L’enfonsament del Titànic
Director: R. Duran. Autor: H.M. Enzensberger. Intérpretes: C. Alorda, X. Morte, Lliure de Gracia (Barcelona). Hasta el 21 de julio.
L’enfonsament del Titànic es un texto que Hans Magnus Enzensberger escribió en La Habana a finales de la década de los 70. La metáfora sirve para cualquier hundimiento, para el de la sociedad cubana o para el de la sociedad occidental. El texto de Enzensberger que era en principio una cantata, tras la dramaturgia y dirección de Rafel Duran se convierte en espectáculo teatral en el que la palabra se conjuga con unas imágenes escenográficas y lumínicas que, con belleza y eficacia, inciden en una crítica poética y política de los muchos hundimientos que vive nuestra sociedad. El gesto, el movimiento y la luz son coprotagonistas del espectáculo junto al texto interpretado por los actores, personajes de un microcosmos ficcional que protagoniza la figura del escritor Oscar Intente desde cuyo punto de vista contemplamos el hundimiento de un mundo desigual. Una pizarra nos muestra las cifras de quienes murieron o se salvaron. Es éste un espectáculo de indudable interés, limpiamente dirigido e interpretado que sólo en su último tramo adquiere cierta morosidad.
L’enfonsament del Titànic es un texto que Hans Magnus Enzensberger escribió en La Habana a finales de la década de los 70. La metáfora sirve para cualquier hundimiento, para el de la sociedad cubana o para el de la sociedad occidental. El texto de Enzensberger que era en principio una cantata, tras la dramaturgia y dirección de Rafel Duran se convierte en espectáculo teatral en el que la palabra se conjuga con unas imágenes escenográficas y lumínicas que, con belleza y eficacia, inciden en una crítica poética y política de los muchos hundimientos que vive nuestra sociedad. El gesto, el movimiento y la luz son coprotagonistas del espectáculo junto al texto interpretado por los actores, personajes de un microcosmos ficcional que protagoniza la figura del escritor Oscar Intente desde cuyo punto de vista contemplamos el hundimiento de un mundo desigual. Una pizarra nos muestra las cifras de quienes murieron o se salvaron. Es éste un espectáculo de indudable interés, limpiamente dirigido e interpretado que sólo en su último tramo adquiere cierta morosidad.
