Image: Mundo Antúnez

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Teatro

Mundo Antúnez

El Mercat de les Flors de Barcelona reúne Epizoo, Afasia y Pol

13 febrero, 2003 01:00

Escena de Pol, uno de los tres montajes que presenta Antúnez

Marcel.li Antúnez es un artista de difícil clasificación, con una producción apabullante: performances, exposiciones, desarrollo de robots, libros... Se ha inventado la dramaturgia interactiva -espectáculos construidos gracias a la intervención de actores, público y ordenadores- y pasa por ser el referente en nuestro país cuando se habla de teatro electrónico. Ahora, el Mercat de les Flors de Barcelona presenta, a partir del 13 de febrero y hasta el 2 de marzo, sus tres últimos espectáculos: Epizoo, Afasia y Pol.

Marcel.li Antúnez es una especie de Dr. Jekill de nuestro teatro y su estudio, en la calle La Cera de Barcelona, tiene mucho de laboratorio de científico loco, poblado de robots y artefactos extraños que asustan un poco. Este artista de difícil clasificación, con una producción apabullante (exposiciones, performances, películas, robots, libros, música ...) y una visión sacrificial y ritual del arte que bebe de fuentes tan diversas como nuestro Barroco o el cómic, presenta ahora en el Mercat de les Flors de Barcelona sus tres últimas "criaturas": Epizoo, Afasia y Pol, que se completará el día 18 con la proyección de un documental sobre sus workshops Satel.lits Obscens y los cortometrajes Retrats y El hombre navarro va a la luna.

Antúnez inició esta trilogía en 1994, fruto de sus investigaciones y experimentos sobre lo que llama la dramaturgia interactiva. "La dramaturgia tradicional", explica, " descansa en el texto, casi siempre dialogado con los actores y plantea una metodología de trabajo que incluye las figuras, entre otras, del director de escena, los actores, el escenógrafo... El modelo en el que yo trabajo permite que durante la representación el actuante y en ocasiones el público puede modificar interactivamente el comportamiento de las imágenes, la música, el movimiento y el sonido de los robots. Esto permite que la performance sea un objeto temporal abierto y distinto cada vez que se presenta".

Arqueología informática
Cada una de estas obras son consecuencia de su anterior, se explican unas a otras, y, desde su estreno, no ha dejado de representarlas por todo el mundo. "Aunque los sistemas técnicos que sustentan estas obras son en algunos casos pura arqueología informática, las obras siguen funcionando. Los tres trabajos plantean una forma muy específica de entender la aplicación de las nuevas tecnologías en el arte en general y en la escena en en particular. Y además proponen una estética caliente, emotiva, en ocasiones provocadora, muy alejada de la mayoría de las obras realizadas con nuevas tecnologías. Proponen una especie de manifiesto".

La primera de ellas, Epizoo, la estrenó en Mexico en 1994. Llegó a ella después de haber creado a JoAn, un robot interactivo que como si de una escultura se tratara estuvo instalado en el Mercado de la Boquería de Barcelona durante unas semanas manteniendo relaciones diversas con el público. Epizoo es una obra multidisciplinar en la que Antúnez se permite trabajar la imagen animada, intervenir en la música a partir de su voz y establecer un control interactivo con su propio cuerpo dejando intervenir al público. De pie y sobre una plataforma giratoria, el actor viste un exoesqueleto que puede moverle la nariz, las nalgas, los pectorales, la boca, las orejas..., gracias a un ordenador que permite al espectador teledirigir los movimientos del exoesqueleto.

Para el segundo de los espectáculos, Afasia, Antúnez se planteó recuperar el mito de Ulises combinando robots, acciones escénicas e imágenes interactivas que rodean a un único actor y que actúan a la inversa que en Epizoo, es decir, es el actor quién da las órdenes al computador. Vestido también con un exoesqueleto de metal que hace de interfaz, sus movimientos se traducen en órdenes que recoge un ordenador. Este ordenador sirve de motor del espectáculo, ya que desde él se distribuye la señal a distintos periféricos que traducen sus órdenes a imágenes proyectadas en una pantalla, a robots y a la música. Y por último, Pol se define como una fábula protagonizada por conejos en forma de espectáculo interactivo; de los tres es la única en la que se cuenta una historia con principio y fin; es el más complejo de todos los espectáculos porque aquí participan dos actores, cinco robots, tres pantallas y diversos interfaces. El público lo hace gracias a dos joystiks gigantes.

Antúnez es un artista hipertextual, es decir, niega fidelidad a una sola disciplina: "No estoy de acuerdo con la taxonomía de las artes, creo que es posible otra forma de organizar el arte. No creo que un creador deba estar encasillado en tal o cual medio, como suele hacer el mercado". Por eso su campo de intervención no tiene límites. Su próximo proyecto se sitúa en Rusia: "Estoy preparando unas microperformances para unos vuelos parabólicos que simulan la gravedad cero. El vuelo parte de la ciudad de las estrellas cerca de Moscú, que es el centro de formación de los cosmonautas. Esa es la técnica que se utiliza para preparar a los tripulantes que viajarán al espacio".

De hippy a punky
Si rebuscamos en su biografía artística, Antúnez (Moia, 1959) se nos revela como un creador-investigador. Licenciado en Bellas Artes, vivió los últimos coletazos del movimiento hippie y la Barcelona de finales de los 70 (Ocaña, Nazario, El Víbora, Makoki). El estilo folk que practicaban aquellos muchachos de La Fura, que en sus inicios recorrían las plazas de Cataluña con un carro y una mula como si de cómicos de la legua se tratara, demudó en el más cañero y punky que, a partir de 1982, la redefiniría y que Antúnez contribuyó a forjar en los tres primeros espectáculos que le dieron fama y proyección internacional (Accions, Suz/o/Suz y Tier Mon).

A partir de ser "despedido" de La Fura, Antúnez ha viajado en soledad con amigos ocasionales. Fundó Error Genético, un cuarteto musical que predicaba incorporar animales instrumentistas y enfermos mentales a la banda. Después se inventó los libros y códices de artista Artcagarro; creó el colectivo de artistas del grafitti Los Rinos, con los que protagonizó varias acciones y performances con marcada infuencia de los activistas vieneses (Rinosacrifici y Rinodigestió), el body art o, simplemente, de las impresiones que la carnicería de su padre le provocaron en su niñez. Hace dos años una exposición, Concéntrica, permitió revisar la evolución de este artista, una "rara avis" en nuestro panorama que esta convencido de que la tecnología propiciará que "no sólo los artistas, sino todos empleemos más tiempo en tareas creativas" y que"quizá el público acabe siendo el protagonista de las obras".