Image: Beckett en la jaula

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Teatro

Beckett en la jaula

Vaivén Teatro estrena "Play"

24 enero, 2001 01:00

Mercedes Salvadores

El festival La Alternativa de la sala Triángulo abre la próxima semana con una adaptación de Play en homenaje a Beckett, que escribió seis años antes de recibir el premio Nobel de 1969. EL CULTURAL ha hablado con el director del montaje, Roberto Sánchez, quien reflexiona sobre la importancia de la obra y los principios del escritor irlandés.

El existencialismo poético, el absurdo inexplicable de la vida planteado por Beckett, sube a las tablas de la Sala Triángulo de la mano de la compañía Vaivén con la obra Play. El dramaturgo irlandés inspira este montaje donde la incomunicación, el pasado y la espera son los temas en torno a los que gira esta historia de tres personajes que han llegado a la total inacción, encerrados en un triángulo amoroso y en una puesta en escena tan original como provocativa.

Roberto Sánchez, Eloísa Sinovas y Mercedes Salvadores conducen al espectador a lo largo de Play (traducido Comedia), obligándole a reflexionar sobre sí mismo. "Pretendemos que la gente se haga preguntas tan importantes como ¿me puede pasar a mí? ¿cómo es el ser humano, cómo llenamos la espera en la vida?", afirma Roberto Sánchez. Para estos jóvenes, recién salidos de la RESAD, Beckett es una apuesta interesante, no sólo por el olvido al que consideran que la escena española somete al autor, sino, y sobre todo, por el lenguaje contemporáneo y poético de sus obras, así como por la importancia de la escenografía en sus montajes. "Beckett no es como Tennessee Williams, es muy teatral, para comprender un texto suyo necesitas verlo montado, los elementos escenográficos complementan al texto, haciéndolo real", añade Sánchez.

Para la puesta en escena se han basado en un montaje llevado a cabo en los años sesenta sobre el mismo texto. "Hemos respetado -dice- las acotaciones del texto y la importancia de la iluminación, pero hemos incorporado elementos como televisión, video y focos". Es precisamente en la estética del montaje donde Vaivén ha dejado más profundamente su impronta; en el escenario los tres protagonistas se encuentran encerrados en tres columnas de cemento; son seres en un medio poético, fuera de la realidad. "Tres televisores están enterrados debajo de las columnas, proyectando nuestras vidas anteriores, es el pasado que nos atormenta. Nos encontramos incomunicados entre nosotros y es la presencia de un foco lo único que nos obliga a hablar, a reírnos, a llorar.", dice Eloísa Sinovas.

Lenguaje contemporáneo

El teatro sugerente y simbolista de Beckett, sin normas preestablecidas, su lenguaje contemporáneo y su visión de la vida reducida al absurdo encuentra en el teatro alternativo una de las pocas vías de acceso al público. "Beckett es un clásico que parece contemporáneo, pero no es apto para todos los públicos, por desgracia es sólo el espectador de teatro alternativo, el más receptivo a la hora de entender sus montajes", recalca Sánchez.

Los tres coinciden en señalar la mala situación en que se encuentra el teatro alternativo en nuestro país. Para Sinovas es sobre todo un teatro pobre, que se traiciona a sí mismo por carecer de una personalidad definida, engañando al espectador, que no termina de encontrar un teatro alternativo de verdad; mientras que Roberto Sánchez considera que el problema es la falta de investigación: "Debería haber un centro de investigación contemporáneo. Mientras, tenemos oportunidades como la de participar en La Alternativa, donde las compañías nuevas encuentran una plataforma dentro de una programación con verdadero espíritu alternativo".

Y Beckett posee ese "espíritu", al no permitir al espectador ser pasivo. La valentía de Beckett, su honestidad, molesta muchas veces, muestra en Play con toda su crudeza esa imposibilidad del ser humano de escapar; personajes con un pensamiento obsesivo, el suicidio no existe para él y el hombre está condenado a esperar, a vivir. Eloísa Sinovas opina que Beckett es una auténtica lección vital: "Nos muestra muchas de esas preguntas que no queremos hacernos, nos hace plantearnos el tipo de vida que hemos elegido".
Vaivén se atreve con una apuesta arriesgada, podría decirse que claustrofóbica, difícil de llevar a las tablas, donde no existe el cuerpo a cuerpo entre unos personajes aislados por la palabra, por un pasado consciente, irracional e inevitable.