Image: Sentarse o no sentarse

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Teatro

Sentarse o no sentarse

Paco Mir vuelve a los escenarios catalanes con Sit, lo último de Tricicle

7 noviembre, 2002 01:00

Paco Mir. Foto: EFE

El humor de Tricicle vuelve el 7 de noviembre a los escenarios barceloneses, al teatro Victoria, con un espectáculo inspirado en la silla, Sit. Paco Mir, uno de los miembros del grupo junto con Carles Sans y Joan Gràcia, desgrana las cualidades del montaje y habla de su polifacética carrera dividida entre la interpretación y dirigir, escribir y producir comedias.

En un plis, plas. Flexiona rodillas, endereza espalda y toma asiento. Paco Mir se sienta con una maestría casi perfecta. Por algo es uno de los increíbles hombres-silla, descendiente de una estirpe, los Chairwood, que inventaron tanto la silla como las ganas de sentarse, afición que pasean con humor por campos de fútbol, circuitos de carreras o graderías de tenis. Ya sentado, Mir sienta también con facilidad las bases de Sit, el nuevo espectáculo de Tricicle, la compañía que formó en 1979 junto a Carles Sans y Joan Gràcia. Pero en el cerebro, bien amueblado, de Paco Mir hay sitio también para el taburete de director, la butaca de autor y el sillón de empresario. "Normalmente nuestros montajes parten de un tema. Es más fácil hacer un espectáculo sobre el deporte o el miedo que sobre una silla. Pero esta vez todo empezó con el dibujo de una silla gigante", recuerda Mir la génesis de Sit. Y, para "justificar que la silla fuera el hilo conductor", inventaron a la familia Chairwood, cuya trayectoria desde la Edad de Piedra hasta la actualidad recorren sobre el escenario gracias a una voz en off y a un vídeo que utiliza técnicas de combinar imágenes reales con personajes ficticios. ¿Cansados del gesto? "No. Sólo que aunque una imagen vale más que mil palabras, hay cosas que las necesitan", replica Mir, aunque se apresure a descartar que "nunca hablemos en nuestros espectáculos, porque no tenemos la preparación necesaria".

Provocar la risa
Pero si en Sit Tricicle usa nuevas técnicas, el fin es el mismo que en Exit, Slastic, Terrific o Manicomic: conseguir la carcajada del espectador. "Estamos acostumbrados a escuchar la música de la risa y si no la tenemos hacemos lo posible por encontrarla", reconoce Mir, que presume de que sus espectáculos son capaces de provocarla cada 20 segundos. "No es matemático", añade, a la vez que descarta que los miembros de Tricicle enfermen de ansiedad por lograr tal vorágine de carcajadas. "El estrés llega cuando no la encuentras, cuando un gag que siempre ha funcionado falla y no sabes el porqué", explica. "Uno siempre se está replanteando su capacidad para hacer reír".

No oculta Mir que en Sit "hay momentos sutiles de sonrisa e ironía que no provocan tanto ruido como la carcajada", pero se queja de que esa ironía cada vez está menos presente en las carteleras teatrales. "El teatro se inspira en la televisión que sí que busca un humor demasiado directo, de barra de bar", apunta el cómico, quien también es consciente de que "se dice que en épocas de crisis se quiere hacer reír o llorar; ahora, estamos tan en crisis que la gente sólo quiere reír, pero no todo el mundo esta preparado para hacer comedia ni todo es susceptible de convertirse en comedia".

Desde Tricicle, no obstante, apuestan por el género: tanto desde el escenario como a través de un premio que distingue el mejor texto de humor. "No se escribe porque es muy difícil estrenar y la única manera de que un autor se forme es practicar: si son malos no estrenan y si no estrenan no pueden llegar a ser buenos. Es una labor que debe hacer la Administración".

Pero, llegados a este punto, Mir no se priva de cambiar de silla. "En el teatro de gesto, llega una edad en la que no tienes ganas de hacer bolos o piruetas; y has de cambiar o de estilo o de vida", apunta Mir. Y aunque dice sentirse "más cómodo como autor que como director", prepara la dirección de un musical -basado en la película Hombres, hombres de Doris Dorrie-; la adaptación de El barbero de Sevilla para el público infantil del Liceu; y La Generala, con la que regresará a La Zarzuela tras el éxito conseguido con Los sobrinos del capitán Grant. "Todas las zarzuelas tienen un poco de caspa y se han de readaptar a los gustos actuales. Pero eso pasa también con el humor". Sin embargo, aún falta la última silla, el próximo mes de febrero, en Madrid, dentro de un ciclo de la SGAE, leerán su segundo texto como autor, "una gamberrada sobre el mundo del teatro". Y es que lo importante es no apoltronarse.