Teatro

"La comedia de los errores"

Dulce pesadilla en las tablas

23 enero, 2000 01:00

Helena Pimenta vuelve con Shakespeare. Por unos meses ha abandonado su compañía Ur Teatro para trabajar con el Teatre Nacional de Catalunya, donde estrena, el próximo día 27, La comèdia dels errors (La comedia de los errores), de William Shakespeare. Se trata de uno de los títulos más atípicos y menos representados del dramaturgo inglés, quizá por la necesidad de contar con dos parejas de gemelos, convención que Pimenta no ha respetado.

En las temporadas que programa Domènech Reixach no suele faltar un Shakespeare. Si el año pasado el Teatre Nacional de Catalunya programó Medida por medida en la Sala Grande, este año el gestor ha elegido uno de los primeros textos del clásico inglés, La comèdia dels errors (La comedia de los errores).

El montaje es el primero de los espectáculos pensados por Reixach para acercar a los adolescentes al teatro, dentro del programa "Connecta", que incluye visitas guiadas al coliseo, pases en horarios escolares y publicaciones.

Reixach encargó la dirección a Helena Pimenta que no sólo ha triunfado con varios títulos de Shakespeare con su compañía Ur Teatro (Sueño de una noche de verano y Trabajos de amor perdidos), sino que también conoce el mundo de la docencia, del que procede. Otra característica distintiva de esta propuesta es el hecho de que el montaje se haya programado en la sala pequeña del Teatre Nacional. Aprovechando la movilidad de las butacas, se ha dispuesto un escenario central que busca la proximidad del espectáculo con el público. Por último, esta es la primera vez que Pimenta dirige un Shakespeare fuera de su compañía. Algo que para la creadora ha supuesto "una experiencia intensa, sumada al hecho de que el texto sea en catalán."

La comèdia dels errors es uno de los textos más atípicos y menos representados de Shakespeare. Es posible que la necesidad de contar para su representación con dos parejas de actores gemelos haya sido una de las razones que más ha frenado a los directores. Para Pimenta, "eso es, naturalmente, una convención, y así hay que tratarla, pero curiosamente ha actuado mucho como argumento disuasorio." En cuanto a la atipicidad de la obra, radica en que ésta es una de las poquísimas muestras del teatro isabelino que presenta concentración clásica de las tres unidades: una sola acción, que sucede en un solo día y en una misma ciudad. Es, además de una de las comedias más alocadas de su autor y una de las más cortas.

Plauto y San Pablo

Bebiendo de Plauto -en especial de Anfitrión- y de la bíblica Epístola de San Pablo a los apóstoles de éfeso, Shakespeare ideó esta comedia, que parte de un supuesto más que improbable: dos parejas de gemelos -compuestas por Antífol y Dromió-, separados al nacer al extraviarse a causa de una tormenta, emprenden su búsqueda mutua. El encuentro se produce en éfeso, donde se desarrolla un hilarante juego de equívocos y de confusión de personalidades. Para Helena Pimenta, "esa inverosimilitud del planteamiento ayuda a crear una atmósfera onírica que los personajes subrayan. De algún modo, lo que le sucede a Antífolo de Siracusa es un sueño; lo que le ocurre a Antífolo de éfeso, una pesadilla."

También Carles Martínez, uno de los protagonistas, refuerza ese carácter onírico de la trama: "Antifol, mi personaje, es un hombre sedentario que se adentra en un mundo ajeno. Entrar en una realidad distinta de la tuya te fuerza a ver de modo distinto los problemas con que te encuentras. Eso es lo que le sucede, inserto en una trama que tiene mucho de odiseica, de relato de aventuras."

Pimenta no cree que exista un Shakespeare menor. "Todos sus textos contienen, en definitiva, lo mismo", afirma. "Son de una perfección extraordinaria, capaces de superar con maestría sus fuentes, y de trascender la pura anécdota hasta que lo hilarante y aparentemente fácil se convierte en una invitación casi metafísica a la reflexión sobre la condición humana. En este texto, una de las cosas más apasionantes ha sido descubrir en él ecos de otras obras de Shakespeare, desde Romeo y Julieta a Otelo o El mercader de Venecia o, más sorprendente aún, La tempestad, su última obra."

La comèdia dels errors sigue la forma de otras comedias shakesperianas: se parte de un caos, al que se trata de poner fin con unabúsqueda que tiene como objetivo principal restablecer el orden, algo que siempre se logra. La búsqueda es, en este caso, la de la identidad, en la que no faltan los errores, la confusión y el juego temporal. "Todo parece sencillo cuando lees la obra. Lo que complica las cosas es tratar de explicar el caos con claridad, de modo que lo grave contraste con lo humorístico, pero sin pasarse. La verdad, hice esta obra porque me enamoró y así no me costó nada montarla", explica la directora.

El elenco, formado por diecisiete personas, es otro de los detalles en los que se detiene Pimenta a la hora de analizar las complicaciones de su primer trabajo en el Nacional: "Me ha ayudado que la obra fuera coral y que requiriera actores de tan distintas edades, porque se ha creado un reparto muy diverso, con actores de distintas procedencias". Jordi Figueres, Carles Martínez (sendos Antífolos), Pep Pla y Francesc Albiol (como la pareja de Dromios) encabezan el reparto. Veteranos habituales como Joan Borràs o Artur Trias, jóvenes como Miriam Alamany o Rubén Ametllé a caras conocidas del teatro catalán, como Rosa Renom o Lluís Soler, dan una idea de la heterogeneidad del elenco.

Para Carles Martínez, trabajar con Pimenta ha sido "toda una sorpresa. Tiene un grado de profundidad que he visto pocas veces en un director. Se nota que conoce a Shakespeare a la perfección."

Experta en Shakespeare

La directora, sin embargo, matiza esta opinión: "Shakespeare no se conforma con que le dediques diez años de tu vida. Ni siquiera veinte. Su profundidad no te pone las cosas fáciles. De repente, hace dos días, releyendo la obra, exclamé: ‘¡ah, ya entiendo! Me está hablando del hombre y de la búsqueda de los sentimientos. Está hablando muy cerca de mi corazón’."

Para el espacio, encargado a José Tomé y Susana de Uña, colaboradores habituales de Pimenta en Ur Teatro, se ha escogido una serie de escaleras y plataformas que evocan, según la directora, "una ciudadque se integra en la sala para crear un mayor diálogo con el público."