Image: Lo mejor del año 2001: Teatro

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Teatro

Lo mejor del año 2001: Teatro

26 diciembre, 2001 01:00

Escena de Sigue la tormenta

Cuando un año termina es obligado hacer balance y comparar lo creado entonces con lo realizado años anteriores y con la tradición, desde el rigor y la búsqueda de la excelencia. Así lo hace El Cultural desde sus inicios, exigiendo al consagrado y apostando por los autores más jóvenes e innovadores. También este año. Nuestros críticos literarios, de arte, teatrales, de cine y música clásica han revisado minuciosamente el año 2001 en busca de los mejores libros de ficción y no ficción (poesía, novela, ensayo) originales de autores españoles e hispanoamericanos; las exposiciones más interesantes; las obras teatrales representadas más audaces y de mayor calidad; las películas más interesantes exhibidas en España y las óperas y conciertos de mayor nivel. Lo mejor del primer año del siglo XXI y del nuevo milenio, elegido desde la independencia y la libertad, sin exclusiones, prejuicios ni cánones de ningún tipo.El Cultural, que analiza críticamente la producción cultural de 2001 en la Primera Palabra, ofrece los resultados y las votaciones que establecen que, para nuestros críticos, lo mejor ha sido la novela-reportaje Soldados de Salamina, de Javier Cercas; la exposición de Nam June Paik en el Guggenheim de Bilbao; la puesta en escena de Sigue la tormenta, dirigida por Helena Pimenta; la película La inglesa y el duque, de Eric Rohmer; y el Parsifal representado en el Teatro Real.

Sólo el actor y la palabra

El teatro de la
palabra pero, sobre todo, del actor. Éste es el teatro
por el que se han inclinado los críticos de El Cultural
al seleccionar los cinco mejores espectáculos del año
2001. Actor y texto que han contado con una estética y
una puesta en escena a su servicio, para ofrecer al público
la lectura más emocionante y correcta posible de lo que
se quiere contar.


Críticos
consultados: Javier Villán, Ignacio Amestoy, Care Santos,
María José Ragué



Sigue
la tormenta


Director:
H. Pimenta Autor: Enzo Cormann intérpretes: Walter Vidarte
y José Tomé teatro: Cuarta Pared (Madrid)
.

Sigue la tormenta es una obra de cámara, interpretada por
dos actores; una pieza de teatro político y poético,
sobre el terror discriminado e ideológico de los nazis
y, también, el silencio de las mayorías que lo toleraron.
Qué oportuno recordar a las masas que hay que estar alerta
ante los desmanes del Poder y los fanáticos que lo alcanzan.
No es casualidad que la obra venga de la mano de una compañía
vasca, la que dirige Helena Pimenta, –Ur Teatro–, que
otros buenos trabajos nos ha brindado (Sueño de una
noche de verano
). Walter Vidarte, en el papel de un antiguo
actor judío, acaba la obra exhausto y trastornado; no es
para menos, su tormento es insuperable. José Tomé,
el director de escena Goldring que llega hasta su refugio para
intentar convencerle de que vuelva a la escena, a la vida, contribuirá
a desvelar todo ese horror. A Enzo Cormann, autor francés
del que se había estrenado en nuestro país apenas
una obra (Diktatt), le ha bastado dos actores para tejer
una terrible historia con hermosos parlamentos, monologados en
ocasiones, trufados con metáforas y verdades que llegan
al corazón.




Mesías

Autor:
Steven Berkoff Director: José Luis Gómez: Intérpretes:
Compañía La Abadía (Madrid). Teatro: La Abadía
(Madrid)


El último trabajo de Steven Berkoff es una revisión
del origen del cristianismo y, sobre todo, de la figura de Cristo,
que aparece en este Mesías más humana que
nunca: "Quería destapar lo que la religión
ha manipulado", comentó Berkoff a El Cultural. Pilatos,
Judas o los apóstoles se muestran como elementos más
de un plan perfecto ideado por un supuesto mesías para
salvar a la humanidad y reunir al pueblo judío. El director
José Luis Gómez realiza una labor de dirección
sobria, elegante y cargada de poesía, a la que contribuye
el buen hacer de la compañía de La Abadía.
En un espacio casi desnudo, Gómez articula con pocos elementos
y una cuidada estética esta historia donde el rito se convierte
en cotidianidad.


Titus
Andrònic


Director:
Alex Rigola Autor: W. Shakespeare Intérpretes: Xavier Ripoll,
Marta Domingo, Daniela Feixas, Jordi Coromina... Teatro: Lliure
(Barcelona)
.

El Titus de Alex Rigola destacó por el atrevimiento
y la sutilidad con el que el director supo plantear una de las
obras más violentas de Shakespeare. Estuvo interpretada
por un elenco joven pero sólido y compenetrado, en el que
gustaron especialmente Xavier Ripoll, en el papel de Titus, y
Daniela Feixas, en el de Lavinia. Una revisión del clásico,
en la que los personajes, a pesar de vivir en la Romá clásica,
vestían ropas militares del siglo XX, se movían
en un escenario que seguía una estética de la desnudez.
Una producción del Grec y la compañía de
Rigola, que gustó tanto al Lliure que la reflotó
en la primavera de este año.



Restes humanes...


Autor:
Brad Fraser Director: Manel Dueso intérpretes: Cia. La
Nave va teatro: Mercat de les Flors (Barcelona).


Manel Dueso quiso hacer un espectáculo muy físico,
muy directo, que golpeara al espectador. Y lo consiguió
con un autor canadiense, Brad Fraser, y una obra –Restos
humanos sin identificar o la auténtica naturaleza del amor

en la que reflexiona sobre el individualismo y la incomunicación
de unos personajes urbanos, capaces de viles crímenes,
que se mueven en un mundo de drogas, anorexia, homosexualidad,
sida. Como dice Dueso, "un paisaje pintado a golpes de pincel
donde se ha estampado la mierda acumulada en el fondo del individuo
para vomitarla y así liberarse".


Imagina

Director:
Javier G. Yagüe Autor: Yolanda Pallín y J. R. Fernández
Intérpretes: Compañía Cuarta Pared Teatro:
Cuarta Pared (Madrid)


Si Las manos fue todo un fenómeno teatral de la
escena alternativa hace más de dos años, Imagina
es una digna segunda parte de la ambiciosa Trilogía
de la Juventud
. Sus creadores, Yolanda Pallín, José
Ramón Fernández y Javier García Yagüe,
prosiguen con un trabajo de escritura y puesta en escena colectiva.
Del mundo rural de Las manos se pasa aquí a la España
de los años 70, cuando los ecos del campo se perdían
entre el ruido de la maquinaria de los barrios industriales en
la gran ciudad. A través de los problemas de una pandilla
de veinteañeros, los creadores hacen un repaso a problemas
como la emancipación, la lucha sindical o la igualdad de
la mujer, cuando la dictadura se extinguía y la democracia
daba sus primeros pasos. Igual de fresca que su antecesora, pero
más madura en cuanto a la utilización del lenguaje
escénico, a la correcta factura del texto se le suma un
interesante trabajo de dirección. Exquisita selección
musical y unos intérpretes entusiastas redondean esta obra
joven y enérgica.