Image: Un frac para Don Juan

Image: Un frac para Don Juan

Teatro

Un frac para Don Juan

Lluís Homar inaugura el festival del Grec con un Don Juan transgresor

20 junio, 2001 02:00

Cuando al Teatre Grec de Montjuïc, en Barcelona, llegan, todos los años por estas fechas, hordas de jardineros plantando flores y cuadrillas de técnicos municipales montando centenares de sillas sobre gradas de piedra, es que una fecha está cerca: la de la inauguración, siempre poco después de San Juan, del Festival de verano de la ciudad. Y si el Grec siempre escoge los mejores nombres para esta ocasión, este año ha elegido un cuarteto de lujo: uno de los personajes de más vuelo de la literatura de todos los tiempos -Don Juan-, un autor universal -Molière-, un director con sobrada experiencia y la asignatura pendiente de este texto -Ariel García Valdés- y un actor que tiene una honda relación con el teatro de repertorio y una particular historia de amor con el Grec: Lluís Homar.

Con Homar como protagonista, Jordi Boixaderas como Sganarelle y un reparto que cuenta también con Elena Fortuny, Marta Gil, Jordi Martínez y Esteve Labari, entre otros, Don Juan o el Festí de Pedra de Molière se estrenará en el anfiteatro de Montjuïc el próximo 25 de junio. La ficha artística la completa la escenografía de un antiguo colaborador de García Valdés, Jean Pierre Vergier. La traducción del texto al catalán -que se representa por primera vez en esta lengua- la firman Carme y Josep María Vidal.

Perteneciente a la mejor etapa creativa del gran dramaturgo francés -quien escribió su Dom Juan ou le festin de pierre (Don Juan o el convidado de piedra) tras Tartufo y antes de El Misántropo-, la obra fue estrenada en París en el año 1665, donde de inmediato levantó un enorme revuelo en los sectores más conservadores, hasta el extremo de tener que ser retirada de los escenarios quince días más tarde.

El héroe moderno


Un largo silencio siguió a esta breve vida escénica, pese a que el Don Juan de Molière es, según la mayoría de críticos, el texto dramático que mayor dimensión sabe otorgar al mito español que llevó a las tablas por primera vez Tirso de Molina. "La diferencia entre el Don Juan de Tirso de Molina y el de Molière es que el primero es un mero seductor de mujeres al que castigan por eso. El de Molière es más cosas: es también un hombre de ideas, capaz de romper con todo lo establecido, un héroe moderno. Es increíble que alguien haya creado a un personaje así en 1665", dice Ariel García Valdés.

El director no esconde su fascinación por un texto con el que coqueteaba desde diez años atrás, a raíz de un encargo nunca realizado del Teatre Lliure: "Es extraño, pero no imaginaba que la obra fuera tan extraordinaria. Tal vez por mis propios prejuicios hacia este tipo de teatro: pensaba que sus contenidos podían quedar muy lejos del espectador de hoy y, sin embargo, no ha sido así. La obra no habla sólo de seducción. Esto, de hecho, es lo de menos. Es la historia de un hombre al que le quedan veinticuatro horas y de cómo en esas horas se enfrenta a todo absolutamente, hasta a la religión. Lo fantástico del texto también es la dualidad que existe entre Don Juan y Sganarelle, que son dos personajes enfrentados porque representan cosas opuestas".

Resulta evidente que Don Juan también ha sabido seducir a Lluís Homar. Escuchar al actor hablar de su personaje es asistir a una reivindicación entusiasta que le sale de corrido, sin detenerse a tomar aliento:"Yo tenía la idea del Don Juan seductor, que persigue mujeres. Está claro que ese aspecto está, en el texto de Molière, pero es también una persona valiente, transgresora, subversiva: alguien dispuesto a cuestionarlo todo, a hacer que los demás se lo cuestionen y, si es necesario, a pasar por encima de cualquier cosa. Por eso se gana muchas enemistades, pero también logra ser muy libre. Yo no esperaba estar tan seducido por la fuerza de este personaje, la verdad. No es sólo que me gusten los transgresores.

Sinónimo de caos

»Es que su capacidad de transgresión surge por la necesidad de perseguir lo que quiere, y eso le da un halo, un carisma… No es un ejemplo a seguir, evidentemente. Es repetidamente rechazado porque es sinónimo de caos, y el caos es algo que nuestra sociedad intenta evitar a toda costa. Tratamos de organizar la familia, la religión, Dios, el matrimonio… en fin, todas esas cosas que parece que son las bases de una convivencia pacífica y de que el mundo prospere. Pero detrás de todo este gran invento del hombre hay muchas incongruencias, muchas contradicciones… Y al final el hombre no logra hacerse más libre, sólo mucho más pequeño. Por eso, por ser un personaje completamente amoral, entiende que una de las finalidades del ser humano es la libertad, incluso recurriendo a la parte oscura de la vida para llegar a la luz. Todo ello es fascinante. Por un personaje así, dejaría muchas cosas". Homar lo dice por propia experiencia, porque él mismo estaba en harinas de otros costales cuando le ofrecieron esto, y no lo pensó dos veces.

Ni al director ni al protagonista, sin embargo, les infunde ningún miedo enfrentarse a un personaje con tan poderosa tradición a sus espaldas. Más bien todo lo contrario. Para Ariel García Valdés, "es más interesante que la gente tenga referencias sobre la obra, es casi como enfrentarse a un misterio, navegas en un texto clásico pero necesitas sentirla en tu tiempo, en este principio de siglo de la muerte de las ideologías, porque puede ser que esté vacío".

Un equipo de largo recorrido

En suma, la historia de amor se prolonga hasta el mismo equipo de trabajo. No es ya sólo la del director o el actor protagonista con el texto, también la de ellos entre sí. García Valdés, que ya ha trabajado varias veces con Homar, no duda en alabar a su protagonista: "Tenemos un largo recorrido juntos, y siempre me ha gustado trabajar con él porque cuando acepta trabajar en algo de teatro se entrega totalmente, no hace nada más. Es algo raro en este mundo y a la vez es muy bueno, porque logras concentrarte del todo en el trabajo y olvidar todo lo demás". Y Homar tampoco se queda corto: "Trabajar así es estar como en casa".