Teatro

Triángulo abre la Muestra de Primavera

Argentina rompe tablas

23 mayo, 2001 02:00

El impacto visual y la sorpresa abren la VI Muestra de Primavera de Teatro de la Sala Triángulo de Madrid. La compañía Los Cafiolos será la encargada de ejercer de maestro de ceremonias inaugurando la edición de este año con MK 054, lo más transgresor del teatro argentino.

La VI Muestra de Teatro de Primavera de la sala Triángulo abre esta edición con la obra MK 054, un montaje de la compañía argentina Los Cafiolos creado con el propósito de "destrozar" las formas dramáticas al uso mediante la sucesión de imágenes y, según ellos mismos definen, con una forma muy pensada de hacer teatro "sin anestesia".

La sorpresa, lo inesperado, la ruptura y, sobre todo, el impacto visual, son las bazas con las que juegan Los Cafiolos a la hora de plasmar las vivencias de una serie de personajes en una secuencia de escenas breves, cada una de ellas metáfora de una parte determinada de la sociedad. Así, el argumento -o los argumentos- de MK 054 está amarrado a un espectáculo compuesto por esa serie de situaciones cortas pensadas para una estética visceral, muy ambiciosa en la puesta en escena. En cada bloque, cuatro actores recorrerán con sus interpretaciones psicologías dispares, cargadas de contenido y personalidad, representando el mundo hostil en que habitamos.

Gabriel Molina y Hernán Cacace dirigen este espectáculo donde las fisuras de las conductas humanas se reúnen como en un muestrario para envolver al público. "La gente se siente involucrada en lo que ve -dice Molina- por la fuerza de la imagen que se provoca intencionadamente. El público se ve reflejado, entonces, en esa sociedad que criticamos". Lara Tejela, la única actriz del grupo, matiza que "se trata de ver sobre las tablas el lado más oscuro de cada uno de nosotros y de proponérselo así a la gente".

El título del montaje alude al nombre ficticio de una secta, escenario donde se encuentran los casi 25 personajes que interpretan cuatro actores: los dos directores, Tomás Pozzi y Lara Tejela. Gabriel Molina explica que " la elección de una secta surge porque representa en sí misma una metáfora de la sociedad, de lo fuera de control que está el mundo".

El paso "sin escalas" de la ingenuidad al terror es uno de los elementos clave para imprimir un ritmo muy personal al trabajo. "El terror -explica Molina- crea tensión, por eso trabajamos esa transición, incrementando el ritmo hasta llegar al vértigo, en el momento en que todas las historias terminan relacionándose". Para mantener ese tempo durante todo el montaje, los directores se apoyan, principalmente, en la música y en la iluminación. "La música y el juego de luces -explica Molina es fundamental como apoyo al despliegue físico, pero también contamos con el humor y el erotismo del texto, que dotan al conjunto de un aire satírico".

"A mordiscones furtivos se suceden imágenes sin anestesia", así define el grupo MK 054, un montaje que, como su director Cacace apunta, reserva algunas sorpresas a los espectadores: "Queremos que el público se pregunte qué me puede pasar a mí viendo esto... y sobre todo que les pasen cosas".

Es en el despliegue físico, precisamente, en lo que más han trabajado los directores. Tomás Pozzi explica que "se trabajó desde lo físico, desde el primer día de ensayo, como si fuese un ensayo general para no dejar nada al azar. El ritmo de vértigo del montaje marcaba esta necesidad ya que al mínimo descuido podíamos perder la concentración".