Teatro

Entrando en calor

30 enero, 2002 01:00

Autor y director: Jesús Campos. Intérpretes: Pepa Sarsa y F. M. Poika. Teatro Galileo. Madrid


Autor y director: Jesús Campos. Intérpretes: Pepa Sarsa y F. M. Poika. Teatro Galileo. Madrid

Había un espacio en La Codorníz hace muchos años escrito me parece por Castellanos que se llamaba "Tiemble después de haber reído". Era un espacio de humor, terrible y negro, que desembocaba, irremediablemente, en catástrofe o incertidumbre. Más o menos. Eso pasa en esta obra de Jesús Campos. Al final, tras los escarceos amorosos y el esfuerzo heroico de un hombre y una mujer por recuperar la temperatura del deseo, desembocan en renovadas frustraciones: imposibles ya los fulgores de la lujuria y el sexo. Y, después de haber reído y sonreído, la sonrisa se hiela, se borra de la cara, se convierte en la mueca de la muerte. Detrás de la transacción comercial propiciada por las páginas de contactos de los periódicos hay más que el deseo; está una tragedia de soledad y autoengaño, el desesperado anhelo de dos seres por recuperar la exaltación de la carne.

Con apariencias de comedia ingeniosa y amable, Entrando en calor es un drama sombrío, ácido e implacable. Y duro sin concesiones. Si no fuera porque el ser humano es un sobreviviente milenario de sucesivos pesimismos, Entrando en calor dejaría desgarros en la carne y en el alma como los que lucen los protagonistas de esta historia, sobrevivientes de cruentas o incruentas batallas. El mérito de Jesús Campos está en graduar la evolución del conflicto, en dosificar el equilibrio entre elementos humorísticos y sus efectos trágicos. Evoca las manipulaciones amorosas de las salas de cine en tiempos de penurias sexuales e inventa historias que contribuyan al rearme emocional de una pareja. El mérito de Pepa Sarsa y F. M. Poika canalizan estas sensaciones convincentemente .