generosa y en el DF encargaron a Octavio Paz que presentara el espectáculo. Ellos estaban muy alejados ideológicamente, no tenían relación, pero aquel día reestablecieron una amistad".

El espectáculo tiene ya una larga vida, quince años. Surgió como idea de Olga Moliterno, la compañera sentimental del actor: "Me puse a trabajar con los textos de La arboleda perdida con la pretensión de ofrecer un testimonio biográfico de Rafael Alberti, pero me salió un monólogo de quince horas. Irrepresentable. Así que lo pulí y lo reducí a una hora y diez minutos. Obviamente, el resultado es un recorrido incompleto porque faltan muchos pasajes del libro, he sacrificado muchas etapas fundamentales de su vida".

"En la ciudad gaditana de El Puerto de Santa María, a la derecha de un camino bordeado de chumberas que caminaba hasta salir al mar, llevando a cuestas el nombre de un viejo matador de toros -Mazantini-, había un melancólico lugar de retamas blancas y amarillas llamado La Arboleda Perdida. Todo era allí como un recuerdo, todo sonaba allí a pasado, a viejo bosque sucedido". Así comienza el libro de memorias del poeta y también el espectáculo en el que Pellicena actúa como un Alberti narrador que va contando su vida. "Yo no imito a Rafael Alberti", explica el actor, "hablo en primera persona, recito sus poemas y mantengo escenas dialogadas en las que interpreto varios personajes".

Anécdotas y hechos

De esta forma, su vida se presenta tramada de anécdotas divertidas que corrigen el aire intelectual que se presume del espectáculo y que le dan la frescura y alegría propias de la personalidad del poeta.
Hechos históricos, encuentros con los artistas excepcionales que conoció Alberti (Picasso, Lorca, Dalí, Machado, Juan Ramón Jiménez...) y poemas intercalados permiten al actor ofrecer un "collage" de la biografía del poeta, pero también de su obra literaria.

Así, una escena recuerda su encuentro con Dalí: "En una de mis visitas Federico me presentó un día a un joven flaco y con un fuerte acento catalán.

"Cuando visité su cuarto, una celda sencilla, parecida a la de Federico, casi no pude entrar porque no sabía dónde poner el pie, ya que todo el suelo se hallaba cubierto de dibujos.

-’Aquí está la "bestie vomitando", y estos son dos guardias civiles haciéndose el amor con sus bigotes y todo’.
Efectivamente, dos manojos de pelos con tricornios se veían abrazados sobre algo que sugería una cama".
Otro de los episodios que el actor destaca es el de su encuentro con María Teresa León.

"[...] Fué en la casa de alguien, adonde fui llevado, no recuerdo hoy por quien. Allí surgió ante mí, rubia, hermosa, sólida y levantada, como la ola que una marea imprevista me arrojara de un golpe contra el pecho. Aquella misma noche, por las calles, por las umbrías salas de los jardines, por las penumbras secretas de los taxi sin rumbo, ya respiraba yo inundado de ella, impelido hacia algo que sentía seguro".

Pero también destaca las noches que pasó con Federico García Lorca, su encuentro con Antonio Machado, quien formó parte de aquel jurado que le concedió el Premio Nacional de Literatura por Marinero en tierra, o su amistad con Picasso: "Cuando Picasso moría [...], faltaban pocos días para que se inaugurase en el castillo de los Papas de Aviñón la segunda impresionante exposición de Pablo. Pero ¿qué había sucedido de pronto? ¿Acaso no habíamos convenido Picasso y yo que ninguno de los dos moriríamos? ¿Que tendríamos que aparecer una tarde en la plaza de Ronda, él como primer espada y yo como su mozo de estoques?.

La novelesca biografía del poeta no se detiene en los años 30, sino que prosigue con la Guerra Civil, los años de itinerancia por Argentina y Roma, hasta volver a Madrid durante la transición democrática y recordar su actividad política. Para el final, un Alberti de 89 años, recuerda momentos de su vida y frente a la bahía de Cádiz recita sus tres poemas más famosos de Marinero en tierra: "El mar. La mar", "¡Quien cabalgara el caballo!" y "Si mi voz muriera en tierra"

Respecto a la puesta en escena, trasciende el recital de poesía. Está concebido como un espectáculo austero, sin música ni apenas escenografía: "Algunos efectos sonoros, unos acordes de guitarra, unos módulos de madera simples que diseñó José Luis, la luz y la palabra. Y claro, el actor y el público. Más que suficiente para el teatro, eso será siempre el teatro, en el que yo creo", subraya el actor. Un actor que busca la cercanía del público, que se dirige a él como quien habla a un amigo.

En estos quince años, Pellicena ha sido Alberti 300 ó 400 veces, no recuerda. Ha viajado por Europa (actuó en el Teatro de L’Odeon, de París) y en todos los países de América Latina. En muchas ocasiones acompañado del poeta.

En continua evolución

Quince años son muchos para un espectáculo. Tanto tiempo ha pasado que éste ha evolucionado: "Cuando tuve el texto, se lo leí a Rafael y le gustó mucho. Dijo que a quien correspondía interpretarlo era a él. Hubiera sido otra cosa completamente distinta. Con el tiempo yo he ido cambiando unos pasajes por otros, según observaba la reacción del público. Pero la esencia y la estructura se mantiene".

El próximo 16 de diciembre Pellicena se reencontrará con la careta de su amigo Alberti en el Teatro Central de Sevilla: "No lo quiero pensar demasiado porque tras su muerte es doloroso volver a hacer el monólogo". Después, viajará hasta Granada, donde actuará en el teatro Alhambra los días 18 y 19 de diciembre. En esta ocasión será un viaje en solitario sin ese amigo con el que compartió tantas noches de escenario y que ya partió para siempre.

La amistad del actor José Luis Pellicena y Rafael Alberti fue larga y duradera. Cuando el actor lo conoció, inició una relación que duraría hasta su muerte. Además de este montaje, Pellicena participó en numerosos recitales sobre el poeta, quien le acompañó en muchas ocasiones en sus giras por la geografía española. Respecto al teatro de Rafael Alberti, no tuvo el éxito deseado. Noche de guerra en el Museo del Prado (que fue inauguró el Centro Dramático Nacional), El Adefesio, Fermín Galán, La gallarda, El hombre deshabitado son el mejor ejemplo de un teatro poético quizá no comprendido y que todavía espera ser descubierto.