Teresa Nieto

La bailarina y coreógrafa Teresa Nieto presenta en La Abadía Isla -del 2 al 6 de mayo- y Tánger -del 9 al 13-. Integrante de compañías como Bocanada, junto a Ribot y Calvo, dirige actualmente su propia formación: Teresa Nieto en Compañía. Es autora de trabajos como Danza breve o Estado hormonal y desde 1996 forma parte también de Arrieritos.

-Isla y Tánger son dos trabajos muy distintos a pesar de llevar la marca de su estilo...
-Sí. Tánger es, deliberadamente, más abierta y luminosa, mientras que Isla es más complicada e íntima. En ella quería romper con algunas cosas, limpiar mi cabeza; de hecho, muchos dicen que es la más dura. Tánger es muy autobiográfica, porque yo viví allí hasta los 18 años.

La intimidad de "Isla"
-Esa carga autobiográfica parece estar presente en toda su obra...
-Sí, pero Isla es la obra más mía por todas las sensaciones que vuelco.

-¿Y cómo se sintió al terminarla?
-Me ayudó a entender muchas cosas. Sucedió en una etapa de mi vida en la que no sabía por dónde tirar. Está dedicada a mis hijas. Cuando la vieron vinieron a mi camerino, casi llorando, y supe que lo habían entendido.

-¿Su danza está ligada siempre a estados interiores?
-Sí, me sirve para exorcizar, es una forma de reconciliarme conmigo.

-¿Cómo llega a esa "exorcización"?
-Tardo aproximadamente un año en cada montaje porque hay mucha reflexión. Ahora miro con cariño los trabajos del pasado que se me han olvidado como creadora e incluso en Tánger encuentro cosas que me sorprenden.

-¿Intenta eludir algo?
-No quiero repetirme. Busco ser honesta, para que el espectador se identifique. Pero no me interesa epatar, innovar por innovar.

-Sus coreografías están basadas en las sensaciones, ¿rehúye lo intelectualizado?
-Me gustaría ser más intelectual pero mi estilo es el de los sentidos, las emociones.

-¿En qué se diferencia el trabajo que presenta en La Abadía del que hace en Arrieritos?
-En Arrieritos todo es más grupal y muy rico. De hecho lo que hago con mi compañía se enriquece del trabajo con ellos.

-¿Tiene algún proyecto pendiente con ellos?
-Ahora mismo no, pero ya estoy ultimando la coreografía de Historia de un caballo, de Salvador Collado, que se presentará en Santander en junio.

-¿En qué punto se encuentra su carrera actualmente?
-Llevo unos años sin parar, dando clases, y siento que ha llegado el momento de reflexionar.

-Es la primera coreógrafa que La Abadía incluye en su programación, festivales aparte...
-Sí y eso me enorgullece porque La Abadía es uno de los mejores espacios y tiene un público fiel.

-¿La danza contemporánea sigue siendo minoritaria?
-Por supuesto. En este país salvo Joaquín Cortés no interesa nada. A pesar de la gran calidad de los trabajos el Estado sigue sin apoyarnos, no hay política cultural, ni circuitos, ni programadores, sólo se centran en la zarzuela.. Es un desastre.

-¿Qué trabajos destacaría?
-Los de Mar Gómez, La Ribot, Carmen Werner, Ramón Oller, Gelabert, Corchero... son muchos y seguro que me olvido nombres. Hay mucha calidad actualmente.