Image: Shakespeare  por los siglos de los siglos

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Teatro

Shakespeare por los siglos de los siglos

Estreno en Madrid de El rey Lear y en Sevilla de Romeo por Julieta

16 enero, 2003 01:00

Helio Pedregal es rey Lear y Eva Castro su hija Cordelia

Dos destacados títulos de Shakespeare se presentan esta semana y los dos destinados a un público joven: el director alemán Hansgönther Heyme estrena el 16 de enero El rey Lear en La Abadía de Madrid, y Emilio Hernández, el 17 de enero, Romeo por Julieta, una recreación de Antonio Onetti en el teatro Central de Sevilla. Además, la sala Lavapiés de Madrid ofrece El sueño de una noche de verano, dirigido por Angel Gutiérrez.

El director alemán Hansgönther Heyme vuelve a Madrid y lo hace con una primera y clara intención: conquistar a un público joven sirviéndole una de las obras capitales de Shakespeare: El Rey Lear. "Si lo consigo", dice, "el teatro habrá cobrado sentido". Hace tiempo que este antiguo colaborador de Erwin Piscator se preocupa por llegar a las nuevas generaciones; de hecho en los años 80 fundó en varias ciudades alemanas el Jugendclub Kristisches Theater, un modelo que permitía colaborar en proyectos teatrales a directores y actores profesionales con jóvenes, y éste sigue siendo su interés.

Por el momento, a los que sí ha seducido es a la compañía de actores de La Abadía de Madrid, que se han vuelto a poner a sus órdenes tras el éxito de El mercader de Venecia de hace dos temporadas. A una semana del estreno, Heyme corrige detalles. Asistido por una traductora que le sigue fiel allí donde vaya, explica a Elisabeth Gelabert y Rosa Manteiga -las dos hermanas mayores, Goneril y Regan- el matiz adecuado para su aparición: "Aquí el público debe creer que vais a empezar a hablar, pero la gracia de la escena es que os quedeis en silencio", o le indica a Helio Pedregal (Lear) que suavice sus pasos, o a José Luis Alcobendas (conde de Gloucester) cómo debe escupir. La obra la ensayan con vestuario real -visten abrigos y chaquetas, levita dorada para Lear, traje blanco para el bastardo Gloucester- y una escenografía diseñada por el propio director que tiene algo de embarcación.

Distanciamiento
Y aunque no es correcta la impresión estética que produce el montaje -ya que no hay luces reales, ni maquillaje, ni música...- sí se aprecia un estilo de actuar distanciado: "He tratado de establecer una forma de interpretación muy específica que tiene que ver con las rupturas que introducimos en la obra, y que nos permiten pasar del humor a la tragedia. Los actores salen y hay momentos en los que se dirigen al público, no hay una identificación absoluta con el personaje de forma continuada", apunta el director. Y añade: "en esta sala el público está muy cercano a la escena lo que nos obliga a otra forma interpretativa".

Continúa el director que la forma de actuar, la estética y todo lo que ocurre en el escenario está influenciado por la necesidad de adaptar a nuestros días una obra que en sus orígenes renacentistas duraba cuatro horas y que el público seguía de pie. Algo así hoy sería imposible y, por eso, son necesarios cortes radicales para dejar la obra en poco más dos horas sin descanso. Antonio Fernández-Lera firma la traducción de la obra y el propio Heyme la versión, junto con Hanns-Dietrich Schmitdt. Además, considera que con la compañía de La Abadía "ha sido más sencillo penetrar en este texto con humor e inteligencia que con actores alemanes porque allí "hay un miedo terrible a este autor, los textos de Shakespeare están traducidos al alemán falsamente, muy sobrecargados".

Heyme teme a Shakespeare pero también sostiene "que se entiende mejor con la edad. Estos textos están impregnados de humor y amargura, no sólo de un matiz trágico. La tragedia se compone de contradicciones y la grandeza de Shakespeare es que es capaz de mezclar el chiste con la catástrofe, algo que los alemanes no han entendido, por eso en sus representaciones los personajes sufren de forma continuada. Lo que le hace magnífico es su ambivalencia".

Flamenco y hip-hop
Por otro lado, el director del Centro Andaluz de Teatro (CAT), Emilio Hernández, ha puesto en escena Romeo por Julieta, un montaje para el que ha contado con dos antiguos colaboradores: el autor Antonio Onetti y el guitarrista Tomatito. Onetti ha recreado más que adaptado la obra de Shakespeare, como ya hizo con Madre Coraje y que tituló Madre Caballo. La diferencia es que "ahora no se trata de una traslación a un lugar concreto como en Madre Caballo", explica Hernández, "sino que ha utilizado un lenguaje muy actual con elementos mediterráneos y andaluces huyendo del historicismo". Para la música, Tomatito se ha inclinado por la fusión. "Shakespeare utilizaba canciones populares y nosotros quisimos que la música fuera actual. Tomatito ha creado una música en la que mezcla flamenco con ritmos como el hip-hop y el rap. Se oyen tientos, rumbas, tangos, saetas e incluso una corralera andaluza muy popular, La liebre, que bailan como break-dance". Para acentuar los mundos opuestos de Romeo y Julieta, Hernández se sirve del público como elemento escenográfico al distribuirlo en dos gradas enfrentadas, quedando la escena vacía en medio. Producida por el CAT, el director seleccionó a 14 actores que también bailan y cantan; Antonio Navarro y Celia Vioques encarnan a los desdichados amantes. Con estos mimbres, Hernández señala que "la juventud es, desde luego, nuestra prioridad pero hablamos de una obra muy popular, la más representada de su autor".