Teatro

"El mayor hechizo, amor", en Valladolid

La tentación de Ulises

26 abril, 2000 02:00

El Teatro Calderón de la Barca de Valladolid estrena el próximo viernes El mayor hechizo, amor, una obra en la que se muestra a un Calderón desconocido y en la que se mezclan géneros como la épica, el drama y la tragedia. Fernando Urdiales, director de la compañía Corsario, encargada de la puesta en escena, reseña en estas líneas los criterios que le llevaron a elegir esta obra, en la que el mítico Ulises lucha contra los misteriosos encantos de Circe.

Cuando el Teatro Calderón de la Barca, de Valladolid, me propuso montar una obra de Calderón, en el IV Centenario del nacimiento del autor, la propuesta suscitó en mí sentimientos contradictorios. Por un lado, me sentí halagado en la medida en que se me confiaba la elección y la puesta en escena de un autor que me es familiar y que me entusiasma llevar al escenario. Por otro, me fastidiaba tener que aguantar las observaciones que a menudo tengo que escuchar de amigos y colegas: "¿Otro Calderón?", dicho esto de forma insidiosa y como si se tratara del autor más plasta y más aburrido del mundo.

En fin, puesto a ello, rastreé sus obras completas tratando de encontrar una pieza menos conocida que las que habitualmente se representan. En Corsario, la compañía que dirijo, ya había montado El gran teatro del mundo, Amar después de la muerte, La vida es sueño y entremeses y, para el año del Centenario, prefería mostrar al público un Calderón desconocido que contribuyese a mejorar la maltrecha imagen del autor. Lamentablemente, a Calderón de la Barca, como ocurre con todos nuestros clásicos, se le conoce poco y se le recuerda por un reducido número de títulos teatrales. Por otra parte, el uso que se hizo de su obra al servicio del nacional-catolicismo de posguerra, le ha convertido, para varias generaciones de españoles, en un autor antipático, teologista, reaccionario, en definitiva.

Elegí El mayor encanto, amor porque no parece una obra de Calderón, y le cambié el título por el de El mayor hechizo, amor, pensando que la palabra "hechizo" podía orientar mejor a los espectadores sobre el carácter de la obra. En Calderón hay muchos "calderones" y es difícil precisar a qué género pertenece. En algunas antologías figura dentro de los dramas y en otras dentro de las comedias. En realidad, es una mezcla de géneros que la hacen especialmente singular. En ella el autor combina épica, drama, comedia y tragedia en armoniosas proporciones y la peripecia está animada por una acción entretenidísima y trepidante, ubicada dentro del fantástico y siniestro reino gobernado por Circe, la hechicera.

La isla donde transcurre la acción, poblada de árboles que hablan, animales humanos, cíclopes, brujas, enanos y todo tipo de prodigios debidos a la batuta maléfica de Circe, es una parada más en el prolongado retorno de Ulises a su patria, de vuelta de la guerra de Troya.

Ulises, el "Ninguno" de la narración homérica, es la alegoría del hombre sujeto a los avatares de un destino que, al igual que el resto de los héroes de la constelación helénica, debe cumplir inexorablemente. Circe es la pasión, el sexo, el amor desmedido. La magia de sus encantos atrapa al héroe, sordo a las reclamaciones de sus compañeros, olvidado de su patria, perdida la memoria de su papel de héroe. Calderón, además, aporta una visión peculiar de Circe. Mujer sabia y marginada por los hombres debido a su extraordinario conocimiento de las ciencias y las letras, elige la isla apartada de Trinacria para ejercitarse en el ocultismo y vengarse así del veto masculino.

El adúltero Ulises y la lasciva Circe son contemplados con simpatía no exenta de complicidad por el autor. Sólo la huida, en contra de su voluntad, salva a Ulises de los encantos del amor prohibido. El héroe tocado por los dardos de un amor fatal, desdichado, loco, no acepta su deber, aunque éste termina por imponerse.

Como ya he hecho en otras ocasiones he retocado el final de la obra a partir de otro texto del mismo autor. La huida de Ulises de la isla está mejor recreada en una obra de tema similar, El golfo de las sirenas. Aquí, Ulises, huyendo de los encantos de Ercila y Caribdis pide a voces que le tapen los ojos y los oídos, para poder vencer sus sentimientos y no escuchar las voces que le incitan a quedarse.

Ahora que en el gran mercado del mundo el hiperracionalismo y el culto por el mercantilismo y la tecnología están vaciando al mundo de sus contenidos mágicos, Calderón nos propone volver a encantarlo.