Sentarse o no sentarse
Paco Mir vuelve a los escenarios catalanes con Sit, lo último de Tricicle
7 noviembre, 2002 01:00Paco Mir. Foto: EFE
El humor de Tricicle vuelve el 7 de noviembre a los escenarios barceloneses, al teatro Victoria, con un espectáculo inspirado en la silla, Sit. Paco Mir, uno de los miembros del grupo junto con Carles Sans y Joan Gràcia, desgrana las cualidades del montaje y habla de su polifacética carrera dividida entre la interpretación y dirigir, escribir y producir comedias.
Provocar la risa
Pero si en Sit Tricicle usa nuevas técnicas, el fin es el mismo que en Exit, Slastic, Terrific o Manicomic: conseguir la carcajada del espectador. "Estamos acostumbrados a escuchar la música de la risa y si no la tenemos hacemos lo posible por encontrarla", reconoce Mir, que presume de que sus espectáculos son capaces de provocarla cada 20 segundos. "No es matemático", añade, a la vez que descarta que los miembros de Tricicle enfermen de ansiedad por lograr tal vorágine de carcajadas. "El estrés llega cuando no la encuentras, cuando un gag que siempre ha funcionado falla y no sabes el porqué", explica. "Uno siempre se está replanteando su capacidad para hacer reír".
No oculta Mir que en Sit "hay momentos sutiles de sonrisa e ironía que no provocan tanto ruido como la carcajada", pero se queja de que esa ironía cada vez está menos presente en las carteleras teatrales. "El teatro se inspira en la televisión que sí que busca un humor demasiado directo, de barra de bar", apunta el cómico, quien también es consciente de que "se dice que en épocas de crisis se quiere hacer reír o llorar; ahora, estamos tan en crisis que la gente sólo quiere reír, pero no todo el mundo esta preparado para hacer comedia ni todo es susceptible de convertirse en comedia".
Desde Tricicle, no obstante, apuestan por el género: tanto desde el escenario como a través de un premio que distingue el mejor texto de humor. "No se escribe porque es muy difícil estrenar y la única manera de que un autor se forme es practicar: si son malos no estrenan y si no estrenan no pueden llegar a ser buenos. Es una labor que debe hacer la Administración".
Pero, llegados a este punto, Mir no se priva de cambiar de silla. "En el teatro de gesto, llega una edad en la que no tienes ganas de hacer bolos o piruetas; y has de cambiar o de estilo o de vida", apunta Mir. Y aunque dice sentirse "más cómodo como autor que como director", prepara la dirección de un musical -basado en la película Hombres, hombres de Doris Dorrie-; la adaptación de El barbero de Sevilla para el público infantil del Liceu; y La Generala, con la que regresará a La Zarzuela tras el éxito conseguido con Los sobrinos del capitán Grant. "Todas las zarzuelas tienen un poco de caspa y se han de readaptar a los gustos actuales. Pero eso pasa también con el humor". Sin embargo, aún falta la última silla, el próximo mes de febrero, en Madrid, dentro de un ciclo de la SGAE, leerán su segundo texto como autor, "una gamberrada sobre el mundo del teatro". Y es que lo importante es no apoltronarse.