Image: Teatro sin género

Image: Teatro sin género

Teatro

Teatro sin género

Fernández Lera estrena Mátame, abrázame

27 febrero, 2002 01:00

Miguel Angel Altet y Marisa Amor en una escena

Antonio Fernández Lera estrena mañana Mátame, abrázame en El Canto de la Cabra de Madrid. Es lo último que ha escrito y dirigido este autor que reivindica un teatro fronterizo, en el que se den cita otros géneros y manifestaciones artísticas. Su montaje es eso: un mosaico de escenas poéticas, pero también de un humor descarnado muy a tono con el absurdo y sorprendente mundo que vivimos.

Mátame, abrázame es el último espectáculo de Antonio Fernández Lera, autor y director madrileño que gusta moverse en un teatro fronterizo, de género indefinido. Esto es patente en Mátame, abrázame, una obra integrada por varios textos en los que se combinan desde poemas a monólogos y textos dramáticos, llegando a resultar algunos de ellos muy visuales. Una obra sin acotaciones, cuyos personajes se definen sólo por lo que dicen."Procuro mezclar los géneros y quitar esos límites que encasillan el teatro. Pero aunque es cierto que hay algunas historias que pueden parecer muy visuales, mi escritura está muy pensada para ser dicha en un escenario", explica Fernández Lera.

El montaje está formado por diez escenas o historias que dramáticamente no tienen ninguna relación. Hilvanadas con música, las tres más poéticas y de ambiente tranquilo se intercalan con otras de tono humorístico, situaciones absurdas o "de enfado cósmico de su protagonista", como señala el autor. "La puesta en escena es muy sencilla, aunque Rodrigo García ha ideado una escenografía barroca con una serie de mesitas de noche con sus lamparitas. Luego hay algunas acciones que no aparecen en el texto en las que se proyectan imágenes de video. Pero desde luego, el texto es el principal material de esta obra". Música de los Rolling Stones, de Violeta Parra, de Charles Mingus y de The Velvet Underground ilustran este montaje interpretado por sólo dos actores: Miguel Angel Altet y Marisa Amor.

Al servicio de un criminal
El espectáculo se inicia con Paisajes y voz, un poema muy pictórico y visual, que da la idea de que podría ser filmado y que ya escenificó en 1992 Carlos Marquerie. Leni Mon amour es un texto que tiene una motivación periodística, unas declaraciones en las que la cineasta de Hitler, Leni Riefenstahl, decía que sólo fotografía personas que no están tristes ni enfermos. "¿Para qué tanta belleza y tanto pensamiento si luego se pone todo al servicio de un hijo de puta, de un criminal hijo de puta, de una legión de criminales hijos de puta que miran para otro lado", escribe Fernández Lera. En un tono más jocoso se sitúa Newtoniana o Cuento Chino 2, para finalizar con dos poemas nuevamente: Teoría del perro y Teoría de las luciérnagas.

Cuando se le pregunta al autor si considera teatro lo que hace, dice rotundo: "Por supuesto que es teatro. También tengo obras que respetan la arquitectura dramática tradicional como Las islas del tiempo. Pero no me gustan los encasillamientos y tampoco que me consideren un modernista simplemente porque creo que el teatro es un buen terreno para propiciar la mezcla de artes. Es una pena que un público especializado en una cosa se niegue a aceptar otras ofertas simplemente porque se salen de su órbita. ".

Fernández Lera también niega que forme colectivo con otros dos directores que se mueven en un estilo nada convencional y que precisamente colaboran con él en este montaje, Rodrigo García (escenografía), Carlos Marquerie (iluminación) y con el actor Miguel Angel Altet, habitual en los montajes de García: "No somos un colectivo formalmente, somos amigos y hay un cruce de colaboraciones. Por otro lado no estoy tan seguro de que mi teatro se parezca a lo que ellos hacen, hay más diferencias de lo que parece", apostilla este autor que durante esta temporada ha firmado las versiones de Mesías, de Steven Berkoff y El amor de Fedra, de Sarah Kane.