Image: Del cabaret al absurdo

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Teatro

Del cabaret al absurdo

El 5 de junio comienza en Madrid el VIII Festival Internacional de Humor del Alfil

5 junio, 2002 02:00

Una de las guindas del Festival son Los Peepolykus

Desde hace ocho años la compañía Yllana invita a su teatro de Madrid -la sala Alfil- a formaciones de dentro y fuera del país que se dedican, como ellos, al humor. Este año la programación reúne a grupos tan acreditados como Peepolykus, Johnny Melville, Full House o La Trova. La novedad de esta edición es la institución de un premio al mejor espectáculo exhibido y la celebración de mesas redondas para abordar el tratamiento actual del humor.

Algunos lo están descubriendo como terapia contra el estrés. Otros, como en la televisión, han encontrado en su lado facilón y zafio una forma de incrementar su share. Incluso hay programadores que han explotado su fórmula populachera para llenar butacas. Sin embargo, el humor sigue luchando por esbozar sonrisas a base de originalidad y un poco de ejercicio neuronal. Para ello el grupo madrileño Yllana lleva proponiendo desde hace ocho años una tabla de ejercicios para salvar de la atrofia la risa cómplice: el Festival Internacional de Humor.

¿Un género chico?
Ocho estrenos en Madrid a cargo de compañías nacionales y extranjeras; una serie de mesas redondas sobre el estado actual del teatro de humor -en los que participarán los días 12 y 14 José Monleón, Blanca Portillo, Juan Margallo, Leo Bassi y Pepe Viyuela, entre otros-; un taller de risoterapia que comienza hoy; y un curso de comicidad a cargo del belga Elliot -días 6 y 7-. Esta es la terapia de choque que propone el Alfil contra el aburrimiento y el humor chocarrero "que ha contribuido a que algunos lo consideren un género chico, y que tanto daño está haciendo a las compañías profesionales que nos dedicamos a esto", explica Marcos Ottone, miembro de Yllana.

Este festival que surgió "cuando no existía ninguno de tales características en Madrid", asegura Ottone, ha reunido un cartel que se caracteriza por seguir la "línea Alfil": "Son propuestas que huyen de lo vulgar, nuevas, directas, sutiles, que hacen pensar. Se encaminan más por lo joven, vanguardista y moderno, que por la carcajada facilona". Además de traer a compañías -sobre todo extranjeras- que de otra forma no entrarían en el circuito madrileño, este festival sirve para descubrir las distintas formas de entender el humor en escena.

Inauguran el festival los navarros La Trova, con una propuesta en la línea de Les Luthiers que mezcla humor y música en directo. "En ella hacemos un repaso a la historia de la música y parodiamos sus academicismos", comenta Javier Horno, uno de sus componentes. La joven compañía catalana Pez en Raya -el día 7- se decanta por el absurdo en Pésame mucho, mientras que Carles Flaviá -el día 13- demuestra que se puede ser crítico y reflexivo desde el teatro cómico. Eso sí, con un toque de acidez. "En El estado del malestar me río de las contradicciones del Estado del bienestar donde, por ejemplo, el matrimonio se ha convertido en una institución que provoca 100 muertos anuales en nuestro país", explica Flaviá.

Blasfemos laicos
La presencia internacional es la que más pesa en el cartel. El escocés Johnny Melville, un showman del mimo moderno, actúa mañana; el belga Elliot -día 8-, muestra un trabajo físico donde mezcla la técnica del mimo con los efecto sonoros; los suecos Full House -día 12-, se decantan por el cabaret, mientras que los ingleses Chris Lynam -un clown al estilo de Jango Edwards que actúa el día 14- y Peepolykus -el humor bristish en estado puro, el 15 de junio- cierran las actuaciones. Si necesitan una excusa para ver teatro cómico, Flavía tiene una: "El humor es lo único que nos queda para trascender y transgredir. Es la blasfemia laica".