Image: Bocados de realidad

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Teatro

Bocados de realidad

Se estrena en la sala el canto de la cabra "Cómeme el punto"

13 diciembre, 2000 01:00

Madrid acoge, del 14 al 17 de diciembre, la última locura de la compañía vasca Legaleón. Cómeme el punto es el desconcertante título del montaje que dirige Ana Pérez y que, a partir de textos de autores como Ortiz de Gondra o Janis Joplin, plantea temas tan discutibles como la sexualidad femenina y la incomunicación. Dos actrices y una violinista dan la cara en este pequeño cabaret provocador, divertido y actual.

El escenario: un frío despacho de la administración pública con una ovalada mesa de reuniones en el centro. Los personajes: una mujer, actriz y directora, frente a seis funcionarios de cultura. La situación: ella, sentada en un extremo de la mesa. Ellos en otro. Y entre medias un texto teatral a defender y una decisión por tomar de la que dependerá el futuro de la obra. El conflicto: ¿Cómo convencer a los programadores de la validez e interés de una obra que llama a las cosas por su nombre sin ningún pudor, sobre todo cuando esas "cosas" son las relaciones entre hombres y mujeres, el lesbianismo, la menstruación, lo pensado y lo sentido, los deseos, y las frustraciones?

Divertimento sobre el sexo

Esta situación, lejos de ser el inicio de una obra teatral, surgió de la realidad con la que la compañía vasca Legaleón Teatro, formada hace catorce años, tuvo que enfrentarse antes de ver su montaje llevado al escenario. Y es que Cómeme el punto no es un trago fácil para las mentes atiborradas de prejuicios, aunque puede resultar de lo más sugerente cuando se va más allá de los bocados desconcertantes y los puntos ambiguos. Entonces aparece una obra que en realidad es un divertimento acerca de todo lo que la gente quiere decir sobre el sexo y nunca se atrevió a verbalizar.

A las chicas de Legaleón les pareció que era hora de afrontar una obra de este tipo, y la respuesta del público y programadores -a los que, finalmente, el texto encantó- ha sido tal quel montaje, estrenado en el País Vasco, ha pasado de los bares y cafés-teatro a salas de mayor formato.

Grotesca, divertida, provocadora, tolerante y sincera, Cómeme el punto le da un bocado a la realidad en la que viven las mujeres para hacer de ella una digestión teatral en la que van desmenuzando opiniones, gustos y deseos. "El espectáculo surge como si fuera una conversación íntima entre mujeres, pero le hemos dado una forma más cómica, irónica y divertida -dice Ana Pérez, la directora-. Queríamos dejar la mayor libertad posible, hablar de temas a veces tabú sin cortapisas".

Revelar lo inconfesado

Dos actrices -Espe López, Mila Espiga- y una violinista -Mirari Irurzun- preparan en escena un guisado dramático que acaba convirtiéndose en un desaguisado cabaretero. Y es que del cabaret se ha tomado la estética y el formato -música en directo incluida-, lo cual justifica una escenografía invadida de plumas, oropeles, pieles de vaca, pelucas, fetiches y hasta una muñeca Barbie con una confesión impresa en su caja: "Nadie sabe que soy lesbiana".

Toda una galería de mujeres toma cuerpo presente en las dos actrices que en el escenario desnudan deseos y revelan secretos. "El montaje -explica Pérez- gira en torno a la idea del sexo, pero desde perspectivas diferentes. En ella se habla de lo inconfesado, de lo que las mujeres sienten pero que muchas veces no dicen. Porque precisamente ese es uno de los puntos a los que se dirige la obra: la incomunicación".

Textos de autores como Linda Jaivin, Rodrigo García, Borja Ortiz de Gondra, Marco Antonio de la Parra, Valerie Solanas, Janis Joplin, Thomas Benhart, Espe López, o la propia directora son la base sobre la que se sustenta Cómeme el punto. "En éstos se habla de cosas íntimas de forma grotesca y viceversa. Pero todos nos sirven para reivindicar que tenemos que hablar de lo que nos gusta que nos hagan o nos dejen de hacer. De expresarnos, en definitiva, para no derivar en otros problemas".

Pero Legaleón huye de cualquier encasillamiento tipo "manifiesto feminista" o "espectáculo de mujeres, sobre mujeres y sólo para mujeres". Ellas se quieren mantener en su línea de compañía heterogénea no alineada a ninguna causa que no sea la de divertir. Prueba de ello son los montajes que Legaleón ha realizado en sus catorce años de existencia, entre los que se encuentran textos de Albert Camus y Michel Gheldherode,a obras de Anton Reixa, Edurne Rodríguez, óscar Gómez o Rodrigo García.