Image: Comienza el Festival de Teatro para niños

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Teatro

Comienza el Festival de Teatro para niños

Érase una vez TEATRALIA

5 marzo, 2000 01:00

El 9 de marzo se inaugura Teatralia, el IV Festival de Artes Escénicas para Niñas y Niños, que se celebra en Madrid y en una treintena de pueblos de la Comunidad Autónoma. Una ocasión para ver obras infantiles de calidad, ya que uno de los criterios que se han seguido para diseñar la programación consiste en rescatar espectáculos acreditados, que aunque hayan sido estrenados hace tiempo, son poco conocidos.

l festival-, están representados por 32 compañías, de las que nueve son extranjeras. Una programación oficial que se completa con talleres y una muestra de espectáculos -"Ventana abierta"- dirigida a un selecto y codiciado público de 70 programadores españoles y extranjeros. Un festival en que ha costado 115 millones de pesetas a la Comunidad de Madrid.

Aunque este año se han reducido el número de espectáculos, no se ha resentido la calidad, pues uno de los criterios que sigue su director, Carlos Laredo, es rescatar montajes acreditados pero poco conocidos que, aunque hayan sido estrenados hace tiempo, siguen en el repertorio de las compañías. Es el caso de Synopsis, del grupo granadino Etcétera que dirige Enrique Lanz (descendiente de Hermenegildo Lanz, al artífice de los títeres que empleó Lorca). Esta obra, creada en 1992 y que ha viajado por muchos países, apenas se ha visto en nuestro país, a pesar de haber obtenido excelentes críticas.

Según Laredo, una de las novedades que incorpora esta edición son espectáculos dirigidos a un público muy pequeño, a partir de 9 meses. Algo que garantizan dos compañías francesas: la Phènomèn Tsé Tsé, que estrena Garabato (del 11 al 17 de marzo), y la Lulubelle, con Redondo, redondo (del 21 al 23 de marzo). Mientras la primera trabaja el teatro de objetos, la segunda se interesa por un teatro sin texto, que valora lo artístico antes que perseguir finalidades didácticas.

Públicos familiares

La edad del público al que se dirigen las obras es un información esencial en un festival de estas características. Sin embargo, según explica su director, hay montajes para un público familiar. Es el caso de La Troppa de Chile, que presenta un montaje de 1995 en el que mezclan marionetas y actores: Viaje al centro de la tierra, de Julio Verne (del 22 de marzo al 2 de abril). Adecuados también para un público familiar son los montajes circenses como Gala, exhibición de acrobacias a cargo de una de las compañías clave de Buenos Aires, la que dirige Gerardo Hochman; Rapsodia in clown, mimo y payasos con una fabulosa música por Los Excéntricos; y To be 2, un dúo de malabaristas belgas.

La representación extranjera tiene algunos títulos imprescindibles que se auguran de gran interés. La dramaturga Suzanne Lebeau, que cuenta con bastantes acólitos en nuestro país, actúa otra vez en el festival con su compañía Le Carroussel, toda una institución en Canadá fundada hace 25 años. Lebeau, que dirigirá un taller de escritura dramática, es una de las más provocativas e interesantes autoras de teatro para niños. Aquí presenta El ogrito, (del 14 al 25 de marzo), pieza que trata sobre la aceptación social a partir de dos personajes niños.

De dimensiones mayores es Alicia en el país de las maravillas, a cargo de la Compañía delle Briciole, teatro público de la ciudad italiana de Parma dedicado en exclusiva a la infancia (del 11 al 29 de marzo). Mezcla el teatro de actores con sombras. Los resultados son evocadores y de gran belleza. De Brasil llega un experimento que dos actrices iniciaron en una aldea indígena del Amazonas y de cuyo trabajo surgió Koikwa, un hoyo en el cielo, en el que recrean los mitos históricos del pueblo con el que convivieron.

Si se trata de buscar espectacularidad, sin duda Don Giovanni, la ópera de Mozart que presenta el Teatro Nacional de Marionetas de Praga (a pesar de su nombre es una compañía independiente). Estamos ante un trabajo de grandes dimensiones, en el que se emplean 15 manipuladores, 5 técnicos y 160 marionetas (11 y 12, y 18 y 19 de marzo) para recrear la ópera de Mozart.

Precisamente, Teatralia garantiza espectáculos de un arte -los títeres- que tienen difícil salida comercial si no fuera por los festivales. Como explica Juan Muñoz, director del grupo de títeres La Tartana y de la sala Pradillo de Madrid (sala que colabora en el festival), "la calidad de los espectáculos de títeres ha mejorado sensiblemente en los últimos años, pero sigue siendo un género de difícil público". En esta edición, Teatralia permite conocer las distintas técnicas de títeres que hoy se están usando, a través de las diez compañías que participan. Entre estas destacan los checos Karromato, con su Circo de madera, de los mejores especialistas en marionetas de hilo (del 11 al 30 de marzo); la compañía de María Parrato, que emplea muñecos y actores en uno de sus montajes emblemáticos: El gato manchado y la golondrina Sinhá; la veterana Libélula, que practica el títere de guante que mezcla con sombras en El paladín de Francia; o Titiritrán, que hace un teatro de objetos en Intimo.

Danza para niños

También hay espectáculos de danza para los más pequeños. Los catalanes Nats Nus Dansa proponen un espectáculo muy visual en Cajas, mientras la holandesa Historias de juguetes pemite ver a bailarines de altísimo nivel.

Después de tres años de festival, las salas participantes coinciden en evaluar positivamente su edición. Julio Jaime Fichtel, director de la sala San Pol, señala que el festival permite ver espectáculos internacionales de gran factura en un régimen beneficioso para las salas. Otros como Juan Muñoz señalan la necesidad de un festival de estas características, aunque él prefiere calificar Teatralia de muestra: "Los festivales duran menos días y pretenden exhibir montajes innovadores y vanguardistas, mientras que Teatralia se prolonga casi a lo largo de un mes y lo que que hace es mostrar trabajos de calidad de compañías consolidadas. Algo que se adapta mejor, desde luego, a las características del público madrileño". Una observación que no comparte Laredo, quien prefiere mantener el nombre de festival porque, en su opinión, "Teatralia es algo extraordinario, una verdadera fiesta".