Image: Desembarco alemán

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Teatro

Desembarco alemán

El Ballet de la Deutsche Staatsoper llega al Teatro de la Zarzuela

6 marzo, 2002 01:00

Escena de El lago de los cisnes. Foto: M. Ritterhaus

La prestigiosa formación alemana presenta en la capital El lago de los cisnes, un montaje que cuenta con la presencia del español José Carlos Martínez, estrella del Ballet de la ópera de París, en el papel protagonista del príncipe Siegfried.

España lleva varios años exportando bailarines a las mejores formaciones del mundo. En esa privilegiada lista de nombres encabezados por Tamara Rojo o Igor Yebra se encuentra José Carlos Martínez (Premio Nacional de Danza 1999), bailarín estrella del Ballet de la ópera de París, que ahora llega a Madrid con esta compañía de lujo. Su presencia en este montaje confirma su prestigio, puesto que la formación alemana que dirige Christiane Theobald es de las más sólidas y reputadas. Especializada en un repertorio clásico, la compañía es una de las más antiguas de Europa. Su historia de más de 250 años está ligada a nombres como Noverre, Taglioni, Terpis y Von Laban. Bailarines de la talla de Isadora Duncan, Anna Pavlova, Fanny Elsser y Lucile Grahn, entre otros, han desgastado las puntas en nombre de esta compañía. La coreografía que ahora presentan en Madrid, El lago de los cisnes, es un clásico revisado por el coreógrafo Patrice Bart, asistente del director del Ballet de la ópera de París desde 1990. La archifamosa obra de Chaikovski, creada por los coreógrafos Marius Petipa y Lev Ivanov, es llevada a escena por un cuerpo de baile de precisión prusiana.

La frialdad en la que puede acabar el exceso de técnica es combatido aquí por el aliento interpretativo de sus protagonistas, preocupados por componer en escena personajes en conflicto. Encabezan el cartel las bailarinas Bettina Thiel (mañana, el día 9 y 11) y Viara Natcheva (el 8 y el 10) en el papel de Odette, y José Carlos Martínez (mañana, el 9 y el 10) y Roland Savkovic como el enamorado príncipe Siegfried. La obra, con partitura de Chaikovski, plantea una reflexión sobre el amor, la amistad y la tración. I. F