Retratos a pedazos

Escena de Mira’m, último trabajo de la coreógrafa

El festival madrileño Escena Contemporánea ofrece del 12 al 17 de febrero una retrospectiva de Marta Carrasco, artífice de una danza muy próxima al teatro que la ha situado como una figura emergente de la escena. Ocasión única para ver Aiguardent y Blanc d’Ombra, dos solos bailados por ella, y Mira’m, la primera coreografía que dirige.

Su carrera como bailarina está marcada por su trabajo con la compañía Metros, de Ramón Oller, desde 1988 hasta 1994. "Creo que Ramón es mi gran maestro y uno de los mejores coreógrafos de España", afirma. "Cuando dejé Metros ya había un componente teatral en las coreografías. Al abandonar la compañía me puse a estudiar teatro con Txiki Berraondo y Manuel Carlos Lillo. Descubrí que nosotros hablamos con el movimiento, pero el teatro tiene que tener un texto, sin texto no hay nada". Sobre dónde sitúa su trabajo, si en la danza o en el teatro, la bailarina contesta: "No sé donde empieza uno y la otra pero no me preocupa porque la fusión me interesa. Tan importante para mí es una mirada como cualquier movimiento. Todo, la danza, el teatro, la iluminación, la escenografía, el clima, hasta lo que haga yo, todo tiene la misma importancia."

Hace siete años que creó uno de los retratos escénicos de mujer más desgarradores de la escena contemporánea española. Hablamos de la protagonista de Aiguardent, "una mujer a pedazos", a quien Marta bautizó como Violeta. "Cuando hice Aiguardent estaba triste, quería estar sola, había dejado Metros. Recuerdo que estaba en casa, encendí un cigarrillo y puse a Mahler. Estaba sentada en una silla de ruedas y me puse a dar vueltas....y así hice Aiguardent ". Estrenado en 1995, el espectáculo sigue representándose.

La sinrazón de Camille
Dos años más tarde presentó Blanc d´Ombra, inspirada en la figura atormentada de la escultora francesa Camille Claudel. Pero ¿qué elementos pueden tener en común estas dos mujeres? "Son dos perdedoras. Tienen muchas diferencias pero ambas son muy luchadoras, muy vitales. Violeta, tal vez tira la toalla, soporta y convive con su debilidad, supera su miedo. Mi trabajo es un homenaje a un tipo de mujer que vive una soledad tremenda que la lleva al alcohol". El cariño hacia el personaje es lo que le impulsa a la hora de crear. "Con Camille me importó ella como persona, más que como escultora. No me interesaba el aspecto feminista, viviendo a la sombra de Rodin. Me interesó su valentía, su belleza, su sinrazón".

En los trabajos de Marta Carrasco los objetos juegan un papel fundamental: "Cuido la estética pero el objeto tiene que contar algo. En Blanc d´Ombra el plástico recuerda la placenta de esa madre que le dijo toda la vida a Camille que nunca tenía que haber nacido".

Tres actores y dos bailarines factúan en Mira´m, un espectáculo lleno de humanidad y ternura. "Entre mis obsesiones figura el mundo de los imperfectos. ¿Quién no es imperfecto?" Mira´m es el primer trabajo propio donde no interviene como intérprete. Dice que no fue una decisión consciente: "Tenía tanto trabajo que hacer para sacar lo máximo a todos los actores, sufro mucho mirando todo desde fuera, ansiosa para que todo salga bien". La retrospectiva tendrá lugar en la sala Cuarta Pared.