Image: Corsario  el botín de  los clásicos

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Teatro

Corsario el botín de los clásicos

La única compañía de repertorio cumple 20 años

20 marzo, 2002 01:00

Escena de El mayor hechizo, amor, el último Calderon del repertorio de la compañía

El grupo vallisoletano Corsario cumple veinte años. Pero su vigésimo aniversario no es precisamente lo que lo hace singular, sino ser la única compañía de repertorio que se ha mantenido en España; el único grupo estable capaz de representar habitualmente diez obras de teatro, con un protagonismo destacado del teatro clásico. La evolución de Corsario ilustra sobre un modelo de organización que prácticamente ha desaparecido ya de nuestro teatro y que aseguraba la transmisión de una tradición y de un estilo interpretativo.

La desaparición de las compañías de repertorio en nuestro país ha corrido paralela al desarrollo del cine y de la televisión. Esa es la teoría que mantiene Fernando Urdiales, director de Corsario, la única compañía de repertorio que pervive en España. Urdiales sostiene que su grupo ha podido subsistir porque es de Valladolid: "Aquí no hay cine, no hay televisión, así que los buenos actores o se van de esta ciudad o se quedan conmigo. Su dedicación al teatro ha sido en exclusiva".

Las compañías de repertorio, una fórmula que sigue funcionando sobre todo en Alemania, ha sido la organización básica en el teatro hasta los años 70. Figuras como Margarita Xirgu, María Guerrero, Enrique Borrás, Antonio Vico y su mujer Carmen Carbonell, o Mary Carrillo mantuvieron compañía en la que se reservaban las obras que más o menos iban con su carácter o con su forma de ser y así eran capaces de interpretar tres, cuatro o cinco personajes en tantos otros títulos. Era habitual que en las sesiones de tarde se ofreciera una obra y en las de noche otra distinta, especialmente cuando las compañías estaban de gira. Este teatro, mucho más familiar que el de hoy, fue decayendo por varias razones, principalmente porque los medios de producción cambiaron. De ser un grupo estable se ha pasado a la productora que, a lo mucho, cuentan con una o dos personas fijas, el productor y su socio o su secretaria; éste elige una obra, contrata un director que a su vez elige a los actores con los que quiere montarla y trabajan durante el tiempo que la obra está en cartel.

Una compañía productora
Hoy la mayoría de las compañías que así se llaman en nuestro país encubren a productoras de teatro. Este sistema de producción es, desde luego, más rentable pero ha acabado con la transmisión de una tradición teatral y con la posibilidad de representar un repertorio. "La fórmula la han copiado hasta los teatros nacionales. Estos, que deberían potenciar equipos estables, funcionan como empresas privadas", añade Urdiales.

Así que no deja de sorprender que sea una compañía privada la única del país capaz de ofrecer un repertorio. Adolfo Marsillach lo intentó con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, pero sus sucesores han elegido el camino antes señalado. Corsario funciona desde 1981 y es la única que queda con un repertorio de autores clásicos. Afincada en Valladolid, en la actualidad trabajan en ella 20 personas entre personal técnico y artístico. Está especializada en teatro clásico, aunque en sus comienzos ensayaron un teatro de vanguardia (Artaud, Handke...): "cuando empezamos desconocíamos el teatro clásico pero comenzamos a familiarizarnos con él y surgió una gran afición. Encontramos obras magníficas (aunque no todas los son), de una temática interesante y muy abiertas, permiten muchas intepretaciones", explica el director.

Aunque Urdiales cree que el género goza del favor del público, es también bastante desconocido: "se han hecho esfuerzos desde la Administración por normalizarlo, pero no han sido suficientes, la situación está todavía muy verde".

La especialización en teatro clásico enfrenta a Corsario a repartos abundantes, como exige el género. En la actualidad hay una docena de actores fijos en la compañía, pero debe recurrir a contratar actores externos para algunos títulos. "No hemos hecho jamás una obra que tenga menos de doce personajes", explica el director.

Obras para un elenco
Además, la compañía estable impone una selección de títulos de acuerdo con las características de los actores. "Me gustaría montar La Celestina o El caballero de Olmedo, pero no puedo pues no tengo a los actores que encarnarían los personajes principales", añade Urdiales. Además, el teatro clásico español tiene una serie de arquetipos como son los barbas, el gracioso, las parejas de galanes o el par de criados que cualquier compañía de clásico debe tener.

Corsario esta convencida de que la compañía estable, una fórmula que algunos consideran anacrónica, es un modelo que exige sacrificios pero tiene sus ventajas: "Lo que el repertorio nos permite es el estudio de los clásicos. Por otro lado, lo que nos divierte es inventarnos una tradición para interpretarlos. Creo que hemos inventado un estilo de interpretar. Sabemos que hablar en verso es hablar raro y oír en verso es oír raro, pero la retórica en nuestro Siglo de Oro es no sólo un elemento de placer, sino que también ayuda a desentrañar la acción de la obra".

A la hora de evaluar lo que han sido estos veinte años, el director considera que "hemos progresado en la medida en que nuestro repertorio ha cuajado. Hoy es difícil ser conocido si no tienes algún artista de renombre, pero nosotros somos conocidos por los que somos, Corsario". Muchas giras y funciones por dentro y fuera del país han hecho posible esta difusión pero Urdiales también es consciente de que "ya hemos tocado techo en lo que se refiere a las giras. No digo que renunciemos a ellas pero queremos tener un lugar de trabajo, un teatro donde ensayar nuestros espectáculos y una escuela. De hecho es a lo que aspiran otros grupos de actores que están llegando a acuerdos con municipios que cuentan con teatros para crear grupos estables. Quizá sea esa la solución para que las compañías se asienten y no desaparezca el repertorio".

Diez obras por banda
El repertorio de Corsario se compone de ocho obras: El gran teatro del mundo, La vida es sueño y El mayor hechizo, amor, de Calderón de la Barca; Coplas por la muerte, una recopilación de textos de Jorge Manrique, Arcipreste de Hita y del manuscrito anónimo Danza de la muerte; Edipo Rey, de Sófocles; Titus Andrónico, de Shakespeare, y Don Gil de las Calzas Verdes, de Tirso de Molina, que ensaya en estos momentos. Además, la compañía creó en 1994 una división de teatro de marionetas para adultos, con la que han puesto en pie dos obras más: La maldición de Poe y Vampiria. Y durante Semana Santa repone Pasión, una trabajo sobre la imaginería barroca castellana que el grupo representa este año, del 23 al 30 de marzo, en varias iglesias burgalesas. El grupo hace al año unas 120 funciones por toda España. Durante el mes de marzo visitarán Leganés (día 22) y San Sebastián (25) y en abril Santander (4),Torrejón (6), Getafe (7), Valladolid (13-16), Granada (19-21), Segovia (23), Zamora (24), Peñaranda (26)y Béjar (27).